Altavoces inalámbricos LG H7 y H5
Life is Good
Aunque el eslogan por el que se conoce ahora a la marca coreana es “Life is Good”, sus siglas proceden de la fusión del grupo Lucky con el fabricante original de radios y otros electrodomésticos GoldStar, algo que ocurrió hace casi 60 años –en 1958–. La marca es seguramente más popular hoy en día por su división de teléfonos móviles inteligentes, o incluso por la sección de televisores –lideran la tecnología OLED sin ir más lejos–, pero no olvidan sus orígenes poniendo sonido y música a los hogares, y eso es precisamente lo que consiguen los productos que probamos en esta ocasión. Los componentes de la gama Music Flow permiten usar hasta 16 altavoces activos en la forma que queramos, desde habitaciones independientes, a sistemas “apareados” –dos altavoces sonando juntos en un equipo estéreo–, o incluso en una configuración multicanal para Cine.
Forman la familia seis modelos: desde la barra de sonido HS7 dedicada lógicamente, junto a un subwoofer específico, a mejorar el sonido de un televisor, hasta los altavoces independientes en tamaño creciente H3, H4 –con baterías–, y los H5 y H7 que hemos podido probar. No acostumbramos a traer este tipo de altavoces a Hifi Live, pero dentro de nuestro plan de apertura hacia nuevos formatos y nuevos productos, y con la buena reputación de la firma, pensamos que debíamos aprovechar la oportunidad que nos brindó la marca de probarlos: debemos tener presente en cualquier caso su precio –entre 200 y 300 euros en las tiendas– al juzgarlos.
Descripción y puesta en marcha
Al sacarlos de sus respectivas cajas sorprende lo relativamente pesados que son ambos altavoces, algo que siempre es buena señal. De formas casi idénticas, con una base en forma romboidal, tienen una configuración de 2+2 drivers, es decir que ofrecen dos tweeter y dos mid-woofer en su cara frontal, mientras por detrás tenemos las conexiones y botones de configuración, salvo la rueda de volumen y selección de fuente, que está accesible en la parte superior, también igual en ambos modelos H7 y H5. El H7 monta woofers de mayor diámetro que el H5, siendo los altavoces de agudos aparentemente idénticos.
Es conocida mi afición a investigar las “tripas” de los aparatos que tenemos a prueba, entre otras cosas porque es la única forma fiable de conocer qué electrónica se utiliza y qué nivel de fabricación ofrece el producto, pero no vi como desmontar estos altavoces por métodos no destructivos, así que no puedo decir qué chips DAC usan, ni qué tipo de alimentación o amplificación, ni qué tipo exacto de altavoces –drivers–. En ambos casos, de todas formas, la alimentación procede de un adaptador externo con una capacidad aparentemente sobrada para la potencia musical declarada –2x40W el H5 y 2x70W el H7–.
La puesta en marcha puede ser inmediata, o algo compleja, en función de qué queramos hacer y cómo. Conseguir sonido de un solo altavoz es bastante sencillo: se enchufa y se elige si se quiere conectar a la fuente –un móvil o reproductor portátil– de forma inalámbrica o con cable, para lo que basta usar un cable estéreo con dos “jack” de 3’5 mm en ambos extremos y seleccionar esa fuente pulsando el botón de volumen –Led intermedio–. Sin cable usaremos en principio Bluetooth –primer LED– y también es sencillo, pero no podremos alejarnos mucho o empezarán los cortes: dentro de la misma habitación funcionó bien pero en un salón grande a más de 5 metros ya puede fallar.
El siguiente paso o forma de conectar los LG es más interesante y versátil, usando su conexión de red. Aquí debo distinguir entre la red WiFi y la cableada, que no me ofreció ningún problema e incluso me permitió usar el altavoz con alguna otra aplicación aparte de la propia de LG –Music Flow–. Usando WiFi, que a fin de cuentas es posiblemente la forma más habitual o deseada, es necesario configurar con la App MusicFlow la conexión, sencillo con un altavoz pero no tanto con más de uno, de hecho me costó conseguir que H7 y H5 trabajaran juntos en una configuración “estéreo” –aunque fuera desequilibrada– o “dual” –sonorizando una o dos habitaciones al unísono, controlando con uno el otro–.
