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Ideas preconcebidas

Cuando me informaron de que tenía que llevar a cabo el análisis del Luxman, conocía más bien poco de esta marca japonesa. Había visto alguno de sus componentes en el pasado Audio Show de Lisboa cuando Ultimate Audio iniciaba su distribución y tuve la oportunidad de oír un conjunto previo-etapa en el lateral de su sala. De esta primera toma de contacto no pude sacar demasiadas conclusiones y como en otras parcelas de la vida, las ideas preconcebidas también me han jugado una mala pasada, pues inconscientemente y sin ningún motivo aparente, asocié a Luxman con una de esas marcas más comerciales que se dedican a la venta de componentes de gama media y que tienen algunas cosas de nivel superior, algo así como la serie ES de Sony. Dicho esto, que nadie me malinterprete, mis respetos a esta afamada serie pues todavía recuerdo mis inicios en la HiFi con un cd CDP- XA5ES y un conjunto previoTA-E1000ES y etapa TA-N55ES.

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Quizá la asociación se deba a esos paneles repletos de botones y potenciómetros que caracterizan estos equipos, sus acabados relucientes o sus largas listas de especificaciones. Para muchos puristas esa no es la verdadera alta fidelidad, aunque también los hay que reniegan de esos componentes con frontales espartanos con solo un par de botones, y reivindican una mayor operatividad en sus equipos. En este sentido, es cierto que hay electrónicas que no necesitan de ningún ajuste, simplemente apagado y encendido, pero… ¿Es este el caso de un previo de fono? Si usted tiene un único sistema de lectura o utiliza una sola cápsula la respuesta posiblemente sea afirmativa, además los ajustes pueden realizarse internamente o como en muchos casos ocurre, a través del panel posterior. Por el contrario, si tiene más de un plato, varios brazos o simplemente le gusta intercambiar sus cápsulas, la respuesta es no, y sobre todo no es nada práctico.

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Qué nos ofrece el Luxman

Decir que Luxman es una marca de dilatada trayectoria no es suficiente. En el pasado año han celebrado su 90 aniversario, se dice pronto, pero sus inicios se remontan a 1925 y se la considera una de las empresas precursoras de la llamada alta fidelidad de gama alta. Ubicados en Japón son los responsables de muchos componentes “clásicos”, esas electrónicas que hoy son buscadas y veneradas por una parte cada vez más importante de usuarios. Véase en este sentido el mítico amplificador SQ38D que vió la luz en 1964 o el CL350 de finales de los 70.

 

La marca presume de unos elevados estándares de calidad, elaborando muchas piezas a medida, como los propios transformadores. También mantienen un nivel muy alto en la construcción de los chasis para controlar la vibración y la resonancia, todo rematado con un aspecto exterior realmente bello en la línea de sus componentes clásicos y que hace justicia a la calidad del producto.

El EQ-500 es el buque insignia dentro de los tres modelos de fono que comercializa la marca. Como no podía ser de otro modo el embalaje impecable, con abundantes protecciones interiores incluyendo una funda especial para el frontal. Las instrucciones, aunque no demasiado extensas, despejan cualquier duda acerca del amplio espectro de ajustes y conexiones. Una vez desembalado he de reconocer que cuenta con un diseño externo muy atractivo, espero que mi escaso talento fotográfico le haga justicia. Como no podía ser de otro modo, el frontal lo dominan sus dos vu-meters, uno para cada canal, así como un total de trece selectores, ocho de palanca y cinco giratorios. Los dos primeros interruptores sirven para conectar los vu-meters y para seleccionar su sensibilidad. Abajo tenemos el selector de la salida y a continuación un conmutador de fase para elegir entre una señal de salida normal y una cuya polaridad absoluta ha sido invertida. Seguidamente tenemos un desmagnetizador de la cápsula, quizá esta ha sido una de las opciones que más me ha sorprendido. Cuando conectamos esta palanca el phono emite una señal de audio que se debe dejar actuar 30 segundos. Técnicamente una cápsula absorbe algo de la carga de sus imanes y ese proceso de magnetización hace que la bobina sea menos sensible a las fluctuaciones del surco, la desmagnetización resuelve este problema, pero he de ser sincero a este respecto, y aunque se aprecie una leve mejora, con un sonido más limpio y con menos grano, reconozco que esta no es muy significativa.

