Sistema de audio inalámbrico con conectividad a redes Marantz Grand Horizon: un nuevo horizonte en diseño, versatilidad… ¡y musicalidad!
Protagoniza el presente banco de pruebas un producto que rompe un cliché sólidamente instalado -no sin razón- entre el grueso de los entusiastas de la reproducción sonora con mayúsculas: el “conflicto” que suele producirse cuando lo visual, lo estético, posee la máxima, si no absoluta, prioridad en la concepción de un componente de audio; dicho con otras palabras, entre lo audiófilo y lo “lifestyle”. El producto en cuestión está firmado por la veterana y legendaria -a partes iguales- Marantz, nacida en Nueva York, y ahora mismo de propiedad estadounidense y con fabricación -más “fine-tuning” por Yoshinori Ogata, el venerado Maestro en Sonido de la marca- en Japón.
Su nombre es Grand Horizon, lo vi por primera vez en Malta a mediados de junio de 2024, fue presentado por todo lo alto -mucho más en plan “lifestyle” que audiófilo- en Barcelona el 14 de noviembre del mismo año, y, finalmente, lo pudimos escuchar con la debida calma a principios de septiembre de este año. No estamos ante el primer componente de audio inequívocamente “lifestyle” puesto a punto por Marantz, como bien apunté en la crónica de la presentación barcelonesa –https://hifilivemagazine.com/presentacion-marantz-horizon-marantz-grand-horizon/-a la que acabo de hacer referencia, pero sí el más ambicioso y rompedor. Cierto que el tiempo transcurrido entre el lanzamiento al mercado del recordado Consolette, un sistema de audio “todo en uno” pionero -al incluir un streamer- comercializado en 2012 y cuyo nombre hacía un guiño, a modo de sentido homenaje, al preamplificador monofónico Audio Consolette, construido por Saul B. Marantz en 1951 con sus propias manos, da para mucho en términos de progreso tecnológico y audacia estética. Pero el Grand Horizon, me imagino que intentando ser digno de su nombre, va mucho más allá por cuanto se trata de un producto brutalmente trabajado en el que forma y función van perfectamente “sincronizados”. Y es que detrás de un sistema “pijo” al 100% destinado a los amantes de lo exclusivo y la tecnología punta hay una obsesión sincera, ejecutada con audacia, para ofrecer una nueva expresión de ese “Sonido Más Musical” que constituye el “leitmotiv” de Marantz.
Armonizar forma y función en sistemas de audio “lifestyle”: todo un arte
Cuando se utiliza el término “lifestyle” -ya saben: “estilo de vida”- en el contexto de la reproducción musical doméstica suele hacerse referencia a productos que, por encima de todo, deben encajar con vistosidad en el espacio que los va a albergar; en definitiva, como si de un elemento decorativo más se tratara. Esto significa que, pese a lo elegantes que son en términos de diseño industrial y lo muy bien fabricadas y terminadas que están, las cajas acústicas de más alto nivel de marcas como Bowers & Wilkins, Magico o Kharma, por mencionar tres nombres icónicos en audio de altos vuelos, no encajan con la definición de “lifestyle”. Sí son exponentes, y además brillantes, de la idea de forma al servicio de la función que constituye la clave de la excelencia en audio, pero no componentes “lifestyle” en la acepción popular del término. ¿Y cuáles sí lo son? Pues las diferentes ediciones del Bowers &Wilkins Zeppelin, el Naim Mu-so y el Devialet Phantom, así como el relativamente nuevo Cambridge Audio Evo One, por citar cuatro propuestas harto significativas en las que, cierto, el diseño lleva la voz cantante pero el sonido no es meramente complementario ya que exhibe la calidad suficiente para ser considerado como “musical” en el sentido, si no High End, sí “Hi-Fi” de la palabra. Establecido el “campo” en el que vamos a “jugar”, la pregunta del millón a la hora de ir más allá es: ¿y qué hay que hacer para lograr el calificativo “High End”?
Sobre el papel, la respuesta a la pregunta anterior es muy fácil: incrementando el presupuesto disponible. Pero, claro, les recuerdo que estamos en la galaxia “lifestyle” y las coordenadas, las “condiciones de contorno” como se dice en matemáticas, en las que nos movemos son distintas de las correspondientes a un componente de audio de alto nivel al uso. “Traducción”: en principio no es plan proponer por más de 10.000 euros un equipo que idealmente debe contribuir, y no monopolizar/distorsionar, la organización de un determinado espacio, ya que en ese caso se puede optar por una solución más convencional y utilizar un espacio menos “visual” que la sala de estar, por ejemplo. En consecuencia, hay que mantener los siguientes parámetros: que el “sistema” se concentre en un único componente, que las dimensiones del mismo no resulten “invasivas” y que la estética continúe prevaleciendo.
