Propulsando la élite de DALI hacia nuevas cotas de excelencia
El presente análisis viene a ser la continuación lógica de la brillante presentación de dos modelos de la flamante Serie EPIKORE de DALI que tuvo lugar en Barcelona a principios del pasado mes de febrero coincidiendo con la celebración del certamen Integrated Systems Europe, alias ISE, por cuando está dedicado, siguiendo la lógica del paso de lo general a lo particular, a uno de los modelos que la protagonizaron: la caja acústica de suelo EPIKORE 7 de la danesa DALI. Es nuestra invitada una caja acústica inequívocamente High End destinada a encontrar su lugar en sistemas verdaderamente exclusivos que, por encima de todo, viene a ser la consumación del trasvase de tecnologías que hicieron posible el actual buque insignia de la ya veterana marca escandinava: la espectacular KORE. Un proceso que tiene también toda la lógica del mundo porque el modelo en cuestión sólo está al alcance de unos pocos privilegiados y, evidentemente, hay que rentabilizar el esfuerzo humano y material invertido en su puesta a punto. En estas coordenadas, la EPIKORE 7, que por orden de complejidad se sitúa en la zona media -flanqueada por la EPIKORE 3 y las EPIKORE 9 y EPIKORE 11 por arriba- de la familia a la que pertenece, constituye una opción idónea para quienes buscan precisión tonal y espacial, capacidad dinámica y exclusividad/lujo al máximo nivel en espacios de dimensiones comedidas.
Coherencia conceptual, sofisticación técnica y exclusividad en perfecta armonía
Siento dar el coñazo con el término “coherencia conceptual”, pero tal insistencia no tiene otro “leitmotiv” que marcar diferencias, entre caso entre marcas como la que ha puesto a punto nuestra invitada y otras que da la sensación de que se olvidan de los potenciales destinatarios de sus productos. Cuando hablo de coherencia conceptual quiero hacer referencia a lo que bien se podría denominar “continuidad argumental”, que en el caso de un componente de audio vendría a equivaler al compromiso por ofrecer una “firma” sonora fácilmente identificable a lo largo de su gama de productos. Un objetivo cuya ejecución práctica no es tan simple, ya que si por un modelo de una determinada marca se piden 90.000 euros la pareja y por otro 50 veces menos, más de uno pensará que en el primer caso estamos en la órbita de los productos de lujo -como si de un reloj o un automóvil de alta gama se tratara- y en el segundo que los costes se han ajustado tan al límite que igual nos están dando gato por liebre.
Pues bien: si una cualidad hace que DALI -recuerden que son las siglas de “Danish Audiophile Loudspeaker Industries”- brille especialmente en lo que a la percepción de sus productos desde fuera se refiere es esa coherencia a la que me acabo de referir, fácilmente identificable tanto en el ámbito visual como en el constructivo y, por encima de todo, en el tecnológico, donde la preservación de una misma filosofía de base en transductores, materiales, filtros divisores de frecuencias y astucias de ingeniería varias se plasma en la obtención de esa “firma sonora” de la que antes he hablado. Una coherencia que se está redefiniendo, reimaginando por utilizar un término muy “cool” al uso, desde que en agosto de 2022 -unos meses antes de que la compañía celebrara el 40º aniversario de su fundación- lanzó al mercado la “supercolumna” KORE. Un lanzamiento que conecta a la perfección con mi reflexión anterior por cuanto las innovaciones desarrolladas para convertir en realidad la caja acústica en cuestión se han ido trasladando, sin prisas, sin pausa y con un gran sentido del rigor, a otras propuestas más abordables de DALI, desde el High End de alta relación calidad/precio encarnado por la gama RUBIKORE hasta High End “estricto” materializado en la EPIKORE, a la que pertenece el producto analizado en el presente artículo. Dos nombres que, como bien saben los entusiastas de la DALI, nacen de la fusión de los de series de éxito anteriores -RUBICON, EPICON- y el ya imprescindible KORE.
Antes de describir someramente nuestra invitada, creo conveniente recordar una vez más la base filosófica sobre la que se sustenta la firma danesa, plasmada en los denominados “Ocho principios de diseño del sonido de DALI”. A saber: Fabricación Individual, Bajas Pérdidas, Imagen Sonora Holográfica, Coherencia en el Dominio del Tiempo, Amplia Dispersión, Baja Coloración del Recinto, Claridad y Facilidad de Ataque Optimizada. Unos principios destinados a satisfacer este objetivo: “La función primaria de cualquier caja acústica es convertir la señal eléctrica procedente del amplificador en una experiencia sonora realista, sin distorsión y sin coloraciones.”
