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Un pequeño pero interesante descubrimiento

Es la presente la crónica de un evento al que hifilivemagazine.com y un servidor como “representante” hemos asistido por vez primera. Una “feria de auriculares”, por utilizar la terminología al uso, de la que teníamos noticia por Internet y que nos daba buenas vibraciones por un planteamiento a caballo entre lo purista y lo comercial. Pero, queridos lectores, como sucede en casi todas las cosas de la vida, nada como pisar el terreno, “estar allí” para ver lo que realmente da una propuesta que, lógicamente, se promociona como si fuera el no va más en su especialidad. Pues bien: la feria en cuestión se llama CanJam y se celebra, con cadencia anual, en varias ciudades del mundo -ya les diré cuáles- a fin de poner las cosas fáciles al público local. En nuestro caso concreto, asistimos, por pura lógica geográfica, al evento celebrado en Londres los pasados 19 y 20 de julio, y, sinceramente, creo que el viaje valió la pena precisamente porque me permitió tener definitivamente claro de qué iba el tema pese a que entiendo que las particularidades de cada mercado puedan introducir variables al respecto.

Así las cosas, les diré que CanJam London 2025 fue un pequeño, pero harto interesante, descubrimiento. En mi opinión, una convocatoria que podría definirse perfectamente como una “feria de puristas de los auriculares”. Por lo tanto, y a pesar de lo que los organizadores nos quieran “vender”, nada de grandes aglomeraciones ni de reuniones de negocios a gran escala: simplemente, gente muy motivada que estaba deseosa de probar, en un ambiente cómodo y acogedor, algunas de las propuestas más seductoras del momento para disfrutar al máximo nivel de la escucha musical en la intimidad.

En esencia, un encuentro destinado a usuarios finales altamente motivados

Situemos, como siempre me gusta decir, antes que nada al texto en su contexto, lo que nos lleva directamente a la página web de CanJam, https://canjamglobal.com/about/, donde podemos leer la siguiente declaración de intenciones: “CanJam es la principal feria de auriculares del mundo, con eventos anuales en Hong Kong, Nueva York, Singapur, Shanghái, Londres, Los Ángeles y Dallas, y está producida por Head-Fi.org, la mayor comunidad de audio online del mundo. CanJam es la plataforma líder de la industria de los auriculares para que las marcas expositoras amplíen sus canales de distribución de productos, interactúen con sus clientes y colegas del sector y se relacionen con la prensa internacional especializada en audio, estilo de vida y tecnología. Los asistentes a CanJam tienen la oportunidad única de experimentar lo último en tecnología de auriculares y audio personal/portátil con demostraciones interactivas de productos, seminarios educativos y mucho más.”

He dicho “declaración de intenciones” porque, a menudo, del dicho al hecho suele haber un gran trecho. Evidentemente, cuando alguien realiza el esfuerzo -sustancial, y en cualquier caso, siempre meritorio- que conlleva organizar un evento para potenciar un determinado sector de actividad, busca obtener, reconocimientos aparte, un beneficio económico. De ahí que en el anterior texto se recalque tanto la vertiente “empresarial”, que, ¡atención!, igual sí se da en algunas de las convocatorias mencionadas, pero, se lo aseguro, no en la de Londres. En cualquier caso, lo que sí me parece cojonudo es que el auge de la escucha personal con calidad genuinamente High End, propiciada por la inexorable expansión del audio de alta resolución “internáutico”, ha conseguido crear un núcleo de entusiastas de los auriculares que hace poco más de una década apenas existía. Un núcleo, en realidad una “masa crítica”, que justifica la existencia de un evento dedicado en exclusiva a esta categoría de producto y que en nuestro país tuvo su expresión más digna en el evento organizado en Madrid -Soundfest- a principios de 2022 por el establecimiento especializado bilbaíno/barcelonés Supersonido. A una escala cualitativa y cuantitativamente superior, la comparación habría que buscarla en el espacio “World of Headphones” del certamen Munich High End y, probablemente, en su equivalente del Audio Video Show, que se celebra en Varsovia a finales de octubre.

Antes de entrar en materia, permítanme una pequeña reseña “histórica” sobre el papel desempeñado por los auriculares en la particularísima galaxia de los amantes del sonido absoluto para darse cuenta del antes y el después que ha supuesto la popularización de esa “Hi-Res” a la que me acabo de referir. Hasta donde llega mi memoria, durante décadas los auriculares fueron meros accesorios en lo que a aplicaciones “residenciales” se refiere. No obstante, recuerdo todavía la excitación que me produjo el nivel de detalle de mis primeros auriculares, unos ASE-11 -electrodinámicos- de la japonesa Akai que me regaló mi padre en 1975, año en el que el no va más en las tiendas de Hi-Fi -todas de Barcelona, claro- estaba firmado por la estadounidense Koss y la japonesa Pioneer. Unos pocos años más tarde, convertido ya en entusiasta declarado del audio de excepción, adquirí los sensacionales K340 de la austríaca AKG, una maravilla que combinada un transductor electrostático -sin necesidad de “energizador”- para la zona alta y uno electrodinámico para el resto. Sólo el descubrimiento de Stax y su inigualable transparencia -pese a sus obvias, en aquel entonces, limitaciones en la zona inferior del espectro- me hizo cambiar de idea: pero el cambio fue bueno porque tanto los Lambda Signature como el “energizador” a válvulas SRM-T1 -adquiridos ambos en 1992- continúan en casa y en perfecto estado de revista.

