Mecánica de transporte CD Cambridge Audio Evo CD: Un dechado de buen gusto y precisión al servicio del decano del audio digital
Es la incorporación más reciente a la muy lograda gama Evo de Cambridge Audio, una propuesta que marida a la perfección alma “lifestyle” en lo visual con la vocación de apuesta por la excelencia sonora que ha caracterizado a la prestigiosa compañía británica desde su fundación en 1968. Tal y como su nombre sugiere, la Evo CD es un componente ideado para añadir el decano de los formatos de audio digital, léase el disco compacto de audio, CD-DA o simplemente CD, a cualquier sistema estructurado en torno a los amplificadores integrados estereofónicos con streamer Evo 75 y Evo 150. Pero no se trata de un reproductor al uso, sino de una mecánica de transporte de alta precisión concebida específicamente para conectarse a las electrónicas mencionadas, a cuya “inteligencia” se integra de inmediato a través de la versátil “app” StreamMagic de Cambridge Audio. Sobra decir que tal integración es absoluta en lo estético, hasta el punto de que la conexión de la Evo CD a uno de los dos modelos citados amplía brillantemente la continuidad visual de los mismos, cuya potente sección DAC (que puede lidiar con señales codificadas en PCM hasta 24 bits/384 kHz y DSD hasta DSD256) se encarga de llevar al dominio analógico unos datos impolutos por cortesía de las elegantes soluciones de ingeniería empleadas en el bloque de transporte.
CD: un formato que continúa siendo una caja de sorpresas
No deja de tener su gracia que, cuatro décadas después de su introducción en el mercado (1983 en Europa y EE.UU. y 1982 en Japón), y de haber sido superado ampliamente por la “Hi-Res” digital sin soporte físico, léase streaming, como formato predilecto por los entusiastas del sonido absoluto e incluso destronado (por lo menos en algunos mercados, español, en 2022, incluido) por el entrañable disco de vinilo, el CD continúa siendo una caja de sorpresas en lo que a musicalidad se refiere. Cierto que ya no está en la “primera división” del audio, pero son muchos los aficionados que se han pasado al streaming (proporcionalmente, el SACD y las descargas son “pecata minuta” pese a su innegable condición “Hi-Res”) y no por ello están dispuestos a renunciar a una colección que en no pocos casos tiene una envergadura respetable. Por otro lado, organizar tal colección en un servidor cuesta tiempo y dinero, por lo que resulta fácil entender que para muchos de estos entusiastas de la música la adición de un lector de CD o una mecánica de transporte dedicada de última generación es la mejor solución.
¿Por qué el CD continúa siendo una caja de sorpresas en términos de musicalidad? Pues por algo tan simple como es el hecho de que, al igual que en un disco de vinilo o en el streaming (no sin embargo en una descarga o en la reproducción desde un servidor de música), la lectura del disco, es decir la reproducción, se lleva a cabo en tiempo real. Si a ello sumamos el hecho de que, incluso en el aparentemente “primitivo” CD, la cantidad de datos que se manejan/procesan es muy elevada, parece lógico pensar que, por motivos varios, se cometerán errores susceptibles de perturbar el sonido final. Por suerte, en toda codificación digital es posible corregir, también en tiempo real, tales errores pero con el tiempo se ha descubierto que el proceso de corrección en sí puede introducir nuevos errores si se repite muy a menudo en el tiempo o tiene que emplearse a fondo para corregir alguno potencialmente catastrófico. Porque, claro, aunque de la corrección de errores se encargue una codificación matemática muy potente, la ejecución física de las “órdenes” dictadas por esta última comporta acciones que pueden llegar a ser drásticas para sistemas tan importantes como el servocircuito que gestiona la lectura de los discos, cuando no el propio bloque óptico. Traducción: se puede incrementar de manera sustancial el “jitter”, en este caso de origen mecánico, con la previsible degradación de la calidad sonora que ello comporta, lo que nos lleva a pensar en algo tan sensato como la necesidad de conseguir para la lectura de un CD una plataforma lo más neutra y estable posible… ¡vamos, como si de un LP se tratara!
Evo CD: ingeniería sensata y bien aplicada
De lo que acabo de decir se deduce algo tan simple como que hay marcas que lo tienen en cuenta y otras que no. Y, a su vez, entre las que lo tienen en cuenta existen diferencia a cuenta de las soluciones adoptadas, que pueden estar relacionadas con el hardware, el software o ambos. Y así llegamos a Cambridge Audio, que, al igual que otras marcas consagradas del audio High End “british” asequible, como por ejemplo Audiolab, se ha decidido a completar con una mecánica de transporte CD su exitosa gama de componentes Evo, la más joven de la marca y que viene a ser una especie de “derivación lifestyle”, con la pertinente reducción de precio, de la fabulosa Edge.
