Digital hecho fácil
La coreana Aurender se lanzó desde el principio al mundo de los reproductores y servidores digitales y lo hizo a lo grande, desarrollando soluciones propias en lugar de usar como punto de partida placas de ordenador estándar, con sus propios circuitos de reloj y salidas digitales, alimentaciones bien trabajadas, y también un sistema operativo y aplicación de control propias. Lo hicieron muy bien y por eso desde el principio han sido una referencia. En esta ocasión vamos a probar un producto intermedio de su muy poblado catálogo, novedad de este año, el Aurender N200 que es un servidor y reproductor en red de altas prestaciones, con caché y capacidad de almacenaje interno, y salidas digitales (sin DAC interno).
Por fuera y por dentro
El embalaje y el aspecto exterior del Aurender N200 son los de un producto exquisito y lujoso, de hecho ésa es la marca de la casa. Y aunque luego entraremos en eso, también en el manejo se mantienen esas excelentes sensaciones: da gusto tenerlo en casa, en el equipo, y usarlo. Dicho esto, el N200 mantiene el diseño básico de los Aurender con su botón de encendido y apagado a la derecha del aparato, y cuatro botones de control a la izquierda.
Flanquean en este caso una pantalla LCD a color de 6’9 pulgadas (con una resolución de 1280×480 pixeles) que en contra de la tendencia actual no es táctil, cosa que me parece un pequeño defecto, lo mismo que el no contar con un mando a distancia «directo» (infrarrojo o de rediofrecuencia) ya que se basan en el uso de su aplicación en un móvil o tableta. La aplicación es estupenda, ojo, pero al final cosas elementales como parar una canción precisa más de una acción (o tener el móvil o tableta con la pantalla siempre encendida).
El chasis del Aurender es de aluminio macizo y levantando la tapa descubrimos su cuidado interior. Antes de eso, comentar la parte trasera y sus conexiones: además de la alimentación (IEC con interruptor) tenemos una toma Ethernet (que internamente lleva doble aislamiento, algo importante en ambientes domésticos habitualmente muy contaminados), dos USB 3.0 para almacenamiento externo, y las salidas digitales (coaxial RCA y USB propia con un aplaca interna dedicada y aislada). Además, hay dos bahías para discos SSD o HDD de 2’5 pulgadas fácilmente accesibles y seguras, donde podremos tener nuestra biblioteca interna (con esto realmente no necesitaríamos un NAS ni nada externo).
Dentro del aurender N200 destaca la alimentación: varios filtros para la corriente doméstica de entrada y dos notables transformadores toroidales además de diferentes condensadores dignos de un amplificador, todo asegura una alimentación lineal de alta calidad. La placa principal está cubierta por un gran disipador (no hay ventiladores) y destaca un detalle innovador que no habíamos visto: la alimentación cuenta con un supercondensador que actúa como SAI. O sea, que en caso de fallos puntuales de electricidad, o picos con microcortes, donde otro aparato se resetearía (y podría haber problemas de corrupción de archivos según en qué momento) el Aurender N200 se mantiene encendido (o en reposo). Lo probamos y efectivamente aguanta unos segundos desenchufado (más si está en reposo), muy interesante y seguro que otros no tardan en copiarlo en aparatos como estos servidores tan sensibles.
El procesador usado en este modelo es un Intel de cuatro núcleos que mejora al anterior Aurender N100 con menor consumo y generación de eventuales ruidos, y usa tanto más memoria RAM (8 GB) como un disco NVMe a la última para el sistema. Por último destacar lo trabajado de las dos salidas digitales (USB y RCA) con sus propios circuitos encapsulados en metal dentro del aparato, todo preparado para minimizar interferencias electromagnéticas.
Instalación y puesta en marcha
Nuestra unidad de pruebas venía con un disco SSD con mucha música y la «instalación» fue tan sencilla como sacarlo de la caja y enchufarlo al equipo: alimentación, red y DAC. Luego activamos la aplicación, que reconoce el aparato tras lo que éste da un código de confirmación… y ya está, podemos empezar a escuchar música. La pantalla se puede configurar para mostrar la carátula, información o unos bonitos «vúmetros» en los clásicos azul o amarillo de fondo, ya según la predilección de cada uno, aunque personalmente prefiero que el reproductor me muestre qué suena y los vúmetros, si acaso, sean cosa de la amplificación…
Al conectar un almacenamiento externo, en el menú de la aplicación podemos elegir si queremos incorporar esa música al disco duro interno o al contrario hacer una copia. También podremos compartir la música con el resto de la red y, en resumen, el Aurender además de reproducir la música podrá actuar como servidor… pero con su propio programa. No es como otros servidores que permiten usar programas de terceros, sin ir más lejos Roon, y eso me parece un defecto en este caso (menos versatilidad). Eso sí, es una solución fácil y directa, posiblemente orientada idealmente a quien no tenga varios reproductores o sistemas mezclados (como yo). Por último citar que es compatible con ficheros MQA (de Tidal o descargados) pero hay que activar una licencia que va aparte para ello.
