Tocadiscos AVID Ingenium “Plug and Play”
La (muy) británica AVID cumple en 2025 30 años de existencia, después de su fundación en 1995. Su fundador es todavía su CEO, Conrad Mas, que como es habitual empezó en esto como aficionado y amante de la música y de los aparatos dedicados a reproducirla. Muy en particular, los tocadiscos: tras años investigando y probando, su primer producto fue el plato Acutus. Ahora su catálogo comprende por supuesto varios platos y sus componentes (brazos y cápsulas) pero también electrónicas y cajas acústicas. Pero vamos a probar su plato más asequible, el punto de entrada a los AVID que conserva el “adn” de sus hermanos mayores pero en un producto cuyo nombre lo dice todo: el Ingenium Plug And Play viene prácticamente montado, ajustado, y en pocos minutos desde que abrimos la caja nos estará dando música de nuestros vinilos…
Descripción y ajustes
El primer Ingenium data de 2013 cuando AVID ya disponía de una gama de platos notable (Acutus, Sequel, Volvere, Diva…) y este Plug And Play lleva ya un lustro en su catálogo. La parte ya “lista para reproducir” (eso significa la expresión anglosajona) consiste en un brazo y cápsula que vienen montados y ajustados de fábrica: aunque como enseguida vemos el plato no viene totalmente montado, esa parte que es un poco crítica sí que está “hecha”.
Este brazo y esta cápsula es lo único que nos dejó, mientras examinábamos el tocadiscos recién llegado, un poco decepcionados, dado el precio del conjunto. Sí, este Ingenum P&P es mucho más asequible que el resto de la gama AVID, pero está en línea con muchos productos del mercado que vienen de fabricantes más especializados en tocadiscos de gama más baja, una dura competencia (Rega, ProJect, Technics, Audio-Technica… nada menos). El caso es que el brazo (AVID TA-1) tiene todo el aspecto de ser un Rega RB200 (su modelo más básico), sin ajuste de anti-skating (no tiene) ni por supuesto VTA (salvo que añadamos arandelas a su base para levantarlo), y la cápsula (AVID CA-1) parece gemela de una Audio-Technica AT3600 de imán móvil con sencilla aguja cónica o esférica. Es un equipamiento más propio de un plato cuyo precio esté, digamos, en la mitad o un tercio del del Ingenium, de ahí mi relativa decepción… a priori, porque luego me llevé una buena sorpresa.
En cualquier caso lo que se lleva la mayor parte del presupuesto es el plato en sí y sobre todo el “saber hacer” de AVID en este campo, es decir, su control de las vibraciones, la clave del funcionamiento final de un tocadiscos. Con un chasis minimalista (una rígida “T” de aleación ligera de aluminio) que se apoya sobre tres anchos pies (del mismo material elástico que los del plato Diva de alta gama), la pieza clave es el rodamiento central, el punto de giro del plato en sí. Con el mismo diseño y concepto de los platos AVID “gordos” el Ingenium monta un macizo eje que combina acero inoxidable con un punto de contacto entre una bola metálica endurecida (carburo de tungsteno) y un zafiro, en seco.
Sí, no usa ningún lubricante, y de hecho como esa parte la debemos montar al desembalar el plato, en el manual está en mayúsculas que no se nos ocurra echar ni una gota de aceite, porque dañaría el sistema original. Lo cierto es que lo montas, pruebas cómo gira, y aprecias que lo hace prácticamente sin fricción (ni ruidos, entiendo). Sobre el sub-plato de aluminio, rígidamente unido a ese eje, va colocado el plato en sí, que viene en madera MDF con un corcho pegado que es donde reposarán los vinilos. Opcionalmente existe un plato en aluminio que no teníamos. El toque final es un imprescindible “clamp” atornillado que también viene de serie y que es clave para que el AVID dé lo mejor de sí: presiona asegurando el contacto firme entre disco y plato.
Después de lo comentado, queda colocar el motor (va “suelto”) y la correa de tracción. Aquí me gustó menos cómo lo explica AVID: da cierta libertad de posición y dice que la tensión de la correa permite ajustar ligeramente la velocidad de giro, algo más lenta si la destensamos (motor más cerca del eje del lato), más rápido si la tensamos (alejamos el motor). No me gusta esto para un plato “Plug&Play”: ya que viene una plantilla para la cápsula (que viene montada) ¿por qué no poner una plantilla para motor y eje? Solo nos dicen que estén a 97 mm… así lo dejé. Ah, otra cosa, el contrapeso del brazo viene desmontado: el manual señala que lo pongamos detrás del brazo y hasta el tope, pues está calibrado para dar su peso de cápsula así. Como después de lo del motor no me fiaba del todo, saqué mi vieja pero infalible báscula Shure: puesto así el contrapeso da una carga de 2’5-2’6 gramos que me pareció algo alta pero es lo indicado (de hecho en el rango bajo) para esta cápsula (equivalente a una AT3600). Durante la prueba la aligeré un poco (retrasando el contrapeso apenas 1 mm daba 2’2 gr) sin tener ningún problema de tracking.
