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Serie 600 de Bowers & Wilkins: Más de tres décadas democratizando la excelencia en audio

Fue en 1991, coincidiendo con la celebración de los primeros 25 años de existencia de Bowers & Wilkins. Sólidamente afianzada como marca de prestigio entre los entusiastas del sonido con mayúsculas de todo el mundo gracias a su celebradísima Serie 800 -inicialmente denominada Serie 80 y que, nunca viene de más recordarlo, en 1981 fue adoptada por los míticos Abbey Road Studios de Londres como su monitor de referencia- la compañía fundada en 1966 por el recordado John Bowers vio llegado el momento de poner a punto una familia de cajas acústicas que se aprovechara, aunque en una versión debidamente adaptada en términos de costes, de algunas de las revolucionarias soluciones de ingeniería de la gama en cuestión. Había nacido la Serie Digital Monitor 600, alias DM 600, que a lo largo de 32 años -su declinación más reciente, de nombre Serie 600 S3, vio la luz el pasado mes de agosto- no ha dejado de reinventarse para continuar ofreciendo, aunque corregido y aumentado por cortesía de los avances tecnológicos de una empresa que no ha dejado de estar en ningún momento en la vanguardia del sonido doméstico de alto nivel, un conglomerado de prestaciones encaminadas a poner la excelencia en Alta Fidelidad primero y también en Cine en Casa después, al alcance de un vastísimo número de entusiastas de la música y las películas. Las líneas que siguen constituyen un homenaje al espíritu que ha hecho posible la que sin duda es una de las propuestas más longevas y exitosas de la historia del audio y una demostración tangible, a la vez que inapelable, de que la excelencia asequible en la reproducción de música y películas en el hogar no es una quimera.

Las guías de producto, con publicidad incluida, de las publicaciones especializadas estadounidenses Stereo Review y Audio que dan fe de los orígenes de la Serie 600, en sus inicios Serie DM 600.

DM 640, DM 630 y DM 620: el nacimiento de una futura leyenda

Tiré de hemeroteca para conocer con exactitud cuáles fueron los modelos que supusieron el pistoletazo de salida de la conocida genéricamente como Serie 600, sin más. La respuesta la encontré en las muy útiles guías editadas por dos publicaciones especializadas estadounidenses que durante muchos años fueron un referente para los entusiastas del audio de calidad a la hora de ponerse al día sobre su afición favorita: la muy rigurosa y purista Audio y la más “popular” Stereo Review. La primera de las guías en cuestión, hipercompleta, correspondía al número de octubre y un servidor de ustedes la recibía por suscripción ya que no se distribuía en nuestro país, mientras que la segunda, algo menos exhaustiva, salía a finales de año y la compraba en el que en aquel entonces era mi quiosco de referencia (Barcelona). Presupongo que el cierre editorial de Audio se llevaba a cabo antes que el de Stereo Review ya que en el número de octubre de 1991 de la primera no aparecía ningún modelo “600” mientras que en la “Stereo Buyers’ Guide 1991” de la segunda sí. Así, cuando en la sección dedicada a las cajas acústicas llegábamos a B&W Loudspeakers había un apartado llamado “Digital Monitor 600 Series” donde se reseñaban la columna bass-reflex de 3 vías/4 altavoces DM 640 (1.300 dólares la pareja), la columna bass-reflex de 2 vías/3 altavoces DM 630 (1.000 dólares la pareja) y la columna con sistema activo/pasivo+puerto bass-reflex (una combinación del todo inusual) de 2 vías/3 altavoces DM 620 (800 dólares la pareja). No se detallaban las particularidades técnicas, aunque en los tres casos se utilizaban tweeters de cúpula metálica y, en línea con lo habitual en la industria británica del audio de la época, conos de medios, medios/graves y graves fabricados en polipropileno, en el caso que nos ocupa en un derivado del mismo llamado “plástico Cobex”. Es evidente que la propuesta funcionó porque en el número de Audio correspondiente a octubre de 1992 la Serie DM se había ampliado con otros dos modelos, concretamente los monitores de estantería de 2 vías/2 altavoces con recinto hermético DM 610 y DM 600, lo que convertía a la gama en cuestión en la más importante de B&W después de la emblemática Matrix 800, presidida por la flamante y revolucionaria columna “multimodular” del mismo nombre y en la ya que figuraba la versión “Series 2” de los modelos 801 y 802. La legendaria firma de Worthing había, insisto en ello, dado en el clavo para proponer, basándose en el espectacular éxito comercial de su gama de referencia, una familia de cajas acústicas en las que la relación calidad/precio era el parámetro clave, algo que sin ninguna duda le ayudó a reforzar su posición también en lo “emocional” (ya saben: el “sonido inglés”) en mercados como el estadounidense, donde la fuerza de las marcas locales era (y sigue siendo) brutal.

