¡Felices 40, “Danish Audiophile Loudspeaker Industry”!
Cerramos con un broche de oro este 2023 prolífico en eventos y efemérides relacionados con el sonido de alta calidad celebrando el 40º cumpleaños de uno de los fabricantes de cajas acústicas que más han crecido, y además tanto en lo cuantitativo como en lo cualitativo, en los últimos años: la danesa DALI. Fundada en 1983 por un grupo de jóvenes entusiastas del audio empleados en el grupo de tiendas HiFi Klubben, DALI cuenta con unas modernas instalaciones de fabricación constituidas por múltiples estaciones de trabajo independientes -lo que hace posible producir simultáneamente varios modelos distintos- que le permiten exportar sus productos a varias decenas de países de todo el mundo. De hecho, la historia de la marca podría resumirse en el éxito obtenido por una serie de productos muy relevantes, como por ejemplo su legendario modelo 104, pero la realidad va mucho más allá puesto que DALI ha evolucionado de manera brutal en el ámbito técnico hasta convertirse en uno de los miembros más distinguidos del supercompetitivo mercado de las cajas acústicas al incorporar paulatinamente tecnologías propias a su extenso catálogo. Una propuesta inicialmente centrada en la Alta Fidelidad y el Cine en Casa, y además tanto “mainstream” como High End, que con el paso del tiempo se expandió al cada vez más apetitoso mercado de las instalaciones personalizadas o “Custom”. Más aún, la estabilidad de la compañía en términos de propiedad y el hecho de que su actual Director General, Lars Worre, fuese anteriormente Director Técnico han logrado que DALI se haya incorporado muy recientemente al exclusivo “club” del High End más extremo en la forma de sus excepcionales modelos KORE y EPIKORE 11.
“In Admiration of Music”
El lema de DALI -nombre que algunos confunden con el del genial pintor ampurdanés Salvador Dali pero que, como reza el título del presente artículo, son las siglas de “Danish Audiophile Loudspeaker Industry”- deja bien claro que la esencia de la firma escandinava no es otra que servir a la música. Hasta donde llega mi memoria, DALI lleva más de 20 años en nuestro país y, por cierto, tuve la oportunidad de visitar sus instalaciones con motivo de su primer cuarto de siglo de existencia. Una efeméride significativa porque en mi opinión ya se le “adivinaban maneras” al encontrarse la marca en el crítico punto de inflexión que marcó su paso de “integrador” de tecnologías de varias procedencias -algunas propias, otras adaptadas, otras importadas- a la de innovador con todas las de la ley. En aquel entonces definí mis impresiones de escucha con estas palabras: “En términos generales, el sonido DALI puede definirse como cálido, relajante, dinámico, detallado y abierto gracias en buena medida al empleo de un conjunto de tweeters compuesto por un diseño de cúpula blanda y uno de cinta. Por otro lado, es fundamental destacar que cada modelo ha sido desarrollado para que dé lo mejor de sí en condiciones de escucha naturales y no en salas de demostración especiales. De ahí que se priorice la obtención de una distribución uniforme del sonido a lo largo de la sala de escucha haciendo que cada caja exhiba un excelente comportamiento espacial fuera de su eje de simetría -por regla general, una caja acústica DALI registra su mejor curva de respuesta en frecuencia 25 grados fuera de su eje de simetría) a la vez que se ha conseguido que las primeras reflexiones en las paredes laterales de la sala se unan al sonido directo con el fin de proporcionar una mayor sensación de realismo. En términos eléctricos ello implica utilizar conos construidos con materiales que requieran bajas dosis de amortiguamiento, suspensiones con unas pérdidas muy bajas y filtros divisores de frecuencias ejecutados con componentes de bajas pérdidas; en suma, soluciones tecnológicas avanzadas.” Por lo demás, seguro que muchos lectores desconocerán que la primera factoría de DALI se encargaba también de construir toda la gama de modelos del fabricante de cajas acústicas estadounidense Cerwin-Vega para Europa y que los primeros productos de la compañía escandinava vieron la luz -auspiciados por HiFi Klubben- en la bodega de la casa de su fundador, el reputado Peter Lyngdorf.
