Sonido
De nuevo en este apartado nos encontramos ante un auricular muy poco al uso dentro de su sector. En general, el sonido que solemos buscar en un auricular in-ear es muy variado según preferencias, pero en todos los casos asumimos que una de sus características como auricular será el aislamiento, de alto nivel, algo usual en un auricular de naturaleza cerrada y además intracanal.
Pues bien, nada de eso encontraremos en este modelo. El Piano Forte X es un auricular de naturaleza abierta, y por lo tanto apenas ofrece aislamiento sonoro. Esta será seguramente la principal razón de desconcierto entre los posibles usuarios de auriculares in-ear, ya que es un factor de uso de gran importancia en esta clase de auriculares. Supone, junto a su portabilidad, una de las principales ventajas frente a los auriculares de diadema.
El sonido de los Piano Forte X es abierto y suave, por lo tanto. Su perfil tímbrico no busca la neutralidad ni naturalidad, sino la musicalidad y diversión. El resultado es de un carácter claramente coloreado hacia lo cálido, suavizando de manera clara las gamas agudas, que causan fatiga y molestia a mucha gente. La gama media es muy oscura, y en ocasiones se muestra sometida a las frecuencias graves, que le restan el protagonismo que sería deseable. Las voces y los instrumentos de cuerda suenan algo apagados y suaves en exceso.
La escena está muy bien desarrollada, y es posiblemente el punto fuerte de este auricular. Da, como su naturaleza, un sonido abierto y aireado, y la música no se presenta dentro de la cabeza, sino envolviendo la misma. Esta apertura y suavidad es la responsable de que apenas exista cansancio auditivo con ellos, algo destacable en un auricular in-ear, permitiendo escuchas prolongadas sin problemas.
En cuanto a la facilidad o necesidad de amplificación, el Piano Forte X se muestra siempre fácil de mover, y diría que no requiere ningún amplificador portátil. Es más, me ha gustado más su sonido cuando era conectado directamente a un reproductor portátil que con una amplificación específica, que le aportaba más presión sonora, pero a costa de un aumento excesivo en el cuerpo y el tono de su perfil sin que la resolución, el impacto y la tímbrica mejorasen.