El éxito comercial fulminante de la Serie DM 600 hizo que en muy poco tiempo (1993) viese la luz una versión corregida y ampliada de la misma en la que figuraba incluso un modelo dedicado al canal central del entonces incipiente A/V.

Lo que acabo de decir nos lleva al más antiguo de los catálogos de la Serie 600 que tengo en casa: el de la “600 Series improved”, léase Serie 600 mejorada. Está impreso en el Reino Unido en 1993, lo que significa que en Bowers & Wilkins se pusieron manos a la obra por la vía rápida para aprovechar, como tanto les gusta decir a los anglosajones, el “impulso”. El catálogo de marras estaba escrito en castellano, aunque con una traducción entre mediocre y mala, algo que por otro lado no afecta en absoluto los propósitos del presente artículo. Y es que, desde mi punto de vista, en el catálogo en cuestión a la firma británica ya se le “adivinaban” maneras porque había en el mismo mucha “literatura” dedicada a comentar los aspectos técnicos más relevantes pese a tratarse de una propuesta con vocación claramente “democrática”. Valga al respecto esta selección de textos referidos a las recién llegadas: “¿Cómo logra un líder de mercado mantener su liderazgo? La respuesta es: con una continua mejora de sus productos a la luz de los cambios en los gustos de dicho mercado, así como de las tendencias y los avances en la tecnología del sector. La demanda de una caja acústica con unas prestaciones que hagan honor a su precio fue el motivo de inspiración de los cinco monitores originales de la Serie 600. La Serie 600 tuvo un buen comienzo. Diseñadas por el maestro del diseño industrial moderno, el Dr. Kenneth Grange, las frías y oscuras líneas de los recintos de los modelos que la constituyen son un complemento perfecto para los muebles contemporáneos y los parámetros del diseño de interiores. También ilustran con maestría la afirmación de que la forma se adapta a la función.” Toda una declaración de principios que desde hace ya más de tres décadas ha acompañado fielmente, en mayor o menor medida dependiendo del momento, los catálogos y folletos de la mayor parte de familias de productos (y no sólo de categorías “clásicas” sino también las “modernas” nacidas al calor de Internet) de Bowers & Wilkins. La renovada Serie DM 600 constaba de las versiones “i” de los “DM 600” originales y, novedad muy significativa, la caja acústica para el canal central DM 600 IFS, todo un anticipo de lo que estaba por venir ya que, pese al ser el Cine en Casa una realidad desde hacía relativamente pocos años (¡recuerden el LaserDisc!), la verdadera explosión del mismo como segmento “mainstream” se produciría en paralelo con el brutal éxito del formato DVD Video, presentado en 1997 pero comercializado en firme en 1998.

El salto cuántico: la Serie 600 se “nautiliza”

1998 fue un año fundamental en la trayectoria empresarial de Bowers & Wilkins como consecuencia de la aplicación a su gama de referencia, la Serie 800, de muchas de las imaginativas, algunas genuinamente rompedoras, soluciones de ingeniería puestas a punto para convertir en realidad el sueño de John Bowers, el fundador de la marca: la caja acústica perfecta, materializada en la icónica Nautilus, nacida en 1993 y que, como bien saben, todavía se fabrica (aunque sólo por encargo). Una filosofía materializada en la Serie Nautilus 800 y que desde entonces se incrustaría para siempre en el ADN de la compañía. La recién llegada se llamaba Serie 600 S2 (pese a mantenerse todavía las siglas “DM” en el grueso de sus modelos) y vio la luz en 1999, es decir justo un año después, como actualización de la Serie 600 “original” propiamente dicha, estando formada por los monitores de estantería DM 601 S2 y DM 602 S2, las columnas DM 603 S2, DM 604 S2 y DM 605 S2, la caja acústica para el canal central CC6 S2, la caja acústica para los canales frontales (izquierdo, central y derecho) LCR6 S2 y el monitor de efectos dipolar (con la entonces novedosa certificación THX) DS6.

