Publicidad

Precisión y calidez

Recuerdo perfectamente la misma situación con las CE-1: entrar en la sala y apreciar enseguida un sonido brillante, muy detallado, algo que después en la escucha desde el punto óptimo confirmaría. Responden muy bien a su definición de “monitores” porque permiten un análisis detallado de la grabación, detallado aunque sin añadir nada de agresividad. Como decía, las CR-1 dejan claro desde el primer instante que suenan de otra forma, mucho más cálidas, tanto porque su grave es claramente más presente y suenan con mucho más cuerpo, como porque su parte alta suena… suavísima.

Una vez situado en posición su sonido te seduce por completo, de hecho y cuando apenas llevaba diez minutos con varios cambios rápidos de tema, les confirmé a Jorge y Antonio lo equivocado que yo estaba. Estas cajas cuestan (algo más de) el doble que las CE-1, pero dan ¡mucho más del doble de música!. En realidad y en ese punto podría haber dejado la prueba por hecha, porque nunca unas cajas, un equipo, me había ofrecido tanto y de forma tan honesta y directa. Estuve más de cuatro horas más, hasta que me echaron vaya (en realidad no, pero ya no eran horas de dejarles), pero sólo fue para disfrutar de la música, aunque sí seguí tomando notas como suelo hacer.

Audición TAD CR-1 en AUDIOELITE__5

De las primeras notas que tomé fueron acerca de lo distintas que suenan estas CR-1 a las CE-1. La fuente era otra, sí, y estaba ante mí el equipo TAD Reference 600 al completo, pero no puedo dejar de otorgarles a estas maravillosas cajas todo lo que estaba recibiendo. De hecho, su sonido me recordó mucho al de mis B&W 802D por lo “lleno” (es todo un piropo), pero a partir de ahí las 802D sólo pueden soñar, o mejor dicho puede soñar quien las tiene, incluso perfectamente alimentadas y en una sala lo más óptima posible (yo mismo pienso que estoy muy cerca de ese ideal), tener ese sonido. Las CR-1 permiten un análisis parecido al de las CE-1 de la grabación, ofrecen cada microdetalle, pero lo hacen sin exagerar. Así como las Evolution iluminan la escena con una luz algo exagerada o artificial (fría), las CR-1 iluminan la escena lo bastante como para que lo “veas” todo, pero con una luz mucho más cálida que parece proceder de un millón de velas. Su capacidad de análisis y la resolución extraordinaria de la fuente D-600 nos permitió ya bien entrada la escucha apreciar las sutiles (y no tan sutiles) diferencias que existen entre algunos CD originales y las copias informáticas (yo llevaba discos grabados con mis selecciones y AudioElite contaba con algunos originales). Será sorprendente quizás para algunos “no creyentes” pero… ahí están, aunque curiosamente a mí no siempre me gustó más el original eligiendo a ciegas, posiblemente porque yo esté acostumbrado al sonido de mis copias… y porque en este equipo “todo” sonaba fantástico.

Audición TAD CR-1 en AUDIOELITE__6

La transparencia está ahí, porque sino no apreciarías tantos detalles. Ese sonido de las hojas de la partitura moviéndose, el de los arcos de las cuerdas, la respiración de los músicos… ¡y la del público! Estas cajas (en realidad debo decir “este equipo”) son mágicas con todo, pero muy en particular me emocionaron al máximo con las voces. Temas escuchados centenares de veces en docenas de sistemas, de los discos de Silvia Pérez Cruz o Bebo y Cigala, por poner dos ejemplos que seguro son cercanos, eran extraordinarios escuchados en este equipo. Por “extraordinario” no quiero entrar en este o aquel detalle, sino sencillamente que parecía, más que nunca, que les tenías delante tocando y cantando, y que percibías inflexiones en sus voces que nunca antes habías descubierto, como si después de escuchar el disco tantas veces te hubieran organizado un concierto privado y los estuvieras escuchando en directo por primera vez.

1 2 3 4

Comments are closed.