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“El Sonido Más Musical” celebra su 70º cumpleaños

En el universo del audio doméstico de alta calidad hay marcas que no necesitan presentación porque conectan íntimamente con los albores de la reproducción musical con mayúsculas. En el ámbito de las electrónicas, una de dichas marcas es sin ninguna duda la originariamente estadounidense y ahora japonesa Marantz, fundada en 1953 en Nueva York por el legendario Saul Bernard Marantz y que este mes de julio está celebrando por todo lo alto, participación del genial compositor, músico y productor alemán Max Richter en directo incluida, el 70º aniversario de su fundación. El presente artículo es un homenaje al talento y la perseverancia de una compañía que a lo largo del tiempo, de mucho tiempo, ha sabido preservar sus esencias adaptándose a la vez, innovando al máximo nivel, a la dinámica de un mercado en el que desde el advenimiento del CD en 1982-1983 parece haberse instalado una especie de revolución permanente. Una revolución a la que Marantz ha aportado el valor de la tradición bien entendida en la forma de unos productos que no sólo han buscado la excelencia en todos y cada uno de sus aspectos sino que, lo más importante, han conseguido ponerla al alcance de un vasto abanico de entusiastas del sonido en sus facetas estereofónicas y multicanal. 

Una poderosa historia de innovación tecnológica altamente imaginativa 

Recuerdo casi como si fuese ayer mi “primer contacto” con Marantz, un contacto muy especial por cuanto coincide con los albores de una afición que se ha mantenido intacta durante casi medio siglo. Creo que fue en la edición de 1975 ó 1976 del barcelonés certamen (¡y además internacional!) Sonimag, concretamente en un amplio y elegante espacio ocupado por la española Vieta, marca bajo cuyo paraguas se instalaron algunos grandes nombres de la entonces incipiente, sobre todo en nuestro país, Alta Fidelidad, entre ellos Marantz. Me acuerdo de un señor con traje y corbata que se encargaba de las demostraciones en un espacio amplio y elegante utilizando como fuente uno de los muy cuidados giradiscos Ocnoson de la propia Vieta con un disco de la estadounidense Delos magníficamente grabado que varias décadas después encontré en vinilo en Barcelona y, lógicamente, adquirí. No recuerdo con precisión más “experiencias de escucha Marantz” concretas en Sonimag, pero sí en tiendas de Barcelona como la muy exclusiva Aixelá (en la que se formaron profesionales de la talla de Joan Sirat, quien a mediados de la década de los 80’ fundaría, también en la Ciudad Condal, el emblemático establecimiento especializado (todavía en activo) Audio Reference o las más “comerciales” Coesa, Fidelcolor, Werner (aunque no estoy seguro) y un par o tres más cuyos nombres no recuerdo. De lo que sí me acuerdo es de que todo el material de la época a la que me estoy refiriendo eran 100% a transistores, con modelos cuadrafónicos (una moda interesante pero que no cuajó, quizá por prematura en lo tecnológico) incluidos y con una estética característica que todavía hoy me sigue pareciendo fascinante.

En lo que a mi aventura personal con productos Marantz se refiere, les diré que se remonta a septiembre de 1987, cuando la asistencia a un certamen audiófilo (no me pregunten el nombre, por favor) celebrado en el lujoso Hotel Martinez de la bella localidad francesa de Cannes hizo que en una de las habitaciones descubriera, y me enamorara, de una auténtica preciosidad: el reproductor de discos compactos CD-94, que adquirí casi de inmediato al volver a casa y más adelante “reforcé” con su procesador digital de audio a juego, el CDA-94. Dos máquinas soberbias en todos los aspectos (concepción, electrónica, mecánica, estética) que, vistas con la perspectiva que da el tiempo, fueron de lo mejorcito que dio la época “Philips-Marantz” a la que hago referencia más adelante.