Tengo en mi poder un precioso catálogo -tapa dura, 130 páginas, calidad gráfica irreprochable- del antes mencionado grupo de tiendas HiFi -inicialmente Hi-Fi- Klubben en el que DALI comparte plantel con otros grandes nombres del audio -entre ellos NAD, Denon, Classé y la entonces denominada B&W- y que un servidor de ustedes considera harto representativo de lo que acabo de decir y, quiero insistir en ello, del progreso constante de una compañía que, en sintonía con su país de procedencia, siempre ha profesado una pasión compartida por la tecnología y el diseño en perfecta armonía; en suma, por la excelencia. Esto se ve fácilmente si retrocedemos en el tiempo y descubrimos que, por ejemplo, en 1996 tuvo lugar la introducción en el mercado de la serie DALI Grand, pensada para los amantes del High End que buscan armonizar sonido absoluto, lujo en el diseño y precio abordable. Pero no cabe ninguna duda de que la culminación de este proceso fue la presentación, en el año 2002, de la serie Euphonia, destinada a los entusiastas del High End y compuesta por los modelos las columnas MS 5 y MS 4, la caja acústica para el canal central CS 4, el monitor de efectos RS 3 y el subwoofer activo AS 2. Una gama clave en la trayectoria de DALI entre cuyas particularidades más relevantes habría que destacar la minimización de las derivas de la curva de fase, el empleo de transductores diseñados para minimizar la distorsión, el uso de recintos acústicos con panales frontales de gran grosor y estructura sandwich y la gestión de los diferentes altavoces con filtros divisores de frecuencias ejecutados por componentes de alta calidad en los que no se utilizan placas de circuito impreso.
A los aficionados más exigentes les gustará saber que en DALI cada caja acústica terminada -ya sea de nivel básico o de referencia- es sometida a un exhaustivo control de calidad estructurado en torno a la evaluación de cuatro parámetros fundamentales: polaridad, impedancia, respuesta en frecuencia y nivel de presión sonora, lo que nos lleva a una de las características fundamentales de la filosofía de la compañía: su coherencia.
Una ambiciosa apuesta por la tecnología
Especialmente significativa en la historia de DALI fue la estilizada e imponente columna MEGALINE, actualmente descatalogada y sobre la que en la web de la compañía danesa se puede leer lo siguiente: “La MEGALINE es el buque insignia de DALI y originariamente fue desarrollada como una pieza única para exhibiciones de Alta Fidelidad. Con una impresionante altura de 2’31 metros (91 pulgadas), impresiona a todo aquel que la ve y la oye. En consecuencia, se decidió incorporarla al catálogo de la marca para satisfacer la demanda del público. La actual tercera generación de la MEGALINE es una declaración de los principios de diseño audiófilo de DALI, la materialización de lo que intentamos conseguir con cada caja acústica de la marca. La MEGALINE está desarrollada, diseñada, construida a mano, ensamblada y evaluada individualmente en la fábrica de DALI en Dinamarca.” En la MEGALINE, que era una caja acústica basada en el principio de fuente sonora lineal, encontramos elementos que se convertirían en definitorios de DALI, caso de los altavoces de medios y graves hechos a medida o los tweeters de cinta, estos últimos consustanciales a una de las innovaciones más icónicas y celebradas de la firma escandinava: los bloques de agudos que combinan los transductores en cuestión con diseños de cúpula para dar cuerpo a una transparencia y naturalidad legendarias en la reproducción de la zona alta del espectro. En lo que altavoces de medios y graves se refiere, una de las principales –¡amén de absolutamente inconfundibles en lo visual!- señas de identidad de DALI la tenemos sin ninguna duda en los conos de fibra de madera con bajas pérdidas empleados en los mismos mientras que en el ámbito de los motores magnéticos habría que destacar el denominado “Linear Drive Magnetic System” y, sobre todo, el característico “Soft Magnetic Composite” o SMC, introducidos ambos por vez primera en 2012 con motivo del lanzamiento al mercado de la Serie EPICON. Del SMC hay que señalar que es un material de estructura granular -lo que le permite ser moldeado en virtualmente cualquier forma- que ofrece una combinación inusualmente potente de muy alta permeabilidad magnética y muy baja conductividad eléctrica. A efectos prácticos, lo que se consigue es eliminar los efectos de ruptura -histéresis, corrientes turbulentas y no linealidades en la respuesta en frecuencia- comunes que el hierro introduce en el libre movimiento de la bobina móvil de un altavoz y que provocan distorsiones y coloraciones no deseadas en el sonido.