Audición
Mi primera sorpresa con el Ingenium fue al recibir la caja: uno siempre espera mucho peso de un tocadiscos, y el embalaje era ¡muy ligero! Dicen que pesa 9 kg (embalado) y casi que diría que son alguno menos, de hecho el plato en sí no llega a los 6 kg… una pluma en el mundo de la reproducción analógica. Luego, una vez montado tal como he narrado más arriba, lo dejé rodando (nunca mejor dicho) un rato pero enseguida puse un primer disco… “a ver”. Usé mi previo de fono DACT CT-100 muy ajustable, en este caso con ganancia para unos 4mV de salida de la cápsula (MM) y cargada con los tradicionales 47kOhm y 200pF de capacitancia (no sabemos la de los cables que vienen desde el brazo, por cierto).
Con el primer disco ya llegó la segunda sorpresa: ¡qué bien suena el AVID Ingenium! Era un disco de “demo” que me envió ProJect hace tiempo cuya música (clásicos de Jazz) confieso no me había interesado mucho hasta ese momento… pero me llamó tanto la atención que me senté a escuchar, y disfrutar, sorprendido. Una escena sorprendente, amplia y profunda, muy tridimensional, con un grave bien presente y rítmico, y con prácticamente ningún ruido de fondo, y algún ocasional “clic” que sonaba como si no fuera con la música, como si estuviera en otra dimensión (curioso).
Estas primeras y tan buenas sensaciones se confirmaron a lo largo de los días que tuve, y disfruté, este plato en mi equipo. Aproveché para desempolvar (por fuera) discos de mi colección de vinilos tanto antiguos como ediciones más modernas (Speakers Corner sobre todo) y aunque los tipos de música o el estado del vinilo podía ser variable, siempre me llamaron la atención dos constantes con el AVID: esa amplia y profunda escena, totalmente tridimensional, y la curiosa forma de sacar de la escena musical los eventuales clics del vinilo, manteniendo por otra parte un nivel muy bajo de ruido de fondo.
Y algo más, el grave generoso de esta combinación, que le vino muy bien a mis Allegro (algo tímidas en ese sentido pese a su 12 pulgadas). Los discos que tengo del Oscar Peterson Trío recibían de muy buen grado esto, para dar presencia (y hacer justicia) al contrabajo de Ray Brown, y varias obras de cámara de Mozart o Schubert gozaban así de una atmósfera más densa, con los instrumentos siempre muy bien dispuestos, y un timbre muy realista. Las frecuencias medias, con voces e instrumentos, seguramente sea su punto fuerte también, y por arriba tiene suficiente presencia para ofrecer buen detalle, mejor aquí con cuerdas que vientos o percusiones, o voces si no se han grabado con demasiado siseo. En fin, si, como dije antes de escucharlo el brazo y la cápsula son mejorables… ¡pues qué bien, porque así ya este conjunto está a buen nivel!
Conclusión
El mercado de los platos “completos” entre 1000 y 1500 euros es muy competido: no hay tantas opciones como en torno a los 600 euros por ejemplo, pero por el doble o más podemos exigir más de todo (presencia, calidad y por supuesto sonido). El AVID Ingenium Plug&Play es una alternativa interesante, un giro minimalista pero que justifica eso con un rendimiento sorprendente, no he escuchado todos los platos de esta gama pero me atrevo a decir que si no es el que suena mejor, está entre los mejores. Ese mismo brazo podrá sacar partido, llegado un día, a una cápsula todavía mejor y entonces el nivel subirá otro escalón. Si yo tuviera que quedarme un tocadiscos con este presupuesto ¡tengo bastante claro que sería el AVID!
Puntos destacados
+ Plato minimalista: una estética diferente y de plato “superior”
+ Conjunto completo y ajustado de muy fácil puesta en marcha
+ Sonido sobresaliente, con gran escena 3D y bajo ruido de fondo
– Cápsula (compatible con agujas AT) y brazo originales muy sencillos
PVP: 1400 euros
FICHA TÉCNICA
Tocadiscos de tracción por correa de caucho con motor AC separado, cambio manual de velocidad (33 ⅓ o 45). Plato de MDF de 2’5 kg (opcionalmente en aluminio) con “mat” de corcho pegado y “clamper” atornillado incluido. Punto de giro en acero inoxidable sobre zafiro y bola de carburo de tungsteno, sin lubricación. Chasis en aluminio con pies en elastómero absorbente. Brazo AVID TA-1 y cápsula AVID CA-1 (MM) incluidos y ajustados de serie. Dimensiones 370 mm × 305 mm × 130 mm (An x Pr x Al), peso 5,9 kg, consumo en marcha solo 4 W.
EQUIPO UTILIZADO PARA LA PRUEBA
Amplificación
- Previo de fono DACT CT-100
- Ars Sonum Gran Filarmonía (integrado estéreo válvulas EL34)
Cajas acústicas
- Ramallo Allegro