 

Después de este paréntesis emocional, entraré ya en materia, para lo que les adelanto que la, en mi opinión, muy detallada información sobre los modelos de los primeros 26 años de Marantz proceden de un número especial de la prestigiosa revista japonesa “Stereo Sound” editado en inglés con el título “ALL ABOUT MARANTZ” para celebrar el primer medio siglo de la marca y que me regalaron los responsables de su importación para nuestro país en aquel entonces. En cuanto a las fotografías, he “tirado de hemeroteca” aunque siento decirles que no he sido capaz de encontrar uno de los preciosos catálogos (que en su momento guardaba como oro en paño) correspondientes a la bautizada como “La época Superscope”. Por cierto: quienes quieran ir por la vía rápida en este viaje a través de la historia y el significado de Marantz, les recomiendo que echen un vistazo el siguiente enlace: https://www.marantz.com/en-us/timeline 

Nacido el 7 de Julio de 1911 y fallecido el 16 de Enero de 1997, Saul Bernard Marantz será recordado para siempre por los amantes de la reproducción sonora sin compromiso como uno de los genuinos padres fundadores de la Alta Fidelidad y uno de los monstruos sagrados de la “era dorada” de una afición que, como decíamos anteriormente, lleva décadas experimentando una profunda transformación. Su interés por la electrónica despertó durante su juventud, que transcurrió en el barrio neoyorquino de Brooklyn, a la vez que su condición de músico aficionado le convirtió en un apasionado de la guitarra y el cello. Entre sus aficiones declaradas figuraron también la fotografía y el coleccionismo de obras de arte chino y japonés, a la vez que trabajó como diseñador industrial/gráfico.

En 1951, Saul B. Marantz empezó a fabricar el preamplificador monofónico a válvulas Audio Consolette sin ningún tipo de interés personal: era un gran fanático de los recientemente comercializados (1948) discos de vinilo y en principio puso a punto el aparato en cuestión sólo para uso propio. Sin embargo, el preamplificador en cuestión empezó a ganar renombre entre el círculo de amigos de Marantz y éste empezó a fabricarlo bajo pedido. En 1952 el Audio Consolette se comercializaba oficialmente por un precio (mueble incluido) de 155 dólares. Era compatible con 36 curvas de ecualización para discos de duración estándar (SP) y larga (LP), incluía válvulas 12AX7 y 12AU7 y permaneció en el mercado hasta 1955. En 1953, Saul B. Marantz fundaba la Marantz Company en Long Island, Nueva York. 

Lo que viene a partir de aquí es un torrente de productos que marcaron época y que en muchos casos son considerados como insuperables desde el punto de vista sonoro. Así, en 1954 vio la luz el previo monofónico con ecualización RIAA Model 1, mientras que en 1956 se comercializó la etapa de potencia monofónica de 40 vatios continuos (20 en modo triodo) Model 2 (diseñada por Sydney Stockton Smith, cantante de ópera y esposo de violinista que al parecer tenía un talento natural para el diseño de componentes de audio). En 1957 salían al mercado el filtro electrónico monofónico de 2 vías Model 3 y la fuente de alimentación (para los modelos 1 ó 3) Model 4, esta última equipada con un rectificador de selenio. En 1958 llegan la etapa de potencia monofónica Model 5, el adaptador estereofónico Model 6 y el preamplificador estereofónico Model 7 (273 dólares con mueble incluido y equipado con seis válvulas ECC83/12AX7), mientras que en 1959 hace lo propio la etapa de potencia estereofónica Model 8A (que de hecho combinaba dos amplificadores monofónicos Model 5 en el mismo chasis), más adelante (en 1961 para ser exactos) mejorada en la forma de la Model 8B.

En 1960 se comercializan las legendarias etapas de potencia monofónicas a válvulas Model 9 y Model 9R (versión de la anterior para montaje en rack). La etapa de salida estaba formada por un “push-pull” paralelo de válvulas 6CA7 que permitía disponer de 70 vatios en modo estándar y 40 en modo triodo. Además, la Model 9 fue la primera etapa de potencia que incluía un panel frontal, a la vez que un elaborado circuito de corrección de la fase y la fuente de alimentación combinaba un doble rectificador de tensión con diodos de silicio. Sobre la excelencia de este amplificador habla alto y claro el hecho de que el control y la estabilidad en su entrega de potencia eran tan suaves que la NASA puso a punto una versión de su topología para su empleo en el Progrema espacial Apolo. Las válvulas empleadas eran dos 6DJ8/ECC88, una 6CG7 y cuatro 6CA7/EL34. En 1961, el legendario creador de sintonizadores de radio Richard R. Sequerra entraba a formar parte del equipo de Marantz, siendo el primer fruto de esta colaboración el anuncio, en 1962, de un nuevo concepto en el que se utilizaba un tubo de osciloscopio para el indicador multi-trayecto/sintonía del prototipo del sintonizador de radio FM Model 10. En 1963 se comercializa (al precio de 650 dólares) el sintonizador de radio FM a válvulas Model 10B, así como el giradiscos con brazo tangencial SLT-12. En 1964 se produce el primer cambio drástico en la trayectoria de Marantz al ser adquirida por Superscope, lo que supondrá el paso al estado sólido (transistor) y a una serie de productos más comerciales que permitirán expandir el potencial de la marca.

