Amplificador integrado estereofónico MODEL 10 y reproductor de Super Audio Compact Disc SACD 10 de Marantz: dos referencias como la copa de un pino
Continuación lógica del artículo –https://hifilivemagazine.com/presentacion-serie-10-de-marantz/– sobre la presentación en sociedad de la nueva gama de referencia de Marantz, la Serie 10, que publicamos a finales del pasado mes de febrero, el banco de pruebas que protagoniza estas líneas está dedicado a dos de los modelos que la constituyen: el amplificador integrado y el reproductor digital, alias MODEL 10 y SACD 10 respectivamente. Dos máquinas sensacionales que mejoran de manera sensible sus respectivos -y logradísimos… tanto que podrían permanecer tranquilamente en el mercado 5 ó 10 años más- predecesores, el PM-10 y el SA-10, y además en todos los aspectos, empezando por un diseño sublime que armoniza a la perfección opulencia, vanguardismo y atemporalidad. En lo técnico, ambos productos beben de no pocas de las innovaciones, algunas de las cuales han sido debidamente puestas al día, que convirtieron a la Serie 10 primigenia -lanzada al mercado a finales de 2016- en una referencia incontestable, incluso disruptiva en algunos aspectos concretos, como no podía ser de otro modo en una propuesta pensada para sustituir a la legendaria Serie Reference de la compañía fundada por el reverenciado Saul B. Marantz en 1953. Por lo demás, me permito insistir en el hecho de que los protagonistas del presente análisis, así como del tercer modelo que los acompaña, el preamplificador con reproductor de música en red incorporado LINK 10n, están íntegramente diseñados, desarrollados y construidos en Japón y que el ajuste final de su “personalidad” sonora lleva la rúbrica de Oshinori Ogata, actual “Sound Master”, léase “Maestro en Sonido”, de la marca.
Un compendio monumental de excelencia a través de la pasión por los detalles
Los Serie 10 que preceden a los protagonistas del presente análisis fueron rompedores en varios aspectos, algo que resulta especialmente llamativo en una galaxia, la del High End “Made in Japan”, conservadora por naturaleza. En efecto, el amplificador PM-10 estaba equipado con una sección de amplificación de potencia a conmutación, léase en Clase D, lo que constituía toda una revolución en un producto de referencia firmado por Marantz. Más audaz todavía era el reproductor digital que lo acompañaba, el SA-10, por cuanto en su sección digital se omitieron expresamente los “chips” de conversión D/A para sustituirlos por un ambicioso y sofisticado esquema de procesado puesto a punto por la firma nipona a fin de no tener que recurrir a componentes fabricados por terceros en un a circuitería tan crítica en términos de sonido. Todo ello sin olvidar el uso masivo de componentes discretos -algunos de ellos 100% Marantz o hechos a medida para la marca- seleccionados por su musicalidad y una mecánica de transporte de altísima precisión expresamente desarrollada para aplicaciones de audio, con el grado de elaboración extra -y el coste- que tal apuesta comporta. La guinda la ponían una construcción mecánica que rozaba la perfección, una estética capaz de seducir incluso a los amantes del lujo en tecnología y un precio que, a la vista de lo que era moneda común en el High End más exclusivo hace ocho años y no digamos ya ahora, dotaba a los Marantz de una relación calidad/precio increíblemente -lo corroboro- competitiva.
Lo que acabo de decir me permite recordar el consejo que me pidió un muy buen amigo hace relativamente poco, relacionado con la posible compra de un SA-10 aprovechando la comercialización efectiva del SACD 10. Sinceramente, no me corté ni un pelo. Igual exageré, pero lo dudo, porque ya se sabe que en el ámbito digital los cambios en musicalidad, pese a, lógicamente, existir, no son tan drásticos como en el analógico. En fin, que, en esencia, mí respuesta fue la siguiente: “Si no fuera por el reloj de sincronismo externo que añadí en su momento, dudo que mi “superfuente” digital de Esoteric suene mejor que el SA-10.” En cuanto al PM-10, no me impactó tanto pese a la potencia de las innovaciones que incluía, pero no me cabe la más mínima duda de que es un producto al que todavía le podría quedar mucho recorrido.
Dicho lo anterior, ¿qué justifica el desarrollo de una familia de productos que pueda superar limpiamente a unos ancestros tan distinguidos? En primer lugar, el tiempo transcurrido, porque, como se dice coloquialmente, Marantz tiene una reputación que mantener… en este sentido, que el lema de la compañía sea “El Sonido Más Musical” dice mucho al respecto porque le impide dormirse en los laureles. En segundo lugar, porque la tecnología avanza y es bien sabido que uno de los factores que hacen del audio High End un sector con su punto “mágico” es precisamente la ausencia de límites cuando de buscar la perfección, en este caso la fiel reproducción de la música grababa, se trata. Y en tercer lugar, porque en los últimos años Marantz ha querido, sin renunciar lo más mínimo a su “ethos” fundacional, incrementar su presencia en el apetitoso mercado del lujo tecnológico, una decisión que comporta dedicar recursos importantes a los materiales y acabados “externos” -los “internos” no se tocan- en el contexto de un diseño industrial que resulte llamativo para un tipo de consumidor exigente con las prestaciones pero que se mueve en unas coordenadas muy diferentes del purista clásico.
