
Cajas acústicas activas Dynaudio Confidence 20A: simplicidad y musicalidad
Protagoniza este análisis un tipo de producto que siempre ha mantenido una relación “extraña” con los puristas del sonido pese a las obvias ventajas que aporta en muchos parámetros conceptuales y formales clave: las cajas acústicas activas. Como siempre, lo esencial está en dirimir lo simplemente “correcto” de lo extraordinario, y es aquí donde entra en juego la marca que rubrica a nuestras invitadas: la tan veterana -fue fundada en 1977- como prestigiosa -con una posición preeminente en ámbitos tan dispares como la Alta Fidelidad y el Cine en Casa domésticos, el Audio Profesional, las Instalaciones Personalizadas y el Car Audio- compañía danesa Dynaudio. En línea con la trayectoria de una empresa que desde el mismo instante de su fundación ha apostado por la calidad a todos los niveles, en especial por la de los críticos transductores, las Confidence 20A, versión amplificada de las reputadas Confidence 20, se erigen en una opción idónea para quienes buscan minimalismo -menos aparatos, menos cables- sin renunciar a la musicalidad ni a la elegancia visual a la hora de configurar el equipo de audio de sus sueños. O, simplemente, disponen de poco espacio para ello. Dynaudio considera asimismo que las cajas acústicas activas constituyen una elección muy apropiada para quienes escuchan mayoritariamente audio digital en alta resolución. Lo cierto es que una vez estamos en la galaxia del High End, el nivel de exigencia no se puede rebajar bajo ningún concepto, lo que significa que, pese a los lógicos ahorros que puedan realizarse en el ámbito mecánico, en lo que a prestaciones puras se refiere hay que pedir exactamente lo mismo que a una combinación formada por cajas acústicas pasivas y amplificación separada. Pero hay más: si un sistema de altavoces activo está bien diseñado, la calidad global puede superar a la de su alternativa “clásica”.

Breve repaso a un concepto que aporta muchas ventajas
Omnipresentes en el sector profesional, tanto si se trata de estudios de grabación como de discotecas/disco-bares o sonorización a gran escala, las cajas acústicas activas no gozan de idéntico respeto/predicamento en el singular universo de los audiófilos. La razón hay que buscarla en, básicamente, que al purista del audio le gusta “trastear” con los componentes de su equipo hasta dar con la combinación que proporciona el mejor sonido, es decir la sinergia óptima… ya saben, el anhelado “todo que supera la suma de las partes”. Llevo toda la vida haciéndolo, por lo que no soy yo quien lo vaya a rebatir. Pero una cosa es lo emocional y otra lo racional, hasta el punto de que, desde un punto de vista estrictamente “cerebral”, hay que reconocer que el concepto de caja acústica activa no aporta más que ventajas por cuanto esa sinergia de la que acabo de hablar se garantiza desde el mismísimo instante de su concepción. Como siempre, y ruego me disculpen por mi insistencia en una argumentación que no me canso de repetir con todo tipo de productos, mi anterior aseveración es absolutamente válida sí y sólo sí -como se dice en las demostraciones matemáticas- las cosas se hacen bien.
Establecidas las condiciones de nuestra particular ecuación, parece lógico pensar que nadie conoce mejor las posibilidades de un determinado altavoz, sea de graves, de medios, de agudos o un supertweeter, que quien lo ha diseñado. En paralelo, un experto en el combinado de elementos eléctricos, mecánicos y acústicos que constituyen cualquiera de los transductores mencionados no tiene por qué serlo en amplificación de audio de alta calidad. En consecuencia, si los expertos mencionados se ponen a trabajar juntos para crear un sistema que aúne en perfecta armonía altavoces, electrónica de control y electrónica de amplificación, siendo las “únicas” exigencias la maximización de la musicalidad y el respeto a una identidad visual “amable”, aunque sin que la función nunca esté al servicio de la forma, está claro que el resultado debería ser excelso. Además, hay otro subsistema fundamental en toda caja acústica pasiva que aquí nos podemos ahorrar precisamente por la sinergia teóricamente perfecta que hay entre altavoces y amplificación: el filtro divisor de frecuencias. Es un tema que da para un buen artículo, lo reconozco, porque son legión las cajas acústicas, en especial sin compromiso y “fuera de parámetros”, que basan su personalidad sonora en el subsistema de marras, que, dicho sea de paso, puede llegar a ser muy complejo y caro.

