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«Beethoven: Complete sonatas for piano and violin.”

Josef Suk (Violin) – Jan Panenka (Piano) –  Supraphon (Remastered 2012)

Maravillosa conversación entre dos instrumentos.

En una prolongación del ejecutante la persona que interpreta, como Josef Suk  o como Jan Panenka, en realidad hace hablar al instrumento, o mejor dicho, es el instrumento parte indisoluble del intérprete.

Tan sólo había tenido esta sensación escuchando a la Mutter, pero lo cierto es que no encontramos con una más que justificada remasterización (y de las buenas)  de una grabación histórica que gracias a la técnica bien llevada nos devuelve como un regalo caído del cielo esta caja de 4 cd conteniendo las 10 sonatas para Violín y Piano, magistralmente interpretadas por Josef Suk y Jan Panenka.

Tan solo pudiera hacerles sombra a estos dos monstruos interpretativos  la versión que en su momento grabaran Itzhak Perlman (violín), y Vladimir Ashkenazy (piano) para Decca.

Esta pequeña cajita refleja un periodo de la vida de Beethoven en el que se advierte toda su asombrosa evolución musical, desde su proximidad al clasicismo hasta el espíritu revolucionario que desencadenó. Beethoven fue más allá de aquello que había enunciado Mozart en sus últimas sonatas y se atrevió a dar al violín un papel de líder.

Estas diez sonatas fueron escritas a lo largo de dieciséis años, entre 1796 y 1812, una etapa lo suficientemente larga como para que podamos encontrar grandes cambios en la vida del compositor.

La Op. 24, conocida como La Primavera es quizá una de las más populares; es también la primera que consta de cuatro movimientos, y donde se perciben influencias mozartianas.

Josef Suk

Pero sin duda  la que  hay que destacar en esa evolución sería  la Sonata  n.º 9 «Kreutzer», Op. 47, conocida por las exigencias que presenta para la parte del violín. Está dedicada a Rodolphe Kreutzer, conocido violinista de la época, y que al parecer nunca llegó a ejecutarla. Lo interesante en relación a lo que decíamos anteriormente es que ambos intérpretes de esta grabación son capaces de sacrificar sus egos individuales para rendir un asombroso homenaje a la figura de Beethoven que a través del estilo concertante que ya se empieza a poner de manifiesto desde la Sonata en re mayor, resulta un espléndido diálogo civilizado entre los dos instrumentos.

Asimismo, la Sonata para violín n.º 5, conocida como Frühling (Primavera) y la Sonata para violín n.º 10 gozan de gran popularidad. En estos casos también vemos como el autor ha querido establecer ese diálogo no como otras “desgraciadas” grabaciones en las que impera el protagonismo del violín, dejando al piano arrinconado como un mero acompañante.

Jan Panenka

Suk y Panenka saben darle una afinación precisa a su interpretación y además, siendo respetuosos con el espíritu camerístico de la obra, no en vano ambos fueron excelentes músicos de cámara, y es que en realidad este trabajo sólo puede ser realizado con la sincronía necesaria cuando existe un espíritu de equipo. Pero además son capaces también de añadirle a la obra esos detalles de fraseo y de fantasía que diferencian una grabación magistral de una buena interpretación.

Una música llena de pasión, del impulso arrollador del genio y que debe ser disfrutada en todos sus matices gracias a la magnífica remasterización, que ha sido capaz de respetar el formato sonoro original, (que data de 1966 y 1967) limpiando cada nota de sonido aún más, para llegar a alcanzar ese grado sobresaliente de resolución y nitidez que necesita nuestro deleite audiófilo y musical.

Calidad Artística: 10

Calidad Musical: 9,5

 

 

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