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A continuación tenemos el selector Mono/Stereo y luego el corte de las frecuencias bajas y altas. Les diré que, dándoles un buen uso, este par de conmutadores pueden resultarnos de gran ayuda para controlar algunas grabaciones. Existen grabaciones que tienen un exceso considerable de graves y lo que es peor, los subsónicos que son capaces de enturbiar una buena grabación con sus molestas fluctuaciones en el trasductor de graves, con el interruptor en posición ON se eliminan las frecuencias por debajo de 20 Hz. Lo mismo ocurre con las frecuencias altas, al seleccionar esta opción se cortan las frecuencias por encima de 8 kHz, ideal para suavizar esas grabaciones antiguas un tanto estridentes.

Finalmente lo más importante, los potenciómetros giratorios. De derecha a izquierda, selector de entrada, selector del tipo de cápsula, capacitancia, impedancia y ganancia. Todos los ajustes para nuestra cápsula a mano y sin complejidades. En mi caso he conectado los dos sistemas y para cada capsula he elegido los valores más adecuados, aunque debe tenerse en cuenta que los ajustes de impedancia y capacitancia son básicamente para cápsulas de imán móvil MM. Lo ideal sería que el phono memorizase los ajustes para cada entrada, pero quizá eso sería rizar demasiado el rizo, así que cada vez que cambiamos de entrada debemos reajustar el resto de los potenciómetros.

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Y si su panel frontal les ha sorprendido, el trasero no se queda atrás: cuenta con tres entradas cada una con su toma de tierra independiente y tres salidas, dos single-end con conectores RCA y una balanceada con XLR. Ambas salidas no balanceadas tienen la misma calidad, pero no pueden funcionar al mismo tiempo que la XLR, una opción u otra debe seleccionarse por medio de uno de los interruptores del panel frontal.

En el interior reina la máxima pulcritud, estando dividido en diferentes partes para un blindaje efectivo. El circuito de audio está cubierto por una placa de cobre lacado con orificios para la ventilación, cuenta con no menos de 19 relés que implementan las múltiples y variadas funciones. Cada canal tiene dos transformadores elevadores, uno de alta salida y otro de baja salida para bobina móvil MC, además de tres válvulas de doble triodo dos ECC83 de ganancia y una 12AU7 de amortiguación.

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Para la alimentación tenemos un transformador y una válvula rectificadora EZ81 de doble triodo, así como otros reguladores de estado sólido y grandes disipadores de calor. Fíjense en algunos detalles, como las fundas protectoras para el cableado o una almohadilla especial bajo la válvula. Cada diseño es único y la atención al detalle es envidiable.

Escucha

Pongámonos manos a la obra y veamos cual es la respuesta del Luxman con diferentes grabaciones y/o configuraciones. Como no podía ser de otro modo, en primer lugar conecté el conjunto Kuzma/Ikeda y lo tuve unos días oyendo diferentes discos a modo de rodaje, pues según me informaron los señores de Ultimate se trataba de una unidad nueva. Una vez listo, con unas cuantas horas de escucha a sus espaldas, el EQ-500 estaba listo para una escucha más seria.

 

Para empezar un disco mítico de Philips, la Sonata Kreuzer para violín y piano de Beethoven en la interpretación de David Oistrakh y Lev Oborin. Ante todo quiero destacar la naturalidad del Luxman, no solo en el timbre y textura del violín, auténtico protagonista de esta grabación, sino en el respeto a las correctas proporciones del instrumento. Es un disco que me acompaña desde los inicios de esta afición y en otras ocasiones me ha dado la sensación de un sobredimensionamiento tanto del violín como del piano, algo que al principio sorprende, pero que pronto se percibe como una exageración poco menos que artificial.