Confidence 20A: elegantísimas, sofisticadas y exquisitamente musicales
¡De coña está quien crea que, para convertir en realidad la Confidence 20A, Dynaudio se ha limitado a llenar de electrónica avanzada el recinto de su admirada Confidence 20 y añadirle una conectividad en consonancia! Porque, claro, el “relleno” en cuestión, por muy elaborado que fuese, afectaría, con toda seguridad para mal, las excelsas y ampliamente reconocidas prestaciones sonoras del modelo pasivo, algo que, permítanme de nuevo repetirme, ni de coña se puede permitir una marca que, como tantas veces se ha dicho sobre tantos productos de alta calidad, “tiene una reputación que conservar”. Ese “para mal” no es una afirmación gratuita, por supuesto, ya que inclusión de circuitos, del tipo que sean, en un espacio que en su momento fue optimizado para obtener unos resultados concretos en parámetros como la curva de respuesta en frecuencia se vería afectado por los inesperados “intrusos” al modificarse de manera sustancial un sistema acústico diseñado para ser excitado externamente.
¿Qué ha hecho Dynaudio para que la versión activa esté, como mínimo, a la altura de su “madre” pasiva? Pues llevar hasta el límite esa idea que tan machaconamente repetimos en nuestros análisis y que no es otra que la forma debe estar siempre al servicio de la función. ¿Y cómo lo ha hecho? Preservando casi al 100% la parte acústica de las Confidence 20, aunque con ligeras modificaciones en los transductores para que se adapten a la perfección al modo activo, y ¡ojo al dato! ubicando toda circuitería electrónica, es decir de control y de amplificación, en la elegante columna que hace las veces de soporte de suelo. Lo dicho: ¡forma y función armonizadas, diríase que “integradas”, hasta un nivel raramente visto, porque, claro, el uso de metal en la construcción de la citada columna no sólo da empaque estético al conjunto sino que contribuye a disipar con una elevada eficacia -al disponerse de una gran superficie emisiva- las calorías sobrantes generadas por su circuitería interna! Al fin y al cabo, no en vano recae sobre la Confidence 20A la condición de buque insignia de Dynaudio en lo que a cajas acústicas activas para aplicaciones domésticas se refiere.

Antes de comentar los que, en nuestra opinión, son los detalles más relevantes -los datos están, como siempre, en la ficha técnica que publicamos al final del artículo- de la ingeniería de nuestra invitada, me permito recomendar a quienes quieran “saber más” sobre sus creadores que echen un vistazo al artículo que publicamos hace poco más de dos años –https://hifilivemagazine.com/tecnologia-de-dynaudio/– para glosar la tecnología de la compañía escandinava. Un artículo del que, por encima de todo, se puede extraer una conclusión que ya apunté en su momento: cuando una marca diseña y construye los altavoces que se utilizan en sus cajas acústicas, las probabilidades de crear productos optimizados en relación calidad/precio en cada categoría se multiplican. Una filosofía de la que obviamente se beneficia la Confidence 20A por cuanto Dynaudio ha desarrollado codo con codo la parte electrónica junto a la también danesa Pascal, una compañía de renombre en el ámbito de la amplificación en Clase D a la que se debe la puesta a punto de las secciones de control/gestión y salida de los monitores profesionales Core de la empresa de Skanderborg.
