Gryphon Diablo 300, el poder del lado oscuro
Unas reflexiones antes de hacer camino
Siempre que me siento delante del teclado para escribir un artículo para HIFILive gasto unos minutos reflexionando sobre cómo enfocar la escritura. Normalmente pienso en que partes me gusta a mi leer cuando quiero saber algo de un aparato, evidentemente no me considero demasiado raro, solo lo justo requerido para estar dentro de esta afición. Y una vez acabado el proceso intento plasmar con mis palabras lo que al aficionado medio le puede interesar a la hora de saber las virtudes y defectos del cacharro en cuestión. Para mi es una verdadera suerte el poder probar en mi equipo artículos tan exclusivos como el objeto de este análisis, ya que el aficionado medio no tiene la oportunidad la mayoría de las ocasiones de escuchar de primera mano un Diablo 300 en su santuario particular. Sin embargo, basta escribir los caracteres “Diablo 300” en cualquier buscador, para poder ver sus especificaciones e incluso fotos del exterior e interior de este amplificador integrado con todo lujo de detalles. Al fin y al cabo, no estamos en una página de ingeniería electrónica, este texto lo leerán casi seguro en su mayoría fanáticos del sonido absoluto, no la competencia buscando los secretos más íntimos del The Gryphon.
Es por esto que no voy a incidir en sus especificaciones hasta el último párrafo de este artículo, si alguien está preocupado por la marca del transformador o cuantos microfaradios por canal tiene el Diablo, puede visitar la página web del fabricante o importador. Qué más da lo que tenga, a este nivel asumimos que las cifras son más que suficientes para un desempeño superlativo. Fiaros de mí, ¡mucho más que suficientes! Pues bien, una vez dejado esto claro, paso a contaros lo más honestamente posible mi experiencia con esta maravillosa máquina de hacer sonido que es el Diablo.
Empecemos a andar
Llegó a mi casa el Gryphon embalado de una manera tan correcta que uno no puede dejar de sorprenderse a pesar de estar acostumbrado a desempaquetar aparatos realmente increíbles. Esto promete directamente desde el principio. La caja pesa gramo arriba o abajo unos 50 kilos. Es de esos paquetes que te ofrecen la oportunidad de ver la forma física del transportista, que simplemente no entiende como una caja de esas dimensiones puede pesar tanto. Y un servidor no puede más que solidarizarse con él, una vez que queda a solas con el paquete y tiene que manejarlo por sí mismo en su soledad. Muchas veces nos hacemos la idea de que el audiófilo es un tipo flojucho que alterna comilonas y cafetitos con jornadas interminables de audición. Pero nada más lejos de la realidad, detrás de cada uno de ellos tiene que haber un levantador de piedra que no duda en colocarse la faja en la cintura y practicar el levantamiento de peso talco en mano cada vez que tiene que mover alguno de estos aparatos.
En cuanto a su acabado y presentación, esta es simplemente excelente, desde el impecablemente terminado chasis de aluminio cepillado, o su frontal acrílico con pantalla táctil, pasando por su increíblemente original mando a distancia y acabando por ejemplo en sus preciosos conectores para el cable de altavoz. La verdad es que es un aparato diseñado y fabricado con un gusto y calidad que sin duda están a la altura de lo que cuesta. El Diablo 300 es un aparato de auténtico lujo.
Una vez colocado nuestro invitado en su ubicación definitiva en mi sala, procedo a conectarlo a mis altavoces Watt&Puppy 7 y a mi reproductor de cd Wadia 861. A continuación, lo enciendo con un interruptor que se encuentra escondido debajo del frontal y compruebo por primera vez que el aparato suena y que he conectado los canales correctamente. Escucho algo rápidamente y me retiro durante unos días dejando el aparato sonando para que se ruede, ya que es nuevo y no quiero oírlo por debajo de lo que el Diablo realmente pueda aportar. Este es el peor momento, visito la sala en numerosas ocasiones y voy escuchando los mismos temas tratando de apreciar las mejoras que el tiempo y la estabilidad de temperatura van provocando en el sonido. Y poco a poco una sonrisa se va dibujando en mi cara. Finalmente, después de una semana de estar calentando motores encuentro que el sonido se ha estabilizado. Entonces es cuando decido que puedo empezar a realizar escuchas críticas y educadas con el “modo audiófilo” encendido.
