El segundo es la diadema. Bajo el doble arco tiene la función de ser el punto de apoyo central y más importante en la colocación del auricular. La nueva diadema ya no tiene protuberancias, como la del k701, que suscitó en su momento duras críticas por usuarios que la encontraban incómoda y algo dolorosa. Ahora no es de piel, sino de una tela sintética acolchada y transpirable, rematada en piel en las zonas sin contacto, y notablemente más cómoda y apropiada para largas sesiones.
El tercero es el sistema de autoajuste, que en los modelos anteriores era automático mediante una goma que sujetaba la diadema a las copas. En este caso la unión se realiza mediante una junta por pasos. La elección, imagino, se ha hecho por razones de durabilidad, ya que la goma acababa aflojándose con el tiempo y se hacía necesario un cambio con los años. De nuevo otro detalle orientado al uso profesional intensivo. Al principio me apenó la idea de perder el magnífico sistema de autoajuste de AKG, ya que siempre me ha parecido muy cómodo. Sólo te colocas el auricular y listo. Ahora se hace necesario un ajuste cada vez que se cambia de usuario. Pero con el uso he encontrado clara su ventaja. Además de que el sistema es bastante cómodo, ya que el ajuste se puede realizar sin problemas una vez colocado el auricular (la posición de los botones laterales, con el anagrama de la marca, se encuentran de inmediato al agarrar el auricular con la mano incluso una vez puesto), y se puede ajustar la dureza de presión de la diadema cambiando las posiciones, logrando más o menos fijación y estabilidad según lo relajado o activo del uso. Al ver algunas imágenes y videos por internet el sistema me pareció algo tosco y duro, pero al usarlo descubrí que para moverlo hay que presionar los botones hacia adentro, y el deslizamiento es suave y sin pasos. Luego sueltas el botón y la posición queda fijada firmemente.
El cuarto es menos importante, pero curioso a nivel práctico y estético. Se trata de la nueva disposición de la junta cardán, antes en el interior de la copa y ahora en el exterior, claramente visible como un elemento estético del auricular. El funcionamiento es mejor, y se reducen los posibles ruidos derivados del movimiento de la misma. Además, ahora está claramente reforzada, ya que se ha realizado por completo con elementos metálicos y de mayor tamaño.
Por último, aunque no poco importante, está la reducción de la conexión del cable. Ahora se hace mediante un conector Lemo, más robusto y duradero que las antiguas conexiones de plástico, y de menor tamaño. El cable también ha reducido su sección, y va conectado sólo al lado izquierdo. Es un ejemplo de cable cómodo y práctico, que no llegua a la calidad de otros modelos de la competencia, pero que aporta un uso mucho más versátil. Además, el jack de conexión es de doble tamaño con unión a rosca, lo que permite usar el k812 con todo tipo de fuentes. Luego nos extenderemos en este punto.
El resultado del conjunto, con todas estas pequeñas mejoras y partiendo de un diseño realmente logrado, me parece sobresaliente en todos los aspectos. Es innegable que hay modelos en este sector mucho más lujosos, con el uso de materiales nobles como pieles muy refinadas y maderas naturales. Pero considero impecable a AKG en este apartado, ya que prima el diseño industrial puro, donde es un referente incuestionable. Sin lujos en lo material, pero con sentido práctico y estético.
Sonido
No voy a andar con rodeos en este caso. El k812 es uno de los mejores auriculares que he probado. AKG ha sabido desarrollar un auricular que se mueve en capacidad técnica en el nivel más alto, y además le ha dotado de una gran versatilidad de uso.
En términos estrictamente técnicos, donde la capacidad dinámica y resolutiva, la escena y focalización, y la perfección tímbrica son los factores principales se mueve junto a los más capaces del mercado. Es posible encontrar algún modelo que le supere en determinados aspectos, pero ninguno que lo mejore en todos.
El perfil del k812, y esto es importante destacarlo, es el característico de la marca. Estamos hablando, por tanto, de un auricular muy equilibrado tonalmente, con una presentación suave y de carácter analítico. El estilo sonoro de AKG en los modelos de alta gama es bien conocido por la mayoría de los aficionados, y es el primer punto a considerar a la hora de valorar si este modelo va en la línea de lo que buscamos o no.