Presentadas en sociedad con la pompa debida -un clásico en Dynaudio- en el certamen Munich High End, las Confidence 20A son una verdadera preciosidad… preciosidad discreta y con su punto minimalista -escandinavo- y atemporal, como atestiguan de manera inapelable las fotografías que acompañan el presente artículo. Su objetivo, en línea con el “ethos” de la marca, “reproducir la música sin ninguna coloración”. Las herramientas para conseguirlo, varias, empezando por una configuración acústica bass-reflex de 2 vías/2 altavoces con puerto de emisión inferior protagonizada por un tweeter de cúpula blanda tratada Esotar 3 -el no va más de Dynaudio en la materia- de 28 mm de diámetro y un “midwoofer” NeoTec con cono de MSP (“Polímero de Silicato de Magnesio”) de 180 mm. Del primero habría que destacar el exclusivo sistema de “disipación” de la onda posterior que incorpora -de nombre Hexis- y su potente motor magnético, mientras que del segundo habría que apuntar un esquema de ventilación destinado a optimizar el movimiento del aire, y, de nuevo, un motor magnético de alta potencia del que, al igual que el del tweeter, forman parte un imán de neodimio y una bobina móvil de aluminio montada en un soporte de fibra de vidrio a fin de incrementar la rigidez. La meta a lograr: precisión tonal y respuesta ultraprecisa a los transitorios. Dynaudio habla también de incrementar la sensibilidad, pero en este caso se trata de un parámetro de importancia menor al estar garantizada la capacidad dinámica por la perfecta “entente” con la electrónica asociada. Una electrónica, que, como mandan los cánones de la excelencia en audio, está replicada en cada caja, y, en el caso de la amplificación, separada para cada transductor… concretamente 150 vatios para cada tweeter y 400 vatios para cada “midwoofer”. Como pueden ver, suficiente para una escucha holgada en espacios inclusos generosos. Además, Dynaudio siempre ha sacrificado sensibilidad en aras de minimizar la distorsión. Cuestión de prioridades. De nuestra invitada hay que señalar asimismo otro elemento que “suma” al sonido: el perfil exponencial acampanado -“Exponentially Shaped Dual Flared” o ESDF- de los dos extremos de su conducto bass-reflex, por cuanto se trata de una geometría que, sobre el papel, permite eliminar casi por completo el ruido del aire que circula a través del mismo y en consecuencia naturalizar la totalidad de la curva tonal.

Llegamos finalmente al panel de control, con botones y conectores limpiamente dispuestos en la columna de cada caja. Seis son los primeros, concretamente “Digital channel”, “Sample-rate conversión”, “Analogue sensivity”, “Sound balance”, “Position” y “Light”, este último encargado de ajustar la iluminación del indicador “Y” que figura en la parte frontal del soporte. Por su parte, los conectores dan prioridad, en línea con el ADN “pro” de los creadores de la sección electrónica de las Confidence 20A, a las tomas balanceadas tanto en analógico como en digital. En el segundo caso, la conexión se realiza -formato AES3- yendo de la fuente utilizada hasta la entrada de una de las cajas y de la salida digital de ésta a la entrada digital de la segunda caja. En lo que respecta a la gestión de las opciones de control mencionadas, se lleva a cabo, pensando una vez más en clave “pro” pero también buscando una personalización que sea “cero intrusiva” en términos de precisión tonal, vía DSP. Y, casi resulta una ofensa a Dynaudio decirlo, la calidad de la construcción y los acabados es de matrícula de honor.
Estamos, en definitiva, ante un producto muy bien pensado, hasta el punto de que justo este mismo año ha sido elegido por la influyente organización internacional EISA –“Expert Imaging and Sopund Association”- como “Mejores Cajas Acústicas Activas de 2025-2026” con la siguiente valoración: “La incorporación más reciente a la serie de referencia Confidence de Dynaudio se convierte en la caja acústica activa de más alto nivel de la marca y provoca una sensación impactante. Aprovechando la amplificación en Clase D y las tecnologías DSP de los monitores de estudio Core de Dynaudio, y equipadas con el tweeter Esotar 3 y el transductor de graves/medios NeoTec, las Confidence 20A proporcionan un sonido magníficamente equilibrado con graves controlados, detalles cristalinos y un dinamismo emocionante. Los soportes son una parte integral del diseño de cada caja acústica, ya que albergan los componentes electrónicos, las conexiones analógicas y digitales balanceadas y los controles que facilitan la configuración al usuario. Se trata de un sistema de cajas acústicas activas High End de elegante diseño que ofrece un sonido excelente, pero sin las complicaciones que a veces conlleva el audio de altas prestaciones.”