“Equivocada” denominación… Luego hablo sobre el sonido
Lo primero que quiero transmitir al aficionado es mi estupor ante la denominación “300”. ¡Qué tontería! Sinceramente no entiendo como en la firma danesa se han resistido a hacer el chiste fácil. ¡Vale ya! Llamarlo Diablo para luego no ponerle detrás “666”, me parece ilógico y más cuando este aparato es una auténtica bestia. ¡Muy mal por el departamento de Marketing de The Gryphon! Han estado torpes, y lo saben.
Dejemos las tonterías y bromas aparte y pasemos a comentar sobre lo que realmente nos importa a todos, su sonido.
El Diablo es sin duda una bestia, me reafirmo, lo que más llama la atención nada más empezar la escucha, es la forma en la que mueve las cajas. Tiene una autoridad y fuerza inusitada capaz de transmitir la dinámica de la música sin ningún tipo de restricciones.
Empezando por el grave, hay que destacar sin lugar a dudas el medio-grave. Increíble e impresionante, con un control que para sí querrían muchas etapas monofónicas. La reproducción es en todo momento visceral, pero especialmente en la zona del medio grave, donde infunde una intensidad que simplemente no he escuchado en ningún otro aparato. Ya había experimentado esto anteriormente con la marca en algunas audiciones en tiendas o ferias, pero estaba muy curioso por ver el efecto en mi equipo, y simplemente no quedé defraudado. El efecto es estremecedor sobre todo en su repercusión en el medio –luego comentamos esta influencia–, pero sin embargo no me gusta tanto lo que esto provoca en el grave más profundo. Mi impresión es que la primera y segunda octavas quedan un poquito por debajo de las dos siguientes. No es que no lo haga bien o no existan, es que la intensidad de las dos siguientes octavas es simplemente abrumadora y enmascara un poquito las dos primeras. Pero cuidado, es mi opinión personal, a muchos este efecto les encantará, porque también provoca un grave seco, muy potente y cuando es necesario extremadamente articulado, que simplemente enamora. Imagino que es todo cuestión de gustos.
Apoyado por esa intensidad del medio grave, las frecuencias medias son impresionantes, obteniendo unos niveles de calidez que provocan una representación de las voces como pocas veces he podido escuchar. Es una verdadera maravilla el escuchar una ópera con este aparato, llega en ciertos momentos a rozar la perfección en la reproducción de voces masculinas. Es aquí donde el medio grave juega un papel fundamental y obtiene su razón de ser –parte crucial de su personalidad sonora–. Si este era el objetivo, entonces enhorabuena. La parte más alta del medio es menos extraordinaria dentro del nivel intrínseco del aparato. No tiene limitaciones aparentes y articula con mucha facilidad y gran dinámica.
El agudo es abierto y muy agradable. Cumple perfectamente su función representando con fluidez y con completa extensión todos sus registros. Es muy suave y delicado, siendo casi imposible, al menos en mi configuración, que resulte agresivo. Personalmente lo encuentro ligeramente tímido, aunque como siempre en esto influyen los gustos personales. Lo que para mí es tímido sin ninguna duda para otros será maravilloso delicado y dulce. Parándome a pensar un momento en esto, me doy cuenta que es una característica que encuentro común en muchas amplificaciones en Clase A pura. Todo depende de las preferencias de cada uno.
Esta apertura que las frecuencias agudas presentan, ayudan a que la escena sea bastante acertada. Con respecto a mi sistema de previo-etapas habitual, se queda un poco baja en altura, aspecto que compensa ofreciendo una anchura más que suficiente. La focalización es bastante buena provocando unos actores sonoros bastante creíbles y con un volumen espacial considerable. Una muy buena presentación para un integrado.
La dinámica es en todo momento impresionante, Pero especialmente en la zona del medio grave. Es sin duda el integrado más dinámico que haya oído nunca en mi sala. Provocando unos transitorios muy buenos. La verdad es que el Diablo no se queda atrás en ataque con respecto a muchos conjuntos de previo y etapa de potencia similar. Sobresaliente en este sentido.
No puedo finalizar esta revisión sin comparar brevemente al Gryphon Diablo 300 con otros grandes amplificadores que han pasado por mis manos. En el pasado tuve la oportunidad de evaluar dos amplificadores integrados, también de absoluta referencia, en los que aprecié claramente una diferente personalidad sonora a la de nuestro protagonista. El Dartzeel CTH-8550 fue quizás el integrado que más me ha gustado hasta la fecha –también es el de precio más elevado–, con una musicalidad y refinamiento tal vez superiores al Gryphon, pero a su vez con menor entrega de corriente y restricciones en cuanto a sinergias con cajas difíciles. Por otro lado, también evalué el Vitus Audio RI-100 con su característico sonido contundente, orgánico y cálido, pero al igual que el Diablo con la capacidad de mover cualquier caja. El Diablo 300 se sitúa en mi opinión en un término medio entre ambos, no siendo tan sutil y delicioso como el Dartzeel, aunque si mucho más polivalente y capaz, y con respecto al Vitus siendo tímbricamente más neutro. Cada uno como vemos tiene sus pros y contras, pero los tres llegan a un nivel tan alto, que la particular manera de entender la música de cada oyente puede inclinar la elección hacia uno de ellos, sin posibilidad de cometer una equivocación.