A todo esto probamos el Aurender N200 en nuestros dos sistemas principales, y con diferentes DAC: el estupendo Alchemy-Elac vía USB, conexión también usada para sorprendernos (otra vez) de lo que es capaz el sencillo DAC Khadas, pero también su salida coaxial RCA hacia un convertidor más antiguo (Meridian) pero que gracias a esa salida puede seguir bien operativo si usamos este Aurender. Un punto a favor, eso de no tener solamente salida USB.
Escucha
La llegada del Aurender coincidió con la presencia en mi equipo del excelente amplificador darTZeel CTH-8550 que se puede ver en las fotos y el caso es que, durante muchos días, di por hecho que el perfil sonoro que me estaba seduciendo se debía al aparato suizo. En parte así era (cómo suena el darTZeel…) pero no tardé en descubrir que en parte también se debía al Aurender. Un sonido que te seduce, muy suave, tranquilo, con buena base en graves (y rítmico cuando la música lo necesita), con buena información pero sin avasallar o agobiar… enseguida te das cuenta que podrías escuchar ese equipo horas y días sin fatiga, y de hecho así fue.
Como hemos debatido en nuestras pruebas más de una vez, llegado cierto nivel en sonido digital la importancia del «transporte» es fundamental, y si éste es un reproductor de archivos los factores que pueden optimizar o estropear el resultado aumentan: alimentación, aislamiento de ruidos de la red, tipo de soporte de almacenamiento… Hemos visto en el pasado cómo un reproductor en red que parecía tener potencia pero no nos convencía del todo, de repente «sonaba» cuando lo desconectábamos de la red y leíamos solamente música de un USB (o incluso una tarjeta SD en algún caso). Otros, daban el salto cuando en lugar de su alimentación original «normalita» (adaptador conmutado barato) probamos una alimentación lineal sobredimensionada, ya fuera de su propia marca o de algún especialista (o algún «invento» que no faltan en mi sótano…).
La ventaja del Aurender N200 es que no hace falta inventar ni probar nada, si acaso un ajuste ya (muy) fino a nivel de cables. La marca se ha preocupado no solo de su precioso acabado externo sino de que su conexión de red tenga buen aislamiento, de que su salidas digitales no dejen cabos sueltos al azar, y de que su alimentación por un lado filtre bien los posibles ruidos, y por otro incluso evite problemas en caso de pequeños cortes (recordemos que tiene un mini-SAI interno). Incluso, para los que lo de montar una red en casa con un ordenador o NAS, compartir discos duros y «todo eso» todavía les suena complicado (un poco sí lo es, no nos engañemos), la posibilidad de tener hasta dos discos duros internos y dos conexiones de almacenamiento externo fácil, es otra ventaja importante.
A nivel puramente sonoro, yo solo eché de menos poder usar Roon ya que ese sistema además de haberme seducido por sus posibilidades y cómo ordena o accede a la música, también tiene muchas posibilidades cualitativas (usar sus DSP, instalar HQplayer, etcétera). Pero centrado en la aplicación propia de Aurender, tanto con la música interna como la de mi cuenta de Tidal, como señalaba más arriba lo cierto es que el N200 me ofreció muchas horas de escucha relajada. Y me gustó mucho lo bien que se llevó con mi Meridian en el equipo del sótano (usando la salida coaxial). Eso me recuerda que muchos aficionados tienen DAC «buenos» (o muy buenos) pero de generaciones anteriores en los que la entrada USB o no existe o no está a la última (y se nota). Para ellos el N200 y su salida coaxial es una bendición.
Puntos destacados
+ Sonido digital de muy alto nivel, perfil suave y compatible con DSD/PCM y MQA
+ Facilidad de uso con su aplicación: cero problemas y cero fallos
+ Excelente calidad de acabado, fabricación y diseño
+ Salida digital RCA además de USB
– Limitado como servidor con su propio software
– Sin mando a distancia «dedicado» ni pantalla táctil
Aurender N200 – 6200 euros
FICHA TÉCNICA
Servidor/reproductor digital con salidas digitales: SPDIF coaxial (PCM hasta 24 bit y 192 kHz) y USB 2.0 Audio Class propia (PCM 32 bit y 384 kHz o DSD512), reloj propio TCXO de mínimo jitter. Pantalla frontal IPS color de 6’9 pulgadas (1280×480 pixeles). CPU Intel Quad-core de baja potencia con 8GB de RAM y disco NVMe de 240 GB. Entrada Ethernet con doble aislamiento y 2 USB 3.0 (almacenamiento externo). Bahías internas para 2 discos duros o SSD (2’5»). Reproduce DSD (DSF,DFF), WAV, FLAC, AIFF, ALAC, M4A, APE. Alimentación interna totalmente lineal y regulada, con función UPS (súper condensador). Consumo 25 W (standby 3,5 W, pico 40 W). Dimensiones (ancho x profundo x alto) 330 x 96 x 355 mm, peso 9 kg.
EQUIPO UTILIZADO PARA LA PRUEBA
Cajas acústicas
- Legacy Audio Focus SE
- Merlin TSM
Amplificación
- Ars Sonum Gran Filarmonía (integrado EL34)
- darTZeel CTH-8550 (integrado)
DAC
- Elac-Alchemy DDP-2 (DAC y previo)
- Meridian 568.2
- Khadas DAC
Cableado
- Nordost, Cardas