Hoy, Juan Diego Florez suena mucho mejor, y mucho menos distorsionado que en otras ocasiones. Su voz está perfectamente centrada y sus subidas no me molestan. Las guitarras están vibrantes, muy bien timbradas. Diana Krall suena todo lo viva que puede llegar a sonar –que me perdonen sus fans– cantando elegante y tangiblemente presente.
No seré yo el que diga que ha escuchado una orquesta en su total plenitud, pero la Falcon LS3/5A asombra por su capacidad para generar contextos musicales de dimensiones sorprendentes y espacios sonoros llenos de vida y de naturalidad, mostrando muchos detalles escondidos y todo ello con una sensación brutal de coherencia. Lo cierto es que alguien lo definió como sensual, pues me quedo con esa definición. Hay curvas, caídas y protuberancias en la respuesta, que consiguen generar un efecto que nos hace olvidarnos de todo lo demás que no sea el momento presente de la escucha musical.
El viejo truco sigue intacto
El rango medio tiene una belleza, riqueza y presencia extraordinarias, muy particularmente en las voces y los instrumentos acústicos. En segundo lugar me gustaría destacar su gran apertura. No debemos pasar por alto de lo que a la postre a mi juico es el auténtico éxito de esta caja, una presentación subjetivamente «más grande» que la de la mayoría de los mini-monitores o, para decirlo de otra manera, como ya hemos manifestado, suena mucho más grande de lo que es. Solistas, instrumentistas, tríos de jazz, cuartetos de cuerda, etc, se proyectan con un realismo y llenan mi sala de 25 metros de forma bastante sorprendente. Es por todo ello que sinceramente no le podemos hacer reproches de ningún tipo. 30 centímetros de altura, 19 de ancho y 16,5 de fondo. Sobran más palabras. Y lo curioso es que los que hablan de ella para aludir a sus defectos casi nunca se refieren a su tamaño.
Compañeros de viaje
En una de las muchas reviews que he leído antes de escribir estas líneas, dice un crítico que si encuentras un amplificador que da como resultado una impresión de neutralidad tonal manejando una LS3/5a, entonces cómpralo, porque has tenido suerte en una de esas sinergias de audio donde los defectos complementarios producen un resultado deseable. Pues en este caso yo diría que el Ars Sonum Filarmonia es muy digno compañero, pues permite a la LS3 expresarse, ser ella misma y solo aporta lo que tiene que aportar un amplificador, que no es poco, la potencia necesaria y la capacidad para moverlas con soltura y para extraer de ellas la transparencia y riqueza de detalles que pueden ofrecer. Cuando miras el agua del mar y esta te obliga a cerrar los ojos, esto no es transparencia sino brillantez. Cuando miras el agua del mar y ves la arena en el fondo ahí está la magia. Hay tal vez un malentendido en el mundo audiófilo cuando hablamos o nos referimos a este concepto. Las Falcon son muy transparentes, diría que de las cajas más transparentes que he escuchado, pero están tan bien pensadas y diseñadas que no hay nada que nos impida ver el fondo.
Conclusión
La LS3/5a posee una personalidad que ha sobrevivido en lo que, este año, marca el comienzo de su quinta década, y ha hecho valer su hechizo sobre generaciones de oyentes y sin dejar de atraer a otros nuevos. Sentarse delante de una LS3 para mí es como fumar en pipa. Imagino a ese hombre tranquilo, amante de los placeres terrenales, y del disfrute por el disfrute. Por ello quiero dedicar esta review a esa persona, digna y fiel representante de una generación de melómanos amantes del buen paladar musical y que hace tiempo dejó de hacerse esa serie de preguntas incómodas que a todos nos quitan el sueño.
Querido LS3 lover, dentro de un tiempo quisiera verme como tú, como un niño, disfrutando de su juguete favorito. A lo mejor este dulce retiro que son las Falcon Ls3/5a nos sirve para reclamar nuestra inocencia perdida.
Falcon Acoustics LS3/5a – PVP 2750€ IVA Incluido
Equipo utilizado para la prueba
- Reproductor SACD Marantz SA-15
- Amplificador Ars Sonum Filarmonía
- Cables de cajas Kimber 8tc
- Cable Interconexión Kimber Hero
- Cable de corriente Furutech Alpha 3, Oyaide Tunami