Diabólicas conclusiones
El The Gryphon Diablo 300 se calienta como si realmente se tratase de un artefacto proveniente del mismísimo infierno. Insinuando sin lugar a dudas la increíble potencia que guarda en su interior, dispuesto a desatar en cualquier momento y sin comedimiento alguno, la más infernal de las tormentas.
El sonido es mucho más de lo que podría esperarse de un integrado, con potencia y dinámica casi ilimitadas y con un sonido preciso y neutro –maquillado por un ligero énfasis en la zona medio-grave–, que le confiere un atractivo plus de cuerpo y confort de escucha. Gracias a estas cualidades, estoy seguro de que los fanáticos del sonido de la marca y los nuevos aficionados que se acerquen a el, no quedaran defraudados en ninguno de sus aspectos.
El Gryphon Diablo 300 es un aparato que sin duda alguna merece una escucha en casa para considerar si es de nuestro gusto. Cualidades no le faltan para considerar que la adquisición del Diablo 300 podría ser una muy buena inversión.
PVP: 15488 euros. DAC Opcional: 5800 euros Phono Opcional: 2178 euros
Distribuyen Ultimate Audio, QLASE A y AudioElite
Especificaciones técnicas:
- 2 x 300W (8 Ohm), 2 x 600W (4 Ohm), 2 x 950W (2 Ohm)
- Verdadera configuración Dual Mono
- Realimentación negativa cero
- Atenuador de volumen por reles de 43 pasos, controlado por microprocesador, basado en resistencias de ultra precisión para un mejor resultado sonoro
- Recorrido de la señal Ultra corto
- Mínimo cableado interno
- Circuitos integrados de grado militar con doble y cuatriple capa con hasta 105 micras de cobre
- Transformadores toroidales Dual Mono Holmgren con nucleo y bobinado tratado al vacio para eliminar cualquier ruido mecánico
- Conectores montados en el PCB para eliminar cableado y acortar el recorrido de la señal
- Nuevos buffers discretos de alta velocidad “single ended” en clase A para conseguir el mejor sonido
- Conectores Suizos Neutrik XLR chapados en oro para dos fuentes balanceadas
- 3 entradas y 2 salidas de línea con conectores chapados en oro y con blindaje de Teflón
- Salida de nivel fijo de audio video para una integración sin compromisos con un preamplificador de sonido envolvente
- Capacidad de igualar niveles de entrada para prevenir cambios abruptos de volumen
- Gran display fuorescente para permitir una buena legibilidad
- Ajuste de la luminosidad del display (100%, 75%, 50%, 25%, Off)
- Controles del panel frontal retroiluminados y sensibles al tacto
- Previo de fono MM/MC opcional
- DAC opcional PCM/DSD con entradas USB, 2 x SPDIF, 1 AES y 1 óptica
- 12V DC interconexión, entrada y salida
- Actualizaciones de la memoria Flash via key fob
- Reguladores de derivación local para una óptima supresión de ruidos
- Sistema de protección no invasivo
- Control remoto de infrarojos
- Entrada para un receptor de infrarojos externo
- Consumo estándar de corriente: menos 0.5 W, de acuerdo con los últimos estándares de la UE
- Aprovado UE CE
- Diseñado y construido en Dinamarca
EQUIPO UTILIZADO
Fuentes digitales
- Wadia 861
- Cable entre Wadia y previo de linea: Audioquest Diamond X3
- Cable de red: Fono Acústica Armónico HD Edición limitada SS con conectores Furutech
Previo de linea
- Viola Cadenza
- Cable de red: Clearaudio Diamond Powerline
Etapas
- Etapas monofónicas con fuente de alimentación separada Cello Performance II
- Cable de red: Oyaide Tunami Power Cable
- Cable entre previo y etapas: Cello Strings One
Subwoofer Pasivo
- Wilson Audio WHOW II, Nº de serie 52
- Filtro subwoofer pasivo: Wilson Audio Controller
- Etapa subwoofer pasivo: Krell Kav 250a puenteada en mono
- Cable de red: Clearaudio Diamond Powerline