Las entradas pueden ser configuradas tanto para cápsulas de tipo MM –imán móvil– y tipo MC –bobina móvil– indistintamente, y además el aparato nos guardará sin problemas cualquier ajuste que hagamos por cada una. Esto es especialmente cómodo, pues cuando he tenido ocasión de probar previos de fono con varias entradas, ha sido raro el caso en el que los datos de ajustes –como ganancia, impedancia, tipo de cápsula, etc…– queden guardados por entrada, teniendo que realizar los ajustes de nuevo a cada input. Incluso la comodidad se hace máxima gracias al excelente control remoto de generosas dimensiones que el aparato ofrece y además es compatible con otros componentes Cyrus. Sin duda se ha buscado no sólo la máxima compatibilidad, también la máxima comodidad de uso.
El mando a distancia siempre viene muy bien cuando lo que vamos a analizar son cambios pequeños como los comentados, así pues me ha sido sumamente útil y rápido evaluar desde el punto de escucha las posibilidades de las dos cápsulas de origen japonés con las que probé el aparato, Koetsu Urushi Vermilion y Lyra Skala, llegando a determinar sus valores óptimos de un modo mucho más rápido y menos engorroso que si hubiera tenido que levantarme cada vez que hubiera querido variar los valores.
Durante su calibración y uso, uno de los puntos que mayor temor tenía era la calidad con la que lidiaría el aparato con la Urushi, dado que dispone de una bajísima señal de salida de 0.2mV, haciéndola no apta para componentes que no tengan calidad excelsa. La amplia ganancia de salida que dispone en su posición de mayor señal –70dB– me permitió moverme como pez en el agua y comprobar la excelente relación señal ruido del aparato. Desde el punto de escucha que tengo, a unos 3,7m, a volumen generoso –media de 90dBs– no se escucha ruido de fondo alguno. Con ello di por sentado que no estaba ante cualquier producto, ¡bravo! Si vuestro plato no saca ruido de fondo alguno, vais a encontraros uno de los previos de fono más silenciosos que podréis encontrar en el mercado, a cualquier precio. Habría que esperar a ver qué tal otros valores tales como margen dinámico, tímbrica y gestión de las frecuencias en toda banda para conocer verdaderamente hasta dónde es capaz de llegar.
Los ajustes para sendas cápsulas fueron similares, capacitancia de 220pF, impedancia de 100ohms, filtro subsónico desactivado y ganancia de 60dBs en el caso de la Skala y de 70dBs en el caso de la Urushi Vermilion. De todos modos es de agradecer la inclusión junto al manual –en inglés– de un completo listado de las 35 cápsulas más conocidas y los óptimos ajustes de estos valores en el previo de fono, dado que ayudarán al profano y orientarán al experimentado hacia dónde deben ir los tiros a la hora de proceder con el ajuste fino del aparato.
Finalmente destacar la curiosa conexión de 5-pin que dispone la trasera con el texto PSX-R ONLY, para la posible inclusión de una fuente de alimentación externa que dispone Cyrus para la mayoría de sus componentes y que me deja un poco intrigado… pero esto lo contaré más adelante…
Su sonido
He de reconocer que, tras la primera semana de uso y una vez analizada la mejor configuración para la Urushi, estaba en mi “salsa”. Ante mí me encontraba un aparato capaz de dar, por un precio contenido, una calidad sónica que, tras los primeros compases, encontré que estaba fuera de toda duda.
Como ya he comentado con anterioridad, el punto que más me llamó la atención fue el altísimo nivel de silencio con el que se defendió, amplificando una cápsula de tan baja salida. Tras el impacto inicial y habiéndome habituado a su sonido a lo largo de dos semanas, pude comprobar su absoluta neutralidad tímbrica. Pasado este tiempo dispuse la segunda cápsula en el sistema y me permitió dejar patente las personalidades tímbricas de ambas y, por añadidura, una de las principales cualidades que se le pide a todos componente de alta gama, transparencia. Tener un aparato que coloree y edulcore, por muy agradable que sea su sonido –la llamada “eufonía”–, al final acaba imprimiendo la misma personalidad a toda música que se pinche, produciéndome un somero aburrimiento que me lleva a la cuasi desesperación. ¿No os ha pasado?
Escénicamente no ha sido uno de los previo de fono que más dimensión me ha ofrecido, su tendencia es ofrecer los sonidos de un modo bien focalizado y con cierta presencia orgánica, ayudado sin duda por una sensación de dinámica subjetiva adecuada, pero no situándola en los niveles de referencia que sí he encontrado en otros parámetros del aparato. Parámetros como su excepcional articulación y presentación de las frecuencias bajas del espectro. En este caso las Urushi destacan por tener uno de los extremos graves más completos y extensos –en cantidad, timbre y articulación– del panorama, ofreciendo este Phono Signature un comportamiento exquisito, con un gran control, manteniendo su punch y exhaustividad. Qué delicia.
Las frecuencias medias tienen su presencia, el aparato es capaz de transmitir con toda naturalidad la liquidez y resolución absoluta que la cápsula del maestro japonés Sugano San es capaz de ofrecer, sin ningún tipo de complejos. La sensación de presencia que ofrecen las voces es total, están ahí delante de mí, sin ningún tipo de constreñimiento y con toda la fluidez que caracteriza al sonido Koetsu. Pura miel.
La Lyra Skala, como muchas de las cápsulas con tendencia al análisis, dependiendo del sistema que la ataque, puede producir un sonido que si bien es veloz y resolutivo, en algunos casos puede parecer poco creíble por ligero y con falta de peso. Especialmente cuando el previo de fono pierde neutralidad en favor de llamémosle “resolución”. En este caso el Cyrus resuelve este problema con autoridad y calidad, ofreciendo todo lo que la Skala es capaz de ofrecer, especialmente en la zona alta, donde he llegado a escuchar pasajes con verdadera realidad por el genial ataque de los transitorios.