Un cóctel cuya perfecta ejecución obliga al ingeniero de diseño a buscar el equilibrio perfecto entre múltiples disciplinas que a menudo presentan limitaciones impuestas por las leyes de la física, por no mencionar algo tan previsible como la presencia de incompatibilidades potencialmente insalvables entre ellas. Hablando en “plata”: si el “glamur visual” -me refiero a la estética pura y dura por cuanto los materiales siempre son “negociables”- debe ganar por goleada, mal asunto, mientras que, si exigimos a toda costa sonido High End, adiós a nuestro flamante producto “lifestyle”. La solución airosa de la ecuación que acabo de plantear sólo puede ser una: el dominio de la tecnología, y si la situación lo requiere, desarrollarla partiendo de cero. Esto es exactamente lo que Marantz ha hecho con el Grand Horizon -también con su hermano pequeño, el más compacto y asequible Horizon- y, sinceramente, el resultado no deja indiferente.
Grand Horizon: un triunfo de la inteligencia apoyado por una experiencia única
“Grand Horizon, el sistema de audio inalámbrico más lujoso del mundo. Fabricado por ingenieros de Marantz junto a los legendarios Maestros en Sonido y respaldado por 70 años de excelencia en su sector. El Grand Horizon, que se siente como en casa en los espacios más amplios, ha sido creado para personas que valoran tanto un diseño atractivo como unas prestaciones poderosas. El Grand Horizon está concebido para los apasionados, para los aficionados que exigen tanto sonido excepcional como elegancia atemporal.” En estos términos presenta Marantz el protagonista de nuestro análisis… todo muy “cool” pero a la vez muy genérico, hasta el punto de que bien se podría aplicar a algunos de sus competidores. Y, sin embargo, la firma “japoestadounidense” tiene razón: no sé si lo de “más lujoso del mundo” le corresponde en el sentido estricto de la expresión, aunque, desde luego, el producto rezuma exclusividad a borbotones. Pero de lo que estoy totalmente convencido es que es “el más musical del mundo.” En las líneas que siguen intentaré explicarles el porqué.
Antes de entrar en materia, me permitiré recordarles que en mi crónica sobre la puesta de largo del Grand Horizon y el Horizon en Barcelona hice especial hincapié en cuatro características fundamentales de ambos modelos: el afinado por un Maestro en Sonido, la relevancia creciente de la conectividad HEOS, la atención extrema prestada a la estética, y, lógicamente, el uso de tecnología de vanguardia a la altura de la reputación de Marantz. En lo que concierne al primer punto, bien está saber que el denominado “sonido Marantz” se elabora utilizando una fusión perfecta de arte y ciencia que es practicada por los Maestros en Sonido, expertos que equilibran y seleccionan los componentes empleados en cada producto por sus cualidades sonoras. Así, fue el actual Maestro en Sonido de Marantz, Yoshinori Ogata, el encargado de afinar meticulosamente -en Japón- tanto el Grand Horizon como el Horizon, un afinado que los usuarios pueden disfrutar mediante el modo Sound Master que figura en ambos modelos. En cuanto a la conectividad HEOS, permite, gracias a HEOS Buil-in, reproducir música por streaming en alta resolución desde servicios online y controlarlos a través de la cada vez más versátil -y potente- HEOS App. En el ámbito visual, un anillo de control completamente táctil formado por un total de 100 LED’s ajusta -vía diferentes tipos de interacción con el usuario- el volumen y permite obtener niveles de brillo variables para complementar la iluminación ambiental de cada hogar, al tiempo que ambos productos -disponibles en tres preciosos acabados: Moon Ray, Midnight Sky y Marantz Champagne- están revestidos con el exclusivo Marantz 360° Seamless EcoFiber, un tejido fabricado a partir de plásticos oceánicos reciclados libre de costuras, lujoso al tacto y que ofrece durabilidad y transparencia acústica.
Mención aparte merece la componente tecnológica, en la que me consta -en cualquier caso, los resultados están a la vista- que Marantz se ha empleado a fondo. Y es que a pesar de lo impresionantes que son las cifras de la potencia de salida suministradas por la firma nipona para nuestro invitado -370 vatios continuos y 860 vatios de pico- lo que realmente le permite marca la diferencia es el conglomerado de refinamientos que hay detrás. Precisamente con la amplificación está relacionada el primero de dichos refinamientos, aunque pocos detalles se dan al respecto salvo que utiliza una topología llamada Marantz Rise, funciona en Clase D -el espacio manda- y está basada en dispositivos FET de GaN, caracterizados por su alta velocidad de respuesta -al poder manejar tensiones elevadas- y su elevada eficiencia. El segundo refinamiento técnico relevante del Grand Horizon es sin ninguna a duda el woofer frontal Marantz Gravity, un componente electroacústico verdaderamente sofisticado que es el responsable último, en combinación con tres tweeters y cuatro altavoces de medios de amplia banda pasante -también Marantz Gravity- de la increíblemente amplia -virtualmente perfecta en términos subjetivos, se lo aseguro- curva de respuesta en frecuencia. Por cierto: la palabra “Gravity” viene a cuenta del enorme empuje que proporciona a los transductores mencionados el potentísimo motor magnético con imán de neodimio que incorporan. Pero esta configuración sería, por así decirlo, “tonta” si no estuviese acompañada por dos soluciones de ingeniería igual de refinadas: la calculada disposición de los mismos en el perímetro exterior -ver fotografía- de nuestro invitado, rodeando el woofer mencionado, y la “inteligencia” que los controla, en este caso un algoritmo creado por Marantz que responde al nombre Mirage y es debidamente correspondido en la HEOS App mediante la funcionalidad MyMirage. En el ámbito práctico, no viene de más recordar la existencia de una conectividad “clásica” y unas opciones de control -sistemas de domótica incluidos- y descodificación digital -con Dolby Atmos y Dolby TrueHD entre ellas- muy generosas.