En paralelo, les diré que los auriculares nunca estaban presentes, o si lo estaban, siempre en un modesto segundo plano, en el grueso de exhibiciones públicas de producto a las que acudí, ya fuera en España, Francia, Alemania, Reino Unido, o, cuando tuve la ocasión, Estadios Unidos y Japón. Sólo en países como Alemania tenían cierta relevancia porque muchos amantes del High End, que allí siempre han sido legión, los usaban para escuchar música de noche y así no molestar a los vecinos… la educación, ya saben. Para que vean hasta qué punto ha cambiado el panorama de los auriculares, me he tomado la molestia de buscar la “Buyers’ Guide” publicada por la estadounidense Stereo Review en 1985 y reseñarles por orden alfabético las marcas presentes en el correspondiente apartado. Por favor tomen nota: Aiwa, Akai, AKG, Audio-Technica, Bang & Olufsen, Beyerdynamic, Denon, Empire, GC Electronics, GLI/Integrated Sound Systems, Induced Magnet Systems, Kenwood, Koss, MB Peerless/DLK, NAD, Nagaoka by Microfidelity, Nakamichi, Numark Electronics, Pickering, Pioneer, PML by Ercona, Quasar, Realistic, Recoton, Revox, Sansui, Sennheiser, Signet, Sony, Stanton, Stax, TEAC, Technics y Uher America.

Un marco de auténtico lujo

Lo primero que he de decir del evento -ya en su 9ª edición- que protagoniza el presente reportaje es que su puesta en escena fue más que digna, empezando por el espacio que lo albergó: un imponente salón -Westminster Ballroom- situado en la planta -2 del hotel Park Plaza Westminster Bridge, a un tiro de piedra del Palacio de Westminster, sede de las cámaras del Parlamento Británico. Me planté allí el sábado 19 unos 15 minutos antes de la apertura para acreditarme, y, sinceramente, todo me pareció muy pulcro y ordenado. Se estaba empezando a formar una pequeña cola de espera para entrar, calculo que unas 20 personas… ¡vamos, nada que ver con la feria de Múnich! Sin embargo, no hay que dejarse engañar porque a menudo la calidad vale más que la cantidad, y la verdad es que el personal que asistía al CanJam sabía perfectamente a lo que iba. De hecho, me atrevería a decir que si el certamen se hubiese celebrado en el confín oriental de Londres habría venido la misma gente… de hecho, el segundo y último día, es decir el domingo 20, vi a gente que “repetía” por algo tan simple como la comodidad del formato, que permitía a uno probar y comparar lo que se la antojara, el nada desdeñable hecho de que algunas marcas, como por ejemplo Astell & Kern, Dan Clark Audio, ddHiFi, SIVGA, Technics o ZMF Headhones, hacían unas ofertas a las que resultaba difícil sustraerse, aunque vigentes sólo durante estos dos días.

Teniendo como “sponsors” principales al servicio de música online Qobuz -convertido en una especie de estándar para los amantes del audio “Hi-Res” sin soporte físico- y la resucitada firma japonesa Technics, que, “con dos cojones”, fue la única que se atrevió a plantar un giradiscos en un entorno donde el protagonista absoluto, en lo que a fuentes se refiere, fue el streaming, CanJam London ofrecía además una propuesta de muy alto nivel para los aficionados más radicales. Me refiero a los seminarios que tenían lugar en dos espaciosas suites de la planta superior, y que, como no podía ser de otro modo, eran impartidos por auténticos expertos. Asistí a dos, ambos conducidos por Rob Watts, un veterano Consultor de Diseño Digital que, como se dice coloquialmente, “dominaba el tema”. Tenían por título “From a Little Spark May Burst a Flame” y “Digital Demystified” -dedicado a los distintos esquemas de conversión D/A existentes- y la verdad es que valió la pena estar allí aunque sólo fuera por conocer de primera mano el enfoque de un auténtico “insider” de la industria del audio digital. Había otros dos seminarios con buena pinta, pero a los que no tuve tiempo de asistir, titulados “Just a Target Curve to Describe the Sound of Headphones – Does That Make Sense?” y “From Tin Foil to Digital: Tracing the Evolution of Sound Recording”. A señalar asimismo el modesto, pero muy decente, catálogo del evento por cuanto en el mismo figuraban prácticas explicaciones sobre el qué y el porqué de las marcas asistentes.