La época Superscope (1965-1979)

Aquí habría que destacar en primer lugar la comercialización, en 1965, del Model 7T, primer preamplificador a transistores de Marantz, al que en 1966 seguiría la de la etapa de potencia estereofónica (con arquitectura doble monofónica y precio de venta de 395 dólares) Model 15 y, en 1967, la del receptor de estado sólido Model 18 (equipado con el indicador basado en tubos de osciloscopio antes mencionado). En 1968 tiene lugar otro acontecimiento clave en la historia de Marantz: la dimisión de Saul Bernard Marantz como presidente de Marantz, Co. A partir de aquí, el goteo de productos es continuo, con modelos tan relevantes como la etapa de potencia de 2×250 vatios Model 500 (1973), los amplificadores integrados Model 1200B (1974) y Model 1250 (1976), las cajas acústicas HD-88 (1977), el sintonizador de AM/FM Model 2120, la etapa de potencia en Clase A/AB SM-6 (1979), la fabulosa etapa de potencia SM1000 (1979) y el aristocrático y opulento giradiscos con fuente de alimentación separada TT-7 (1979). Resulta interesante saber que también en 1979 se pusieron a la venta réplicas en kit Model 7K (previo), Model 88K (etapa de potencia a válvulas) y Model 9K (etapa de potencia a válvulas)… de algún modo, la consolidación como leyenda de los Model 7/9 estaba ya en marcha.

La época Philips-Marantz (1980-2000)

La mayoría de entusiastas de la Alta Fidelidad “en activo” conocerán sin duda las realizaciones de Marantz nacidas bajo la égida de la relación de la marca con la holandesa Philips. Aquí se producirá la expansión definitiva de la marca al mercado de gran consumo, aunque manteniendo siempre su tradicional obsesión por la calidad sonora. Máquinas como el soberbio amplificador integrado PM-94 (1987), el ordenador de audio AX1000 (1991), el conjunto mecánica de transporte CD/procesador digital CD-94/CDA-94 (1987), el grabador de discos compactos CDR-1 (1991), el muy musical y asequible reproductor de discos compactos CD-63 (1993), la imponente etapa de potencia monofónica a válvulas Project T-1 (1995) o el reproductor de SACD A-1 (1999) todavía permanecen en la memoria de los aficionados… todo ello sin olvidar las réplicas de los modelos 7, 8B y 9 comercializadas en edición limitada en 1995. Marantz siempre ha apostado fuerte por la tecnología tanto en la vertiente analógica y digital (recordemos los todavía vigentes módulos HDAM o el sofisticado esquema de conversión D/A DAC7), a la vez que la aparición de diseños especiales (siendo el primero de ellos la versión “KI” del antes mencionado CD-63) del que durante largos años (fallecido en 2019) “Brand Ambassador” de la marca, el carismático ingeniero japonés Ken Ishiwata, la convirtió (privilegiada condición que todavía mantiene) en uno de los iconos del High End asequible a escala planetaria. En el año 2001, Marantz Japón adquirió la marca Marantz y los derechos de comercialización mundial de la misma a Philips. La compañía expandió sus horizontes al entonces Cine en Casa (dispositivos de visualización de imágenes, concretamente videoproyectores, incluidos) a la vez que en 2002 comercializó modelos tan excepcionales como el preamplificador SC-7S1 y las etapas de potencia monofónicas MA-9S1, ambos englobados en la conocida en aquel entonces como Serie Reference.