La hora de verdad: el sistema “lifestyle” más musical
El Grand Horizon, que, detalle importante, se presenta con un embalaje a la altura de sus pretensiones, tiene una presencia que no pasa desapercibida, aunque se nota de inmediato que el tiempo dedicado a que sea percibido como un objeto de deseo ha dado sus frutos. Al tacto, el Marantz es tremendamente “posh” gracias a la excelsitud de sus acabados, mientras que la base de mármol sobre la que descansa aporta elegancia visual extra y, muy importante, la imprescindible estabilidad mecanoacústica para que la emisión del woofer se dedique en exclusiva a hacer su trabajo. Igual de “posh” es el Marantz AuraControl, un cautivador anillo de control completamente táctil que ajusta el volumen e incluye tres niveles de brillo para complementar la iluminación ambiental gracias a la presencia de sensores de proximidad y detección de iluminación ambiental que permiten al usuario mantener en todo momento el brillo ideal que haya elegido independientemente de cuál sea la ubicación del Grand Horizon en la sala o la hora del día. Sobra decir que el anillo en cuestión puede ser ajustado desde la HEOS app, que también permite configurar y controlar productos Marantz, al tiempo que mantiene la compatibilidad con otros productos HEOS Built-in.
Llegada la hora de la verdad, no puedo sino corroborar lo dicho en líneas anteriores: el Marantz Grand Horizon es un producto digno de su linaje, que, de largo, suena mucho mejor que sus competidores directos, aunque, todo hay que decirlo, también más económicos. Aún así, me gustaría puntualizar que con “mejor” no quiero decir con “más lo que sea” en el ámbito cuantitativo sino más musical, con una calidez inusual -por la pura lógica de su estructura física- en los componentes “lifestyle”. El Marantz suena muy cálido a cualquier nivel de volumen, y los graves abruman por su contundencia sin que ello comporte mermas en definición ni precisión tonal, al tiempo que las potenciales diferencias debidas a la acústica de la sala y/o a la ubicación del aparato en la misma se resuelven con autoridad vía funcionalidad MyMirage desde la HEOS App. La componente espacial es, por la misma regla de tres, magnífica, destacando por su prácticamente total carencia de efectismos artificiosos y por la prioridad que da en todo momento a la naturalidad. Ya saben: “El Sonido Más Musical”.
En síntesis
Siento haberme extendido tanto en mis consideraciones/apreciaciones, pero el Grand Horizon bien vale tanta atención porque los 6.000 euros del pertinente “peaje” -que se reduce a 3.800 euros si se opta por el más compacto y formalmente simple Horizon- no quitan que, además de un bombón, sea el sistema de su clase más musical del momento.
Ficha Técnica
- Configuración: sistema de audio inalámbrico con conectividad a redes
- Detalles tecnológicos relevantes: interfaz de usuario con anillo de control táctil Marantz AuraControl; transductores de nueva generación Marantz Gravity; esquema de amplificación Marantz Rise; algoritmo de procesado digital de señal (DSP) Marantz Mirage; revestido en material reciclado Marantz Radiance 360º Seamless EcoFiber; conectividad a redes vía HEOS Build-in con gestión por HEOS App; compatible con sonido envolvente multidimensional Dolby Atmos y sonido envolvente multicanal Dolby TrueHD; diseñado en EE.UU.; fabricado y afinado -por Maestros del Sonido- en Japón.
- Potencia de salida total: 370 vatios continuos y 860 vatios de pico.
- Respuesta en frecuencia: 28-20.000 Hz, +/- 3 dB.
- Nivel de presión sonora máximo: 111 dB a 1 m.
- Dotación de altavoces: 3 tweeters de 25 mm, 4 altavoces de amplia banda pasante de 76 mm y 1 woofer de 203 mm.
- Codificación digital máxima soportada: PCM hasta 24 bits/192 kHz (7.1 canales) y DSD hasta DSD128.
- Archivos digitales compatibles: WMA, AAC, MP3, WAV, ALAC, FLAC y DSD.
- Conectividad inalámbrica: Wi-Fi de doble banda y Bluetooth 5.4.
- Conectividad de audio: entradas analógica estereofónica con RCA (1), digital óptica TosLink (1), USB-C (1) y HDMI con eARC (1).
- Acabados disponibles: Moon Ray, Midnight Sky y Marantz Champagne.
- Dimensiones: 493×529’2×442 mm (An x Al x P).
- Peso: 21’30 kg.
- Precio de venta al público recomendado: 6.000 euros.
- Importador: www.marantz.com/es-es