Evidentemente, del dicho al hecho hay mucho trecho, un “trecho” que se reduce de manera sustancial en el caso de la Serie EPIKORE. Y así llegamos a la EPIKORE 7, una elegante, aunque discreta como consecuencia de sus relativamente modestas dimensiones, columna que trabaja con una configuración acústica de 3’5 vías y 4 altavoces. Irreprochablemente construida, a la vez que presentada en un recinto de calculadas curvas que rompen las simetrías susceptibles de generar resonancias internas, nuestra invitada rezuma desde el primer momento un claro punto de exclusividad que es potenciado por unos acabados de auténtico lujo: “inspiración KORE” en estado puro, para entendernos. Por otro lado, hay que reconocer que, pese al concienzudo trabajo realizado en todos y cada uno de los aspectos de nuestra invitada, la lectura minuciosa del magnífico “White Paper” editado por DALI sobre el número uno de la gama EPIKORE, la espectacular EPIKORE 11, deja bien claro que son los transductores los que se comen la parte del león al respecto. Y si en este campo hay un elemento a destacar, en realidad una genuina seña de identidad de la firma escandinava, éste es el emblemático módulo de agudos híbrido de la marca, formado en este caso por un tweeter de cúpula blanda de 35 mm de diámetro y uno magnetostático con diafragma plano de 10 mm de ancho y 55 mm de alto. Se llama EVO-K y, muy importante, es exactamente el mismo que el de la KORE. Por su parte, los otros dos transductores son idénticos, aunque se encargan de atender medios y medios/graves por un lado y graves por otro; de ahí las “3’5 vías” de la EPIKORE 7, como bien nos recuerdan sus frecuencias de corte: 800 Hz, 2.500 Hz y 12.500 Hz.
De los citados “midwoofers”, que miden 178 mm (7 pulgadas”) de diámetro, hay que destacar no sólo que son de nueva generación -a señalar su estudiado perfil curvilíneo- sino que se utilizan en exclusiva en nuestra invitada y su hermana pequeña, la EPIKORE 3. En términos de concepción, son fruto de la obsesión de DALI por minimizar la distorsión y las pérdidas mecánicas hasta el punto de redefinir los actuales estándares de exigencia en ambos parámetros. En ellos encontramos la versión más avanzada de los inconfundibles conos de papel y fibra de madera de DALI, ahora Clarity Cone, acompañados por la segunda generación del exclusivo material SMC de la firma danesa -SMC Gen-2- en el imán del correspondiente motor magnético, donde también encontramos una bobina móvil de 1’5 pulgadas (18 mm) montada en un soporte de titanio. En paralelo, el hecho de que dicho motor sea el mismo que el de los woofers de las antes citadas EPIKORE 9 y EPIKORE 11 -con imán de 24 mm de altura por 134 mm de diámetro- implica unas posibilidades enormes en términos de control/pegada y extensión de la respuesta al facilitar grandes desplazamientos del elemento móvil y la inmediata “recuperación” -a ello contribuye asimismo la suspensión periférica de goma de bajas pérdidas utilizada- del mismo durante la reproducción de transitorios exigentes a niveles de volumen elevados. La guinda la ponen una carcasa de aluminio ventilada y tres anillos de cobre y aluminio para linealizar la inductancia que da como resultado una distorsión por intermodulación extremadamente baja. El sistema acústico de la EPIKORE 7 se completa con dos puertos bass-reflex traseros de perfil continuo en forma de llama -de ahí el nombre “Continuous Flare”- que minimizan las turbulencias de aire y las distorsiones. Sobra decir que la gestión del conjunto de transductores descrito está a la altura de las aspiraciones de una gama como la EPIKORE, lo que significa que la circuitería de filtrado de nuestra invitada toma su inspiración ¡como no! de la que podemos encontrar en la KORE. Una circuitería de la que habría que destacar el uso sistemático de componentes de grado audiófilo -condensadores Mundorf de bajas pérdidas, por ejemplo- y, sobre todo, de las exclusivas bobinas SMC-KORE de DALI.
Conectando con lo que acabo de decir, no estaría de más hacer hincapié en el SMC, acrónimo de “Soft Magnetic Composite” y uno de los logros tecnológicos más llamativos de DALI. Estrenado en 2012 coincidiendo con el lanzamiento al mercado de la Serie EPICON, el SMC es un material granular, magnético y con revestimiento que ofrece una inusual combinación de permeabilidad magnética muy alta y conductividad eléctrica muy baja. Al tratarse de un compuesto granular, el SMC puede adoptar casi cualquier forma, y por lo tanto la de los componentes empleados en el motor magnético de un amplísimo espectro de transductores de la marca, incluyendo los que montan los auriculares IO-12. El SMC elimina muchos de los efectos de frenado habituales que el hierro introduce en el libre movimiento de la bobina móvil: efectos como la histéresis, las corrientes parásitas y las no linealidades en la respuesta en frecuencia, que provocan distorsiones y coloraciones no deseadas en el sonido reproducido.