La tecnología punta nunca ha faltado en su cita con las diferentes declinaciones de la Serie 600, como demuestran estas tres instantáneas referidas a la gama inmediatamente anterior a la actualmente disponible en el mercado.

En un folleto específicamente dedicado a las principales innovaciones técnicas añadidas a la nueva serie se dejaba bien claro que todas ellas “se beneficiaban de la Serie Nautilus 800”, destacándose especialmente “la dinámica de los graves, la baja distorsión y coloración y la apertura y focalización de la imagen sonora”. Fue en la Serie 600 S2 donde se introdujo por primera vez el recinto Nautilus “compacto”, así como el cono con fibras entrelazadas de Kevlar en los transductores de medios y medios/graves o el formado por una mezcla de dicho material y pasta de papel en sus homólogos de graves. También el logradísimo y todavía vigente puerto bass-reflex Flowport y los filtros divisores de frecuencias ejecutados con componentes tales como los condensadores de película de plástico (que, como bien apuntaba Bowers & Wilkins, preservan la información de bajo nivel de la señal mejor que los de tipo electrolítico) y las bobinas con núcleo de aire. Asimismo, en la columna DM 603 S2 se cambió la antes mencionada carga vía combinación de puerto bass-reflex y transductor pasivo del modelo original por una configuración de 2’5 vías mientras que la también columna DM 605 S2 incorporaba un amplificador de 130 vatios para sus dos woofers.

Una de las consecuencias directas de la salida al mercado, en 1998, de la Serie Nautilus 800 fue el “goteo” (una filosofía que continúa en la actualidad) de tecnologías Nautilus a las gamas situadas por debajo de la misma, entre ellas la Serie 600 S2.

Casi un cuarto de siglo de cambios sutiles y no tan sutiles

A partir de este momento, y en su condición de icono del audio doméstico de alta calidad al alcance de todos los bolsillos, la Serie 600 se beneficiaría progresivamente, a través de sus distintas declinaciones (en algunos casos más pronto y en otros más tarde), de un amplio abanico de soluciones de ingeniería procedentes, a modo de calculado “goteo” procedentes de sus compañeras de catálogo más exclusivas. Por ejemplo, en la Serie 600 S3 “original” (efectúo esta puntualización porque la actualmente disponible en el mercado tiene el mismo nombre) vemos modificadores de dispersión en forma de ojiva metálica en los altavoces de medios y “midwoofers”, puertos bass-reflex frontales y una estética paulatinamente refinada. A la gama se sumaron varios subwoofers activos destinados combinarse con los modelos de la misma, como por ejemplo (esta información procede del Catálogo General de la marca 2003-2004) el ASW 600, el ASW 650 y el ASW 675 o los posteriores (ahí “bebo del Catálogo General de 2007) ASW 610XP, ASW 610 o ASW 608. Más adelante se añadieron desarrollos tan celebrados como el Tweeter de Doble Cúpula Desacoplado, las cúpulas de titanio, los conos de medios, medios/graves y graves Continuum y la muy sofisticada tecnología de suspensión periférica fija o FST, todo ello siempre en paralelo con mejoras en las topologías y los componentes del filtro y, por supuesto, en la construcción física y los acabados, parámetros ambos que rozan la perfección.

Misión cumplida

En la conclusión del banco de pruebas sobre la columna 603 S3 que realicé recientemente para la presente publicación puse que Bowers & Wilkins presentó la edición más reciente (¡la octava ya!) de su Serie 600 (Serie 600 S3) con las siguientes palabras: “El primer paso del amante de la música hacia el Sonido Verdadero”. Algo así como una “renovación de votos” para una gama de cajas acústicas que, en mi opinión, a lo largo de 32 años no ha hecho más que superarse hasta el punto de trascender su condición de “Monitor Digital” para convertirse en, por su musicalidad, más “analógico” que nunca. ¡Larga vida a la Serie 600! 

Bowers & Wilkins

 

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