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Seguimos con otro plato fuerte, una de esas grabaciones a las que vuelvo una y otra vez, entre otras cosas porque hay mucho que oír en la grandísima integral de los trabajos orquestales de Richard Strauss que Rudolf Kempe grabó para EMI en los años 70, una de las cimas de su discografía. El Don Juan Op. 20 nos servirá para ver el comportamiento del Luxman con las grandes masas orquestales, un breve pero frenético poema sinfónico donde la emoción siempre avanza con fuerza, una composición muy especial, de gran empuje y amplio aparato orquestal. En los tutis orquestales nuestro invitado se muestra pletórico y no presenta signos de debilidad, siempre respondiendo de forma impecable y mostrándonos una escena amplia y bastante profunda. Los instrumentos pueden diferenciarse perfectamente, destacando el brillo del viento metal y la contundencia de la zona baja, con un golpe de timbal realmente visceral.

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Cambio de estilo con una de las mejores reediciones del Kind of Blue de Miles Davis en la ultimísima edición de Mobile Fidelity. Prácticamente todos hemos oído el característico ritmo del Flamenco Sketches y, como no, el inconfundible sonido de la trompeta de Davis que irrumpe con personalidad propia, con una exactitud y pureza insuperables. A continuación el saxo tenor toma el relevo, protagonizando momentos de auténtico delirio. En esta escucha con el EQ-500 quiero remarcar la exacta focalización de los instrumentos así como la excelente microdinámica que contiene esta grabación. Nuestro invitado proporciona una escucha relajada, con una textura realmente palpable y una continuidad melódica envidiable. Claridad meridiana, máximo respeto al detalle, precisión en los timbres y un ruido de fondo apenas audible a niveles de escucha elevados.

Y por no dejar el mundo de las reediciones “Ultra Analog” de 45 rpm de MOFI continuamos ahora con el Brother in Arms de Dire Straits y su conocido tema Money for Nothing. Realmente insuperable, aquí nos damos cuenta de hasta dónde están llegando los actuales stándares de calidad en la edición/fabricación del vinilo. He oído unas cuantas veces esta grabación en CD, no en vinilo hasta ahora, pero he de reconocer que me he quedado sin palabras, impactante. Ahora bien, cuidado con estos discos de 45 rpm porque ponen a prueba el correcto ajuste de nuestros sistemas. En lo que aquí nos incumbe y respecto a anteriores escuchas con mi fono habitual he de reconocer que el Luxman con su aspecto pulcro se convierte en una auténtica bestia, capaz de ofrecer un sonido exuberante y de una potencia desbordada. Este tema con su guitarra y su bajo nos atrapa y nos traslada, tu pie y tu cabeza comienza a moverse y sin necesidad de cerrar los ojos, te imaginas en medio de un concierto en vivo con los Dire Straits sobre el escenario.

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Si el resultado con mi sistema principal ha sido sobresaliente, más destacable me ha parecido la combinación del EQ-500 con mi Thorens 124 MKII y la humilde Benz Micro Ace. Cierto que esta es una incorporación reciente, pero todavía no había podido extraer todo el partido a este clásico Thorens hasta ahora. Lo he probado con alguno de mis discos favoritos, clásica de nuevo y Michael Rabin como en otras ocasiones. Me encanta este violinista y es encomiable el trabajo de los ejecutivos de Testament empeñados en sacar a la luz todos sus tesoros y además publicarlos en nuestro formato favorito. Para la ocasión he elegido un tema conocido por todos, el tercer movimiento del concierto para violín de Tchaikovsky en una grabación monofónica de Columbia, pero como suena ese violín, fantástico, con un textura palpable y un aroma vintage que convierte la escucha en un viaje al pasado, un viaje al que nuestro invitado ofrece un plus en claridad y delicadeza. En la escucha con el Luxman soy capaz de diferenciar con exactitud los diferentes instrumentos de viento de la orquesta en profundidad, lo que antes era un conglomerado algo comprimido, ahora suena un tanto más suelto y definido, dentro de las limitaciones propias del año y del sistema de grabación.