Un sonido nítido, rico y ágil que cautiva al instante
Escuché las Confidence 20A -una pareja de esas que el fabricante hace circular por sus importadores de cada país para que las conozcan a fondo- en compañía de un reproductor digital multiformato OPPO BDP-105 -con salida variable, claro- que me traje de casa para tal efecto. En lo que respecta a la “playlist”, me traje algunos de mis CD’s, SACD’s y Blu-ray Disc favoritos, todos ellos bien conocidos de un servidor a base de escucharlos una y otra vez durante largos años, décadas en algunos casos. Utilicé cables analógicos balanceados de origen Siltech para la unión a las Dynaudio, al tiempo que me pareció harto interesante entretenerse con los ajustes disponibles en las segundas por cuanto realmente ayudan a afinar en la adaptación a la sala.
¿Cómo suenan las Confidence 20A? De entrada, con una tímbrica muy noble, honesta, tal y como cabe esperar de Dynaudio. Además, al tratarse de un conjunto ya muy rodado, las posibles asperezas que cabría esperar en la zona alta a niveles de volumen elevados brillaron por su ausencia. Excelentes los graves, como respaldó sin el más mínimo atisbo de duda la escucha de la remasterización en DSD de los cuatro álbumes originariamente analógicos de los Dire Straits, donde percibí además una dinámica brutal, magnífica, que hay que “achacar” al uso de amplificadores dedicados para cada altavoz. Espléndida igualmente la disposición de instrumentos en sus respectivos pupitres en el fastuoso -para mí, todavía insuperado, aunque ya se sabe que, para gustos, colores- “Concierto de Año Nuevo de 1987”, con el colofón de la divina voz de Kathleen Battle exhibiendo una tímbrica y una aireación maravillosas. Llegados a este punto, es interesante recalcar que el corte a 2.500 Hz establecido por los creadores de nuestras invitadas logra en conjunción con la calidad -y en este caso también la extensa banda pasante- de los altavoces que incorpora y la muy precisa -para eso sirve el DSP avanzado- gestión de la interacción entre ambos obra el pequeño milagro de hacer que a efectos prácticos las Confidence 20A se comporten como un sistema de 3 vías.

Para finalizar
¡Muy “posh” y deseables las Dynaudio, sí señor! Tanto, que gustarán por igual a audiófilos, melómanos y a entusiastas de los “juguetes tecnológicos pijos”. No son baratas -la alternativa en este caso la encontramos en la igualmente competente pero más asequible gama Focus de la misma marca –https://hifilivemagazine.com/serie-focus-de-dynaudio/- pero su sonido es musical por encima de todo, lo que significa que la adaptación de su electrónica interna eminentemente “pro” a las exigencias de la escucha doméstica se ha llevado a cabo con el debido respeto.
Ficha Técnica
- Configuración: sistema de cajas acústicas activas de 2 vías/2 altavoces con recinto bass-reflex, electrónica de amplificación en Clase D y filtro divisor de frecuencias basado en DSP.
- Altavoces: 1 “midwoofer” de 180 mm de diámetro y 1 tweeter de cúpula blanda de 28 mm en cada caja acústica.
- Respuesta en frecuencia: 34-25.000 Hz, +/-3 dB; 30-28.000 (puntos de corte a -6 dB).
- Potencia del amplificador interno: 400 W RMS para el “midwoofer” y 150 W RMS para el tweeter en cada caja acústica.
- Conexiones digitales: 1 entrada y 1 salida AES3 con conector XLR en cada caja.
- Conexiones analógicas: 1 entrada balanceada con conector XLR en cada caja
- Dimensiones del conjunto caja/soporte: 368×1.119×457 mm (rejilla protectora incluida).
- Peso del conjunto caja/soporte: 28’5 kg.
- Precio de venta al público recomendado: 20.000 euros el conjunto.
- Importador: www.decineaudiovideo.com

























