Sensacional
Por una vez me vais a permitir que empiece la casa por el tejado, o mejor dicho que os cuente primero mis conclusiones antes de entrar en el detalle del aparato en cuestión. Este amplificador integrado, de aspecto tan sencillo y de precio realmente asequible es, en una palabra, sensacional. Y lo digo así, de primeras, porque el Hegel H80 merece ser conocido y descubierto, y quizás si no empezara esta prueba de esta forma tan radical este integrado pasaría desapercibido.
Pero es que hacía mucho tiempo que no probaba algo que me dejara tan impresionado: es un amplificador sobresaliente, tal cual, y cuando piensas en su precio, te quedas sin palabras. Cuando digo que es sobresaliente, lo digo sin ninguna condición. En mi equipo de referencia, con una pareja de cajas B&W 802D, en una sala que mide mejor que muchos estudios, no eché de menos ningún parámetro audiófilo habitual con ningún tipo de música, y eso es mucho decir dadas las etapas e integrados que han pasado (o que tengo) por allí… Al límite, a un volumen tan alto que nunca uso si no es para pruebas, el Gryphon Diablo era más rápido y preciso en el grave, pero estamos hablando de un precio diez veces superior. Lejos de ese límite, a niveles normales de escucha, el Hegel no me hacía echar de menos a mi propia Pass XA30.5 y eso es mucho decir.
En tarro pequeño…
El Hegel H80 es un hallazgo, un acierto, y además me ha gustado mucho que así fuera, por concepto. Soy de los que prefieren las cosas sencillas, los equipos minimalistas, y una de las cosas que esa preferencia mía implica es que suelo preferir, o mirar antes, los hermanos pequeños del catálogo de cualquier fabricante y no los topes de gama. Es decir, mejor una caja de dos vías que de tres o cuatro, mejor integrado que etapa y previo, o mejor un amplificador de relativamente poca potencia pero más sencillo circuito, que su hermano mayor de cifras más espectaculares pero también mayor complejidad interna… que en mi experiencia y salvo muy honrosas excepciones suele traer problemas y un sonido menos refinado o redondo. Un par de ejemplos que creo dejarán claro qué quiero decir. Estuve totalmente enamorado de mi Krell KSA50S (la de menor potencia de la casa) durante la década y media que lo tuve y nunca escuché otra etapa de la marca que me gustara tanto como ella, y otro tanto me pasa con mi actual Pass XA30.5 o, antes de ella, con la Aleph 3 que también tuve el placer de tener.
Cuando el fabricante necesita ofrecer más potencia debe multiplicar los elementos activos de salida (transistores en este caso pero ocurre lo mismo con válvulas), además de hacer crecer lógicamente la alimentación del aparato, incluso separando canales para dedicar un solo chasis (y su alimentación) a cada uno a través de monofónicas. Pero por muy bien elegidos que estén los componentes, por muy simétrico y bien pensado que sea el diseño de la placa para evitar desigualdades en el camino de la señal, la etapa o amplificador “pequeño” o de base, siempre tiene un “algo” que a los mayores se les escapa.
¿Y de dónde sale este pequeño milagro llamado H80? Hegel es un fabricante noruego con 25 años recién cumplidos, y es conocida la tradición audiófila escandinava (Electrocompaniet, Primare, Copland…), aunque ésta es una marca relativamente desconocida en España (yo por lo menos confieso que sólo la conocía por alguna referencia de pruebas en revistas alemanas). Con el actual importador (Absum System en Madrid y teniendo detrás al experto Rafael Ibarbia), y productos como este H80, seguro que dejará este relativo anonimato.
Hegel tiene una amplia gama de aparatos que incluyen previos, etapas, integrados, lectores CD y convertidores DAC. El H80 es el modelo más básico de la gama y resulta que incluye un poco da cada uno. Como amplificador integrado, su parte de previo está prácticamente tomada del previo P20 y la parte de amplificación utiliza los mismos principios que las etapas de la casa, con un circuito patentado por ellos llamado SoundEngine y que básicamente, dentro de una topología de clase AB, ofrece las ventajas de la clase A sin sus desventajas (bajo rendimiento y calor disipado), a base de usar una forma diferente de reglamentación. No usa nada de realimentación negativa, sino pequeñas porciones de realimentación “positiva” local cuando es necesaria. La idea es evitar que ninguna etapa interna pase ninguna distorsión a la siguiente, separando también la parte de ganancia en voltaje de la de corriente (tecnología DualAmp también exclusiva suya).
El H80 lleva también su propia fuente digital interna. Además de las normales entradas analógicas de cualquier integrado, podemos conectarle nuestras fuentes digitales a través de conexiones coaxiales u ópticas, o también nuestro ordenador ya que también dispone de una entrada USB.
A estas alturas tengo que haber despertado vuestro interés… Veamos en detalle qué encontramos dentro del Hegel H80.