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Para terminar un tema más moderno y bastante más conocido, La chica de Ipanema de Stan Getz y Joao Gilberto. Quizá el tema en el que todos pensamos cuando nos preguntan por la bossa nova. Una pieza que a buen seguro conocerán nuestros lectores y que suena maravillosamente bien. Como ya dije antes el Luxman ofrece un plus de transparencia respecto a anteriores escuchas, la presencia de voces e instrumentos está un poco sobredimensionada por la propia grabación, pero pienso que suena más cercana si cabe en esta escucha, la vocalización de los cantantes y sobre todo el sonido relajado y transparente del saxo de Stan Getz es contagioso, atrayente, de una sonoridad exquisita.

Si he de reducir a cuatro las características más destacables del EQ-500, la primera y principal es la neutralidad, porque el Luxman nos ofrece un sonido carente de cualquier coloración, respetando fielmente el timbre de instrumentos y voces. Ofrece una escucha suave y agradable, que no está reñida con una potencia y control destacables. En segundo lugar me ha impresionado su nivel de limpieza y transparencia, muy destacable en la escucha de mi segundo sistema analógico, pero también con la Ikeda KAI. Es un componente silencioso que cumple su misión reduciendo al mínimo el ruído de fondo incluso a niveles de escucha elevados. En tercer lugar reconozco que me ha impresionado la restitución de la escena sonora, ampliada en profundidad así como la exacta reproducción del tamaño y el posicionamiento de los instrumentos y las voces, sin agrandar ni exagerar nada. Finalmente otra cuestión, no de menor importancia, es la versatilidad de esta unidad de phono, a la que no falta detalle. Profusión de conexiones en el panel trasero y abundancia de controles en el delantero. El componente ideal para quienes tienen varios platos y/o cápsulas o para aquellos amantes del ajuste fino.

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Conclusiones

Luxman con el EQ-500 nos ofrece un producto atractivo tanto por dentro como por fuera, con un diseño que aúna modernidad y respeto a la tradición. Es el fono de una empresa que lleva 90 años en el mercado del HI Fi, y como tal, incorpora todos los avances y el saber hacer de una gran marca, el resultado de años de trabajo e investigación, todo condensado en un atractivo componente que puede cumplir con las expectativas de un amplio abanico de usuarios.

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En resumen un fono muy a tener en cuenta en su nivel de precio, potente y controlado, ofrece un sonido muy natural que nos atraerá desde el primer momento. Su nivel de limpieza y su neutralidad lo acercan a mi adorado Trinity, aunque no es capaz de llegar a tan altas cotas de perfección, en cambio su versatilidad es mucho mayor y la accesibilidad a todos sus controles lo convierten en el compañero ideal para gran parte de los entusiastas del mundo analógico. Para ustedes mi más sincera recomendación, para mí la angustia de tener que desprenderme de este magnífico previo de fono del cual he disfrutado por más tiempo del permitido y del que ahora se me hace tan difícil prescindir.

Luxman EQ-500 – 6990€

Distribuyen Ultimate Audio, QLASE A y AudioElite

Equipo utilizado

  • Giradiscos Kuzma XL4
  • Brazo Air Line con cableado Nordost
  • Cápsula Ikeda KAI
  • Previo de Phono Jeff Rowland Cadence
  • Reproductor de CD-SACD/DAC Emm Labs XDS1-V2
  • Previo de línea Jeff Rowland Criterion
  • Etapas de potencia monofónicas Jeff Rowland 301D
  • Cable digital USB d1 Totaldac
  • Cable interconexión entre fuentes y previo Cardas Golden Reference Balanceado
  • Cable interconexión entre previo y etapas Transparent Reference XL Balanceado
  • Cables de Corriente etapas y CD Furutech Alpha 3 con conectores de Rodio
  • Cables de corriente previo y giradiscos Virtual Dynamics Power One
  • Rack Artesania Audio Exoteryc

 

 

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