Por lo que se refiere a los transductores, se ha optado por un valor seguro, drivers cerámicos de la conocida marca Accuton, ya que la rigidez del altavoz cerámico confiere a la música una transparencia y una velocidad de respuesta que difícilmente pueden lograrse con otros materiales. La RC 7 presenta una configuración bass-reflex en paralelo formada por tres altavoces de graves de 7 pulgadas, que dota a la caja de una pegada y un control de graves excepcional. Para la gama media de frecuencias se utiliza un driver del mismo tamaño, dotado de dos amortiguadores acústicos dentro de la membrana cerámica, destacando por su claridad y transparencia. En lo referente al tweeter contamos aquí con uno cerámico de 25 mm, pero opcionalmente está disponible uno de diamante de 20 mm., el resultado es un sonido extremadamente detallado. Ahora bien, tengan en cuenta que este tipo de transductores requiere de un prolongado rodaje que puede acabar con la paciencia de más de un aficionado, estamos hablando de varios cientos de horas de escucha, pero puedo verificar que la mejora es considerable y reconfortante.
En la parte inferior de la caja, ubicado en un recinto cerrado dotado de ventilación, se encuentra el filtro divisor de frecuencias. Éste esconde gran parte del trabajo, realizado con componentes de máxima calidad, utiliza un circuito de cruce totalmente simétrico con una inclinación de más de 50 dB/octava (lo habitual son 12 o 18 dB/octava) para conseguir una escucha prácticamente libre de distorsiones. Justo detrás del filtro, se encuentran los conectores, una pareja de WBT que opcionalmente está disponible para bicableado. Sobre los conectores tenemos un puente con tres posiciones que nos permite variar la respuesta de las frecuencias bajas en tres posiciones: -1’5 dB, respuesta lineal y +1’5 dB. Es un detalle de gran importancia, puesto que nos asegura una respuesta de graves perfectamente adaptada a las características de nuestra sala de escucha o a nuestros gustos musicales.
Finalmente decir que la RC 7 representa el escalón más bajo de la prestigiosa serie Berlina de Gauder Akustik, ésta la constituyen tres modelos, RC 7, RC 9 y RC 11. La marca alemana fundada en 1929 en Berlín, ha dedicado gran cantidad de recursos y tiempo a desarrollar la serie Berlina, poniendo todo su empeño en conseguir una caja acústica absoluta. Todo parece indicar que lo han logrado con su modelo tope de gama, la RC 11, por tanto la caja que aquí analizamos presenta todos los avances de su hermana mayor, pero con un tamaño y precio más reducidos.
Sin palabras
Esperaba con gran interés la llegada de las Berlina RC 7 a mi casa, pues todo son alardes y premios tras cada una de las ferias en las que se han demostrado, aunque les confieso que eso a mí no me suele afectar demasiado, al fin y al cabo a nadie se le escapa que en esta nuestra afición viene siendo costumbre elogiar al que más aporta. Por tanto olvidémonos de todo y empecemos de nuevo, pues bien poco importa una construcción novedosa o unos componentes de última generación y mucho menos un atractivo diseño externo, aquí única y simplemente importa el cómo suena.
Cuando las cajas llegaron a mi casa a mediados de Julio, el distribuidor ya me advirtió que estaban prácticamente nuevas, así que rápidamente inicié la escucha amplificándolas con mis Jeff Rowland Model 301C y debido a un rodaje más que prolongado he tenido la oportunidad de realizar todo tipo de pruebas. En este sentido, y como el distribuidor se mostró dispuesto, he tenido oportunidad de disfrutar de las Gauder Akustik amplificadas por una electrónica a válvulas de alto nivel, las Octave MRE 220 con sus correspondientes Super Black Box. Todo un privilegio, máxime teniendo en cuenta que ambas marcas colaboran habitualmente en las diferentes ferias del sector. Dicho esto, debo apuntar que se trata de dos tipos de sonido bastante diferentes, más dinámico y controlado con las Model 301C y más suave y aterciopelado con las válvulas y, aunque no me considero especialmente un amante de los tubos de vacío, he de reconocer que en este caso la balanza se decanta por la opción valvular. Parece que la cuestión de la sinergia ha jugado a favor de las Octave, pues además de poseer una musicalidad encomiable, ofrecen un sonido muy detallado y una respuesta en graves imponente.