Entrando ya en mi reseña propiamente dicha, apuntaré en primer lugar que las fotografías de la distribución de mesas y del listado de marca que la acompañan permiten hacerse una idea bastante precisa sobre la estructuración y envergadura del certamen. Me puse a contar las sillas disponibles para los asistentes, y, así a bote pronto calculé que había unas 150, lo que significa que en el “pico” que se produjo el sábado a última hora de la mañana había, contando el personal que estaba de pie, unas 200 personas como máximo. Todo muy relajado, a lo que con toda seguridad contribuía el carácter eminentemente local -por eso se celebran varios CanJam- y, como decía al principio, de “usuario final” del evento. No era, insisto también en ello, una “feria de negocios”, ni, por descontado, para la prensa especializada, aunque pude ver a gente de la revista web británica HiFi Pig y algún que otro “influencer” -lo sé porque me lo dijeron- de prestigio en el Reino Unido. Como decía al principio, el personal iba a lo suyo, muchos de ellos con sus “playlist” de prueba almacenadas en dispositivos móviles, “smartphones” en su inmensa mayoría, pese a que, entre laptops, tabletas, reproductores portátiles y sus homólogos estacionarios había donde elegir. ¿Qué es lo que me gustó/impresionó más? Como producto individual, sin duda el “superamplificador” de auriculares a válvulas Bliss –“Felicidad”- de la polaca Feliks Audio, sin duda una de las realizaciones de su clase más caras del mercado mundial, mientras que el premio al “purismo friki” se lo llevaron los también amplificadores de auriculares, aunque en este caso a transistores de la japonesa MASS-Kobo, cuyo modelo de referencia, el 465, tiene una estética que me recuerda a la de electrónicas comercializadas por Sony durante la década de los 80’. 

Hubo asimismo en Londres una sorpresa que sin duda será del agrado de los aficionados patrios: la presencia, en el vasto stand del potente distribuidor especializado británico hifonix, de los elegantes e innovadores auriculares circumaurales “convertibles” DHS-1 de la española Palma Audio, que analizamos para ustedes recientemente –https://hifilivemagazine.com/palma-audio-dhs-1/– en esta publicación y que, todo sea dicho, fueron muy apreciados por los asistentes tanto por su singularidad técnica -la posibilidad de alternar cómodamente entre los modos abierto y cerrado- como por su notabilísima precisión tonal, en este caso con el apoyo de un bello “pack” de electrónicas de la veterana firma china Cayin. En cualquier caso, la buena nueva es que los DHS-1 están ya presentes en otro mercado clave en términos de audio de altos vuelos. También me entretuve bastante probando los numerosos diseños basados en transductores electrostáticos, algunos de los cuales estuvieron presentes en Múnich pero no tuve tiempo de escuchar con la debida calma. En una cabina -excelente idea para poder escuchar auriculares con cascos abiertos evitando el ruido ambiental- habilitada para tal efecto por la británica Warwick Acoustics pude entretenerme largo y tendido con el carísimo sistema Aperio, formado por auriculares electrostáticos y amplificador -con DAC- dedicado. Para serles sincero, en todos los modelos basados en esta tecnología percibí lo mismo: zona alta un poco subida de tono y graves subidos de tono, pero en lo que a calidez se refiere, nada como mis Stax “de la Edad Media”, y, hablando en términos más generales, como los modelos de élite de la veteranísima marca nipona. 

Lo anterior me lleva a comentar un hecho interesante, aunque previsible: puesto que los auriculares no dejan de ser unas cajas acústicas en miniatura, la sinergia con la electrónica de ataque es fundamental de cara al resultado final. Dicho y hecho, como pude comprobar en el espacioso “stand” de Audeze, donde se hizo patente que, para mi gusto, la combinación formada por los auriculares “planar” abiertos LCD-4z de la marca en cuestión y el conjunto de electrónicas Lina de la británica dCS exhibía un sonido más “redondo” que la formada por el modelo electrostático CRBN2 de la firma californiana y el sistema Pro iDSD Signature de iFi Audio. Observen que estamos hablando de cuatro productos extraordinarios, que, no obstante, rinden mejor si se logra el “maridaje” adecuado. Por lo demás, marcas del prestigio de Meze, Focal, final, Hifiman, Naim Audio, Campfire Audio, Ferrum o Audio-Technica -excelente la combinación formada por los asequibles ATH-ADX3000 y una ultracompacta electrónica de amplificación de la británica Creek- demostraron por qué se han ganado a pulso la reputación de la que gozan. Mención aparte merece la estadounidense ZMF Headphones, cuya sala, separada del espacio principal y situada en la misma planta en la que se celebraban los seminarios, estaba permanentemente repleta de gente.

A modo de conclusión

Cierto que en este CanJam London 2025 hubo ausencias de peso, empezando por las alemanas Beyerdynamic, Sennheiser y Ultrasone y terminando por la estadounidense Grado, sin olvidar la británica Bowers & Wilkins o las japonesas Yamaha, Denon y Sony. También es cierto que a los “audiófilos de los auriculares” les van mucho más los modelos circumaurales que los supraaurales e intraaurales. Y, asimismo, me atrevería a decir que muchos de los exigentes y ultramotivados aficionados que vi en Londres concentran sus sesiones de escucha en los auriculares y no en sistemas de Alta Fidelidad al uso. Dicho con otras palabras: creo que, movilidad aparte, hay un potente segmento de amantes del sonido absoluto para quienes los auriculares son superiores a las cajas acústicas en muchos de los parámetros que definen el disfrute musical. 

 

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