Bonitos cuadros, grandes cortinas, alfombras, mesitas… todo produciendo un clima muy acogedor y condiciones acústicas realistas. Sin duda comparto este tipo de filosofía pues cuántas veces nos habremos llevado sorpresas, los usuarios con algún añito a cuestas, pues al llegar a casa el producto comprado no suena ni remotamente parecido a lo que en la tienda, con el último adelanto acústico de turno, nos demostró.
Pasando esta gran sala dominada por dos de las cajas más espectaculares que hay en el mercado (Dynaudio Evidence Temptation y Hansen The King V2) se llega a otra sala, sala que lamentablemente no pude “catar” en carne propia al no disponer de ningún equipo montado. Una pena porque como bien le dejé patente a José Felix me resultó que estaba sublimemente decorada y con un toque diferenciador al tener el techo ligeramente abuhardillado, deliciosa.
Tras una amigable charla y tomar unas instantáneas que podréis contemplar a lo largo del reportaje nos pusimos, mi acompañante y yo, a escuchar música.
Música maestro
Tras preguntarme qué tipo de música era de mi agrado pasamos a la acción. Ante mí tenía un sistema formado por varios componentes de las veneradas firmas norteamericanas McIntosh y Pass Labs y la italiana Grandinote con un par de fuentes de alto nivel de origen Clearaudio y Plinius.
Como ya sabéis tengo predilección por el formato rey pero lamentablemente el estupendo Clearaudio Master Solution expuesto, con cápsula Benz Micro Ruby y brazo SME 309, carecía de previo de fono de calidad asociado con lo que no pudimos escuchar nada en analógico. Sin duda algo que recomiendo no debería suceder, más actualmente que el formato está sin duda viviendo un boom de ventas que no hay que dejar ni mucho menos soslayar. Tengamos en cuenta que en 2013 las ventas de vinilo respecto del año 2007 se han incrementado en 5 millones de discos. Y esto hablando de discos nuevos, cuando ya sabemos todos que el mercado de vinilo de segunda mano es muy fuerte y sin duda es el que más dinero mueve.