El tercer milenio: la leyenda se renueva expandiendo sus horizontes

Con permiso de los “Reference” que acabo de mencionar, puede decirse que Marantz entró en el tercer milenio de nuestra era con el pie puesto en todos los ámbitos posibles fruto de una combinación única de potencia industrial y capacidad innovadora, todo ello sin renunciar a su principio fundacional clave: la búsqueda de la máxima naturalidad en la reproducción del sonido. Recordemos que la primera década de ese tercer milenio fue la de la “cohabitación” de Alta Fidelidad y Cine en Casa, a la que la firma japonesa sirvió aportando al segundo la filosofía de la primera, una estrategia que le permitió marcar la diferencia hasta nuestros días. Para que se hagan una idea de lo que significó la “cohabitación” a la que me acabo de referir, basta con saber la composición del catálogo de Marantz en el año 2008, estructurado en tres series bautizadas con los nombres Reference, Premium y Range. La primera de ellas estaba formada por el reproductor de SACD SA-7S1, el preamplificador SC-7S2 y la etapa de potencia monofónica MA-9S2 mientras que la segunda estaba compuesta por los amplificadores integrados estereofónicos PM-15S1 y PM-11S2, el preamplificador SC-11S1, la etapa de potencia estereofónica SM-11S1, los reproductores de SACD SA-15S1 y SA-11S2, el sintonizador de radio ST-15S1, el giradiscos TT-16S1 y los videoproyectores (DLP) VP-11S2 y VP-15S1. Por su parte, la popular gama Range lo abarcaba prácticamente de todo, desde amplificadores integrados estereofónicos y lectores de CD que permanecieron (vía sutiles actualizaciones) en el mercado durante largos años hasta receptores de A/V (los celebrados “SR”), etapas de potencia multicanal y reproductores de Blu-ray Disc.

En diciembre de 2016 tuvo lugar un evento crucial en la historia de Marantz como Reference en excelencia sonora: la presentación del amplificador integrado estereofónico PM-10 y el reproductor de SACD con DAC SA-10, dos fabulosas electrónicas diseñadas y construidas en Japón que se erigían no sólo en la nueva élite de la marca sino también en el referente tecnológico de las generaciones venideras. Tuve la oportunidad de asistir a dicha presentación, celebrada en el cuartel general europeo de Marantz (Eindhoven, Holanda) y en la que se dieron todo lujo de detalles tanto sobre el uso pionero de la Clase D en el amplificador como, sobre todo, del revolucionario esquema de “conversión D/A sin convertidor D/A” Marantz Musical Mastering (MMM) del lector digital. Son los productos mencionados auténticas maravillas que en el momento de escribir estas líneas (julio de 2023) siguen coronando la propuesta estereofónica de nuestra “invitada”.

Finalizo mi periplo sobre la trayectoria de Marantz con una breve reseña del actual momento de la marca, aprovechando de paso para recordarles que está integrada en el grupo estadounidense Masimo Consumer. Breve no porque haya poco que contar sino porque básicamente ya lo he contado con todo lujo de detalles en esta misma publicación y no quiero insistir con ello. Aquí tomo prestadas las palabras que figuran en la “timeline” a la que he hecho referencia en líneas anteriores porque creo que el título elegido para reflejar el momento actual de Marantz lo dice todo: “2020-Presente: Diseñados para el Futuro”. Así, en 2020 (justo antes del célebre confinamiento por cortesía de la Covid-19) se comercializó el amplificador integrado estereofónico 100% analógico MODEL 30, cuyo tan atrevido como logrado diseño industrial a caballo entre tradición e innovación marcó el camino a seguir a partir de entonces. Así fue en el reproductor digital a juego SACD 30n y, más adelante, en el también amplificador integrado estereofónico (aunque en este caso con streamer y conectividad HDMI ARC incorporados) MODEL 40n, el lector de discos compactos CD 60 y la exquisita gama de electrónicas para A/V de la Serie CINEMA. Todos los productos de última generación a los que acabo de mencionar comparten catálogo, en línea con el “ethos” de excelencia atemporal que caracteriza a Marantz, con otros de la época inmediatamente anterior.

Un viaje que ha valido la pena

Es la de Marantz una (apasionante) historia en continuo movimiento dentro en un mercado en perpetuo cambio, por lo que no hay otra conclusión posible para el presente artículo que no sea desearle, como harían en mi querida Star Trek, “larga vida y prosperidad”. Visto el camino recorrido en estas siete décadas, no cabe la menor duda de que el viaje ha valido la pena y que “El Sonido Más Musical” está más vivo que nunca.

Marantz

 

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