Y así llegamos a la sensacional KORE, actual buque insignia de DALI, una tan elegante y espectacular como sofisticada caja acústica que tuvimos la ocasión de conocer con todo lujo de detalles, gracias a una sensacional presentación que tuvo lugar a principios de 2022 -coincidiendo con la celebración del certamen internacional ISE- en el “lof” del prestigioso establecimiento especializado barcelonés Werner conducida por el número uno de la marca, Lars Worre. Del modelo en cuestión escribí lo siguiente: “A grandes rasgos, la KORE es una columna bass-reflex de 4 vías y 5 altavoces, estos últimos diseñados y construidos -la excepción, Mr. Worre dixit, es la película de mylar/estampada que se utiliza en el supertweeter- por la propia DALI con materiales que en el caso de los conos de los transductores de graves y medios -hablamos de la icónica fibra de madera- son todo un clásico de la casa. El Sr. Worre insistió mucho en la calidad de los materiales empleados, que, por cierto, proceden en su totalidad de proveedores locales, y, por supuesto, en la configuración empleada, con recintos y puertos bass-reflex independientes para cada woofer, para el altavoz de medios -en este caso una línea de transmisión abierta por su zona superior- y el sistema híbrido para agudos y superagudos, todo ello montado en un recinto que utiliza un panel continuamente curvado que se cierra en la zona posterior. Sobra decir que en los motores magnéticos encontramos una de las soluciones de ingeniería más celebradas de DALI, el material SMC -“Soft Magnetic Compound”- que, entre otras mejoras, permite maximizar la capacidad dinámica manteniendo a la vez bajo control la distorsión. Igualmente interesante, por su efectividad, es el esquema “Balanced Drive”, con su doble bobina móvil, utilizada en los altavoces de graves y medios y que, de nuevo, permite maximizar la capacidad de manejo de potencia sin que ello comporte más distorsión.” A la KORE le siguió la más asequible pero conceptualmente muy similar EPIKORE 11, presentada por todo lo alto en el salón High End de Múnich de 2023 y que supuso la constatación inapelable del éxito de la primera y por lo tanto la incorporación -de hecho, reincorporación- definitiva de DALI a la élite del High End.
Una gama extremadamente completa que corona una efeméride triunfal
En lo que a nuestro país se refiere, no se puede negar que el éxito de DALI corre paralelo al trabajo realizado por su actual importador, la madrileña Sound & Pixel, aunque hay que reconocer que la inteligencia y extensión del catálogo de la compañía han ayudado lo suyo, puesto que en el mismo encontramos incluso auriculares con transductores equipados con el antes mencionado SMC. Que la firma danesa haya ganado, entre otros, nada menos que 22 de los prestigiosos e influyentes What Hi-Fi? Awards habla alto y claro sobre su implicación en la promoción del audio de calidad a todos los niveles. De DALI me gustaría destacar igualmente sus cuidadas producciones y recopilaciones musicales en vinilo y CD, convertidas en todo un clásico de no pocas demostraciones en salones y tiendas especializados y que reflejan el compromiso inequívoco de la compañía con la música. No en vano en el catálogo de la Serie Opticon que obra en mi poder se puede leer esta bella y elocuente frase atribuida a Hans Christian Andersen que considero perfecta para cerrar este artículo: “Donde las palabras fracasan, la música habla”.