Reflexiones y datos
En un mundo perfecto ninguno de los análisis de nuestra página tendría ningún sentido.
En un mundo perfecto todos tendríamos la misma fuente, el mismo previo, el mismo amplificador, los mismos cables, y los mismos altavoces.
En un mundo perfecto todos escucharíamos la misma música escrita por el mismo compositor e interpretada impecablemente.
En un mundo perfecto todos estaríamos aburridos hasta la médula.
Así que saber que vivimos en un mundo imperfecto realmente resulta un alivio. De esta forma, siempre que llega un producto a mi sala hago esta reflexión. Resulta más adecuado analizar un producto con este punto de vista en mis miras. Igualmente es conveniente realizar esta consideración siempre que un invitado escucha nuestro equipo, y ante nuestra sorpresa e incomprensión, frunce el ceño ante lo que nosotros consideramos la perfección. Muchas veces lo que a nosotros nos llena, para otro es lamentable, y no porque sea cualitativamente mejor o peor. Simplemente porque es cuestión de gustos. Gracias a esto existen innumerables marcas que ofrecen características que a algunos encantan, y que a otros simplemente horrorizan.
¿Y por qué digo esto? Simplemente, quiero poner en perspectiva ante los lectores de nuestra revista, que aún siendo fan acérrimo de una marca determinada de altavoces -tengo muy claro que no son perfectos, no penséis otra cosa-, soy capaz de escuchar otros y buscar sus virtudes y defectos disfrutándolos en el proceso. Repito soy plenamente consciente de que la perfección no existe, y que hay vida más allá de lo que para “mí” es un altavoz ideal.
En este caso el producto que llega a mi particular laboratorio de la subjetividad, son una pareja de cajas de una marca que particularmente estaba ansioso por probar con mi equipo, ATC, siglas que atienden por “Acoustic Transducer Company”.
Esta marca de nacionalidad británica, y con sede en Gloucestershire, fue fundada en 1974 por el ingeniero de electrónica australiano Billy Woodman. Desde su fundación ha estado profundamente relacionada con el mundo del audio profesional habiendo proporcionado material a algunos de los mejores estudios de grabación y masterización del momento -los celebérrimos y desaparecidos estudios Sony de Nueva York fueron clientes suyos-. Por cierto estudios muy queridos para mi, ya que algunas de mis etapas proceden de esas instalaciones. De igual manera también a algunos de los mejores ingenieros de sonido, tales como Bob Ludwig o Doug Sax -este último ingeniero de Sheffield Labs-. Este particular pedigrí hacía que mi interés sobre esta marca fuese terriblemente grande desde hace ya mucho tiempo. Pero por diversas circunstancias nunca se me había presentado una clara ocasión de oír unas ATC en mi sala.
Así que cuando se me ofreció la oportunidad de probar unas SCM 50PSL, no dudé ni un solo momento en aceptar la propuesta, y presto acudí con mi coche a recogerlas a una tienda que distribuye los productos de su importador en Madrid. Las 50PSL son voluminosas aunque no excesivamente pesadas, y hubo que cargarlas cuidadosamente en mi coche sin su embalaje original, pero siempre poniendo un cuidado extremo para que no sufrieran daño alguno. La experiencia de cargarlas y transportarlas siempre es interesante, al menos para mí. Soy una persona que le gusta tocar las cosas. Me ayuda muchísimo establecer un vínculo táctil con los aparatos, ya que a mí, percibir su volumen, peso, solidez, e incluso la densidad, de los materiales utilizados, me ayuda a ver la calidad del aparato y a previsualizar algunas de sus características sonoras.
El Monitor de suelo SCM 50PSL tiene un peso de 41 kgrs, un rango de frecuencia útil de 38 Hz a 20 kHz con una dispersión de más – menos 80 grados en el eje horizontal y más – menos 10 grados en el eje vertical. Tienen una sensibilidad de 85db @ 1 Watt/metro, son capaces de proporcionar un nivel máximo de presión sonora continua de 112 dbs @ 1 metro. Tienen tres parejas de conectores, por lo que poseen la capacidad de ser tricableadas. Pueden ser acabadas en calidades de madera estándar de la marca o incluso en acabados especiales según la demanda del cliente. Igualmente esta misma caja esta disponible, si así el cliente lo desea, en modo activo, con amplificadores de 150 watts para graves, 60 watts para medios y 25 watts para agudos.