¡Pista para el despegue!
Debo de reconocer que me he tomado mi tiempo para examinar este aparato, porque cuando uno disfruta de verdad, el reloj parece que acelera sus manecillas, como si fuesen las aspas del reactor de algún apresurado jet. Así es como pasa el tiempo cuando uno tiene el privilegio de disfrutar de una máquina de hacer música, como es este previo de fono.
El Allnic Phono Equalizer es un aparato que te atrapa desde el primer momento que lo escuchas. Quizá uno no es capaz de identificar desde el primer instante, el por qué disfruta tanto con este previo, pero lo cierto es que engancha. Debo de reconocer que nunca había gastado tanto tiempo en mi sala oyendo música como estas últimas semanas, y el Allnic es directamente responsable de este hecho. Quizá sea la magia de las válvulas, de las cuales el H-1500 II plus esta bien provisto, o una incomparable sinergia con el conjunto brazo-cápsula de mi instalación. Lo cierto es que la combinación sonó impresionante desde el primer minuto.
El grave es intenso y generoso, destila fuerza y sutileza a partes iguales, con una articulación que muy pocas veces he visto exhibir a algún equipo con fuente analógica. Los cimientos, que esta parte del espectro sonoro debe de sentar, para que el mensaje musical crezca a su alrededor, quedan perfectamente establecidos sin ninguna timidez. El grave de nuestro invitado literalmente se materializa en la sala, como si hubiera sido teletransportado desde el momento de la grabación original, mostrando una solidez y una presencia que se percibe físicamente en nuestro cuerpo, oleada tras oleada. Ahora el que avisa no es traidor, abstenerse equipos con problemas de modos de sala o resonancias en la parte baja del espectro, no puedo imaginar un aparato más crítico con este tipo de problemas. Por otra parte os puedo asegurar que mi subwoofer Wilson Audio WHOW y yo acabábamos encantados en cada audición.
La franja media tiene una presencia muy agradable, mostrando a su vez una dinámica radical, pero que a la vez no es nada molesta. El medio agudo es delicioso, presentándose sin ningún tipo de agresividad ni distorsión. Las voces femeninas son exquisitas pero sin perder energía. Posee en esta parte del espectro sonoro una liquidez que enamora, extendiéndose sin limitaciones hasta la parte mas extrema del agudo. Una ópera con el Allnic es una experiencia increíble, solo comparable a una interpretación en vivo. ¡Genial!
El agudo es abierto, extenso pero sin exagerar, con energía en todo momento, pero sin resultar muy incisivo. Es muy agradable enseñando sin tapujos toda la información presente en el disco, pero sin incidir en ningún momento en la presencia de esta en el mensaje sonoro. A mí me pareció muy correcto, pero quien desee una mayor incidencia en este rango de las frecuencias sonoras, tendrá que ir sin duda a por una cápsula más abierta y reveladora que mi Ruby Z. Una Lyra podría ser la respuesta. No obstante yo quedé plenamente satisfecho con mi configuración.
La dinámica es simplemente salvaje en todas las zonas del espectro sonoro, uno no puede más que mirar continuamente al frente de la sala, para convencerse continuamente de que es una grabación y no una interpretación en vivo. Con algunos discos de Sheffield Labs es increíblemente real, sorprendiéndome con unas grabaciones que ciertamente creía muy escuchadas.
La escena es correcta, quizá lo que está más en acorde a su precio, tiene una anchura bastante respetable, abriendo muy bien en la parte de la escena exterior a las cajas pero quedando un poquito corta en altura, quizá el único defecto que he sido capaz de encontrar. Tiene una profundidad correcta y aporta algunos planos a la escena.