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¡Enciendan motores!

Por diversas razones hacía tiempo que no realizaba ningún análisis de fuentes analógicas, pero parece que últimamente el destino ha querido que me enfrente a dos seguidas. En este caso he tenido la ocasión y la gran suerte, de tener en mi sala durante tres semanas un AMG V12, (La V es por “Viella”) o simplemente V12.

AMG, siglas que responden por “Analog Manufaktur Germany», es una firma ubicada al Norte de Munich que se dedica exclusivamente a la fabricación de fuentes analógicas, tanto platos, como brazos. Posiblemente la mayor parte de nuestros lectores no haya oído ni hablar de esta joven firma alemana, pero gracias a la labor de su importador en España, Alma Audio, tenemos la oportunidad de poder disfrutar de un producto como este. Werner Roeschlau y su hijo Julian Lorenzi son los principales responsables del desarrollo de sus productos. Después de haber reunido una experiencia muy importante fabricando piezas de precisión, para algunos de los platos más renombrados del panorama internacional, se decidieron a introducir su propia línea de productos. Actualmente fabrican un plato, un brazo de 12  y otro de 9 pulgadas, y próximamente introducirán una cápsula de nombre “Teatro”.

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En esta ocasión el plato llegó a mi casa transportado directamente por su importador, Jorge Castellano de Alma Audio, quien tuvo la gentileza de montarlo en mi sala. En realidad fue una labor a dos bandas, ya que después de realizar Jorge las tareas pesadas, yo pasé a instalar cuidadosamente mi Lyra Titan i en el brazo AMG. Mi agradecimiento a Alma Audio por tantos cuidados y atenciones, así da gusto.

El AMG V12 es un plato precioso, por momentos y dado su nombre casi podemos pensar en cilindros compresores y gasolina. Pero nada más lejos de la realidad, estamos hablando de audio analógico puro y de gran envergadura. Según quedó instalado en mi sala, pude darme cuenta del acabado tan cuidado y de la atención al detalle que se le ha proporcionado a este producto. El plinto esta realizado en aluminio de 25mm. y se recubre opcionalmente con un embellecedor de madera, caro pero precioso. Se une al suelo mediante tres pies ajustables y se nivela fácilmente gracias a un nivel de burbuja que viene elegante y funcionalmente integrado.

La tracción se realiza mediante un motor de precisión de 24v DC de baja velocidad. Este motor esta desacoplado del plinto mediante cinco monturas mixtas de metal y goma y está controlado por tres botones que nos permiten elegir tres velocidades diferentes, 33, 45 y 78 rpm. A su vez, permite ajustar con muy alta precisión la velocidad de giro en cualquiera de las tres velocidades disponibles. La iluminación de los botones cambia de color dependiendo de la función activada. El “platter” en si es increíble, esta fabricado en aluminio de calidad aeronáutica, con un borde exterior bastante pesado para producir un efecto de volante de inercia. Su peso es de 11 kgrs y su diámetro 318mm.

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Pero en mi opinión, a pesar de las cualidades constructivas relatadas antes, el plato fuerte de todo este invento es el brazo. Un perfecto ejemplo de cómo diseño, elegancia, simplicidad y funcionalidad, se pueden combinar en un cocktail capaz de maravillar a los paladares más exquisitos. Es un diseño de doble pivote de 12 pulgadas, de una precisión absoluta y totalmente libre de mantenimiento. A destacar su mecanismo de movimiento vertical, inspirado en la técnica usada en los rotores de los helicópteros. El brazo en sí esta realizado en aluminio anodizado de calidad aeronáutica, para un control total de las resonancias, y tiene una masa efectiva de 12 gramos. Utiliza dos contrapesos desacoplados del brazo mediante unas anillas de teflón. El mecanismo que se encarga del “anti-skating” es magnético y de gran precisión. El control del VTA se realiza mediante un mecanismo muy sencillo y efectivo, e incluso puede ser ajustado durante la reproducción. Ya para finalizar, el AMG es suministrado con un “clamp” enroscable de aluminio anodizado, que consigue una firme sujeción de los vinilos al plato.

No me extenderé en el proceso de ajuste del V12, creo que a estas alturas todos los que somos aficionados al mundo del vinilo tenemos una idea bastante clara de los pasos a dar, para hacer que nuestros reproductores funcionen al máximo de sus posibilidades. Solo comentaré que el proceso con nuestro protagonista es extremadamente fácil e intuitivo, más si se utiliza una herramienta tan util y fácil de usar como el Fozgometer para ajustar el Azimut. Dos horas de escucha con grabaciones de referencia fueron suficientes para dejar el combo Viella – Lyra Titan i funcionando de manera totalmente satisfactoria.

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