Como bien reflejan las fotografías adjuntas, la Evo CD debe considerarse como una “adición” a los antes mencionados Evo 75 y Evo 150, aunque no una adición cualquiera sino una muy bien pensada en todos los sentidos, siendo el más obvio de ellos el estético. Y es que, en efecto, nuestro invitado comparte la práctica totalidad del diseño de sus “hermanas”, paneles laterales (a elegir entre Nogal liso y Richlite negro esculpido) con sujeción magnética (bastante “bestia” por cierto) incluidos, para convertirse en una especie de “extensión” de las mismas, como bien refleja el hecho de que todas las funciones de control se realizan (salvo la apertura/cierre del compartimento de transporte) desde las electrónicas en cuestión (de hecho, el visualizador de funciones de la Evo CD es el de la electrónica a la que está conectada, así como la del dispositivo de control externo vía app StreamMagic que utilicemos) una vez efectuada, vía enlace digital dedicado Evo Link, la pertinente unión. En lo que respecta a la ingeniería de nuestra invitada, el fabricante no da muchos detalles, aunque sí los suficientes para tener bien claro que se trata de un producto con un objetivo muy claro: así, la carga del disco se efectúa mediante una bandeja de transporte con raíles que combina silencio y velocidad a partes iguales. Cambridge Audio subraya el tratamiento acústico del chasis (metálico) con el fin de “neutralizarlo” a nivel tonal y, muy importante, el uso de un servomecanismo, de nombre S5, diseñado a medida para minimizar los errores de lectura. Me gustaría insistir en la calidad de fabricación, realmente sobresaliente, y en algo que a veces mucha gente pasa por alto pero refleja perfectamente el espíritu de una marca: el embalaje, sencillamente fantástico.
Discreción y elegancia, también en el sonido
Escuché la Evo CD acompañada por un amplificador integrado estereofónico con streamer Evo 75 y una pareja de cajas acústicas de suelo 5040 de Q Acoustics (configuración bass-reflex de 2 vías/3 altavoces con puerto trasero) que me parecieron realmente sensacionales en términos de relación calidad/precio (aprovecho al respecto para recordarles que en la gama Evo de Cambridge Audio hay también cajas acústicas, concretamente el ultracompacto modelo de estantería Evo S). A efectos prácticos, el Evo 75 reconoce de inmediato la Evo CD, y lo mismo sucede en el dispositivo (en nuestro caso utilizamos primero un smartphone y luego una tableta, esta última más cómoda al mostrarse en una única pantalla todas las opciones de control). Una vez finalizados los preliminares, la Evo CD prácticamente “desaparece” del sistema para dedicarse con humildad a su cometido, que ejecuta con una elegancia indiscutible en todos los sentidos. Como decía anteriormente, el bloque de transporte de la Cambridge Audio es rápido y silencioso, pero más significativo aún es la total ausencia de asperezas en la reproducción. Un disco de la cantante de jazz escocesa Carol Kidd (que se dio a conocer hace sus buenas tres décadas en nuestro país de la mano de varios LP’s editados por la también escocesa Linn) corroboró la exquisita neutralidad tonal de la Evo CD, cualidad acompañada por una excelente capacidad de análisis de microinformaciones y una respuesta en graves muy en línea con lo que buscan los amantes del sonido “analógico”. La pegada, y por ende la dinámica, es también impoluta como consecuencia del estricto control de las vibraciones aplicado en el diseño en la Cambridge Audio mientras que la presentación espacial es la correcta, aunque ya se sabe que en este parámetro en concreto la toma de sonido es crítica.
Conclusión
He pensado bastante cómo resumir mis impresiones sobre la Evo CD y para serles sincero creo que el mejor “piropo” que se le puedo dispensar es algo tan simple como reconocer que cumple a la perfección con su cometido. Es bonita, está muy bien construida, su tecnología es la que se espera de Cambridge Audio, su concepción está muy bien pensada, su sonido es rico, preciso y equilibrado y su precio está plenamente justificado precisamente por todo lo que acabo de decir.
Ficha Técnica
- Configuración: mecánica de transporte CD diseñada exclusivamente para combinar con electrónicas de la Serie Evo de Cambridge Audio
- Discos compatibles: CD, D-R y CD-RW
- Conectividad: toma Evo Link
- Nivel de “jitter” total: <140 ps
- Dimensiones: 317x89x352 mm (An x Al x P)
- Peso: 5 kg
- Precio de venta al público recomendado: 1.199 euros
- Importador: www.cambridgeaudio.com