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Por último, y tal vez sea el aspecto más destacable y logrado del k812, está la musicalidad y la sensación de coherencia conseguida en la reproducción. Este aspecto suele ser algo muy subjetivo, y hasta la escucha del k812 era algo que yo sólo he atribuido a auriculares con un perfil algo coloreado. Parecía que había que escoger: o nos inclinábamos por un auricular con una curva frecuencial plana obteniendo mucha fidelidad pero menos diversión, o apostábamos por un auricular con más carácter y algo de color dentro del equilibrio de conjunto, disfrutando con más facilidad pero renunciando a un alto grado de fidelidad. La constante disyuntiva en el mundo del audio con cualquier equipo. Hasta ahora el auricular que para mí mejor resolvía esta cuestión era el LCD-2 de Audeze. El k812, también lo consigue, aunque de un modo diferente.

El LCD-2 basa su musicalidad en una reproducción más física, característica de su naturaleza ortodinámica. Es un auricular magnífico, sin duda alguna, y resuelve el compromiso de capacidad técnica y musicalidad de manera notable, aunque no llega a la resolución ni al desarrollo escénico de los dinámicos más capaces. El k812 consigue la mismo mediante una fluidez y una plenitud musical que llena la escena de sonido, de música, y hablamos de una escena bastante más amplia y profunda que la del LCD-2, consiguiendo una cohesión de conjunto espectacular. Conseguir la amplitud escénica característica de AKG, su tremenda resolución, su equilibrio tímbrico, y además hacerlo corrigiendo la característica sequedad o sobriedad de los auriculares con este perfil es todo un logro.

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El conjunto sonoro del k812, por lo dicho hasta ahora, es de un nivel muy alto. No obstante, ningún equipo es perfecto, y no podemos esperar que lo haga todo bien. A pesar de que es con diferencia el AKG más musical y versátil realizado hasta el momento, el k812 es un auricular con una pegada limitada. No encontraremos en él la contundencia de un LCD2, ni la extrema dinámica de un hd800. Apuesta más por la suavidad en la reproducción y el desarrollo escénico, con una resolución imponente y una musicalidad inédita en un auricular de su carácter. Destinado a profesionales que requieran fidelidad y capacidad de análisis para la producción y a aficionados que degusten música con mucha calidad de grabación, destacará especialmente con música sinfónica, jazz, música instrumental moderna (impresionante con bandas sonoras) y pop-rock bien producido. No lo veo para estilos agresivos o extremos, por ejemplo. Y su estilo analítico y suave podrá resultar, al igual que otros modelos por todos bien conocidos, excesivamente brillante y etéreo para muchos. Nada que nos sorprenda a estas alturas.

Combinaciones

Este es, sin duda, el apartado más sorprendente de este nuevo k812 y en el que el AKG consigue algo en mi opinión inédito hasta el momento. Siempre hemos comprobado que los modelos de esta marca eran de una excelente calidad sonora, pero que requerían para lucir debidamente de un equipo muy capaz y concreto tras ellos. Siempre se ha comentado entre los aficionados que los AKG valían más de lo que parecía, ya que había que destinar parte del presupuesto a la amplificación. Y con mucha razón.

Pues bien, ya no es así. El k812 es un auricular sorprendentemente fácil de mover. Como es natural, hablando de un auricular con estas prestaciones no se puede esperar que no crezca con una amplificación de calidad. Por descontado. El k812 es merecedor de un amplificador de gran categoría, donde podremos degustar de su terrible potencial tímbrico y dinámico sin medida.

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Aceptado este lógico punto, el k812 puede conectarse a cualquier reproductor portátil, tableta u ordenador y rendirá de manera más que notable. No notaremos esta ausencia de dinámica que hace prácticamente imposible la escucha con otros modelos insignia. Por no hablar de los modelos ortodinámicos, que son complicados de mover hasta con amplificadores de alto nivel.

Esta cualidad del k812 se puede interpretar como un clarísimo logro de AKG. Ha logrado diseñar un auricular de grandes prestaciones y de perfil neutro que no exige un equipo de varios miles de euros detrás para rendir a alto nivel. No se me ocurre otro auricular que consiga esto, ya que fáciles de mover los hay, pero no a este nivel y con este perfil. Suelen ir más bien del lado del color. Encuentro esta cualidad más orientada al mercado profesional que al audio portátil. En el mercado profesional se dispone de buen equipo, pero nunca se llega a los extremos de los aficionados audiófilos. No obstante, es algo de lo que sin duda sacaremos partido todos los aficionados. Y es de agradecer. Últimamente he podido probar modelos extraordinarios, pero que lamentablemente eran tan exigentes que no se podían disfrutar salvo con un equipo tremendo detrás, y en ocasiones ni aún así.

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