Un sonido neutro y generoso con la genuina “calidez DALI” en la zona alta
Probé las EPIKORE 7 en la sala de escucha principal del veterano establecimiento especializado barcelonés -mi “primer amor” en lo que a tiendas de audio High End de la Ciudad Condal se refiere, justo es reconocerlo- Audio Reference en compañía de un preamplificador con reproductor de música en red incorporado M66 de NAD y dos etapas de potencia estereofónicas puenteadas en mono M23 de la misma marca, todo ello cableado por Wireworld, concretamente los modelos Silver Eclipse en interconexión (balanceada) y Eclipse en cajas. “Ofició” Manu Pla, un profesional con muchas horas de vuelo -empezó muy joven y además recibió, doy fe de ello, una “educación” fantástica- cuya selección de temas musicales me pareció impecable.
¿Y qué nos ofrecen nuestras DALI? Pues, sencillamente, un sentido del equilibrio irreprochable con todo tipo de géneros musicales aderezado por una buena y bien controlada pegada, y, por supuesto, una precisión tonal en línea con lo habitual en la marca escandinava reforzada por el superior refinamiento del bloque de agudos. Me impresionaron especialmente las voces, como pude constatar durante la escucha de la espléndida versión del superclásico “Cheek to Cheek” interpretada por ese singular duo formado por el legendario Tony Bennett y la polifacética Lady Gaga: texturas en su punto, tímbrica perfecta y dinámica natural y relajada.
Cambio de tercio con el álbum “My Song”, protagonizado por Keith Jarrett y Jan Garbarek a la vez que uno de los primeros títulos del legendario sello muniqués ECM -altísimo nivel artístico y técnico- que cayeron en mis manos: piano impoluto en unas idas y venidas armónicas tonales en perfecta complicidad con el personalísimo saxo de Jan Garbarek, que cuando es reproducido a niveles de volumen elevados constituye una verdadera prueba de fuego para cualquier equipo de audio. Por su parte, la escucha del álbum “Clique!” de la muy “audiófila” -por el enorme prestigio de que goza entre los entusiastas del sonido absoluto de todo el mundo como consecuencia de la excepcional calidad de sus grabaciones- Patricia Barber me pareció toda una lección de autenticidad en precisión tonal y presentación espacial, con una dinámica perfectamente graduada, todo ello en un balance perfecto sea cual sea el nivel de volumen al que se realice la escucha. El broche de oro a mi sesión en Audio Reference lo puso la cautivadora versión en big band del mítico “Take Five” por la Kenichi Tsunoda Big Band, una verdadera maravilla en términos de resolución, contrastes dinámicos, riqueza armónica y expansividad con la que las EPIKORE 7 se sentían como pez en el agua.
Para finalizar
Las DALI me gustaron en su presentación en sociedad a principios de febrero, pero todavía más en esta sesión más privada y exhaustiva. Son las EPIKORE 7 unas cajas acústicas que no están al alcance de todo el mundo, cierto, pero no se puede negar que ofrecen una fiel y respetuosa traslación del “alma KORE” a quienes se pueden permitir High End igual de exclusivo, aunque menos elitista. Son exigentes en lo que a electrónica se refiere, hay que reconocerlo, pero su polivalencia musical las hace muy seductoras por cuanto pueden con todo y lo hacen con una elegancia supina.
Ficha Técnica
- Elementos de ingeniería relevantes: Tweeter híbrido electrodinámico/magnetostático plano; altavoces de medios/graves con cono compuesto de papel y fibra de madera Clarity Cone, motor magnético con imanes de SMC (“Soft Magnetic Compound”) Gen-2, soporte de la bobina móvil ventilado de titanio y suspensión periférica de bajas pérdidas; puertos bass-reflex Continuous Flare; terminales de conexión conceptualmente idénticos a los de la KORE; filtro divisor de frecuencias ejecutado con componentes de grado audiófilo/exclusivos de DALI..
- Configuración: columna bass-reflex de 3’5 vías/4 altavoces.
- Altavoces: 2 “midwoofers” de 178 mm de diámetro y 1 tweeter híbrido formado por un transductor de cúpula de 35 mm y uno plano de 10×55 mm.
- Respuesta en frecuencia: 35-34.000 Hz (+/-3 dB).
- Sensibilidad: 88 dB/W/m.
- Impedancia nominal: 6 ohmios.
- Potencia del amplificador asociado: 40-400 W RMS.
- Nivel e presión sonora máximo: 110 dB.
- Dimensiones: 380×1.120×420 mm (An x Al x P).
- Peso: 40’5 kg.
- Precio de venta al público recomendado: 19.998 euros por pareja.