Habiendo, pues, definido las condiciones de la ecuación que justifica la creación del MODEL 10 y el SACD 10, y en el bien entendido de que tanto en el artículo al que hacía referencia en la introducción del presente banco de pruebas como en las fichas técnicas que figuran al final de estas líneas se enumeran los aspectos clave de nuestros invitados, me tomaré la libertad de concentrarme en lo que considero verdaderamente relevante. Empezaré por una característica que comparten los dos Marantz: su formidable calidad de fabricación mecánica, en la que se combina un chasis multinivel compartimentado de construcción enteramente metálica -en cobre de alta pureza, lo que por otro lado es todo un clásico en la marca japonesa- con un panel frontal verdaderamente opulento cuya placa de mayores dimensiones está hecha en aluminio de nada menos que 45 mm de grosor. A ello se suma una estética preciosa en grado sumo que convierte a los Serie 10 en hiperdeseables, con el MODEL 10 “sexy” a más no poder gracias a la rejilla que cubre su panel superior dejando entrever -con una muy bien pensada iluminación que lo realza todo- a la vez el imponente transformador toroidal blindado de la fuente de alimentación de su circuitería de preamplificación. A efectos prácticos, los 33 -casi 34 en el caso del ampli- kilos de peso de estas dos exquisitas electrónicas contribuyen eficazmente, junto a la solidez y organización de su estructura física, al control de posibles vibraciones y resonancias -tanto de origen externo como interno- susceptibles de afectar al sonido. Expresado con otras palabras, tanto el MODEL 10 como el SACD 10 están construidos para comportarse como una plataforma totalmente neutra -y silenciosa- desde el punto de vista mecano-acústico.
Otro aspecto que dice mucho sobre el trabajo que hay detrás de nuestros invitados es el hecho de que, como adelantaba en mi artículo de presentación de la Serie 10, más del 85% de los componentes empleados en los mismos no sólo son nuevos sino también exclusivos de la gama en cuestión. Concentrándonos en el MODEL 10, en mi opinión su innovación más significativa es el avanzado esquema de amplificación a conmutación -Clase D- que incluye, por cuanto es una variante del reputado PURIFI EIGENTAKT modificada por los ingenieros de Marantz que permite aunar muy bajo ruido, alta velocidad de respuesta, gran eficiencia, fiabilidad extrema y “musicalidad Marantz” en el contexto de una potencia de salida que es la más alta jamás entregada por un amplificador integrado en toda la historia de la compañía. En paralelo, el uso de una topología circuital enteramente -y por lo tanto con su propia fuente de alimentación- doble monofónica y balanceada -todo ello está situado en la “planta baja”- contribuye a maximizar nivel de silencio y facilitar de este modo los matices que constituyen la razón de ser de la “Hi-Res”. En cuanto a la sección de preamplificación, situada en la “planta superior”, es una lección magistral de electrónica analógica en su vertiente más purista aplicada al tratamiento de señales de audio, destacando en especial la ejecución -con la presencia estelar de módulos HDAM y HDAM-SA3- de la etapa de fono
Pasando al SACD 10 lo primero que hay que decir es que utiliza el mismo bloque de transporte que su antecesor, lo cual tiene su lógica al tratarse de un componente muy depurado. Situado en la “planta baja” con el objeto de optimizar su centro de gravedad y por lo tanto la estabilidad de rotación del disco, dicho bloque es flanqueado por las fuentes de alimentación correspondientes a las secciones digital y analógica, la primera conmutada y la segunda lineal, aunque ambas equipadas con transformadores toroidales bellamente -y eficazmente, vía receptáculos de cobre de alta pureza- encapsulados. Al igual que en el SA-10, la “madre del cordero” de esta formidable fuente digital “tradicional” son los exclusivos esquemas que conforman su sección de tratamiento de señales en el dominio “numérico”, como dicen los franceses. Englobados bajo las siglas MMM, alias “Marantz Musical Mastering”, dichos esquemas fueron creados con el objetivo de sacar el máximo provecho de la música almacenada en forma digital sin introducir artefactos -parásitos- que requieran procesado extra después de la conversión.
En la práctica, lo que tenemos son dos etapas bautizadas con los nombres MMM-Conversion y MMM-Stream, que parten de la experiencia acumulada por Marantz desde los primeros días del CD y la pone al servicio tanto del SACD como del formato de codificación que hay detrás, el DSD. En esencia, lo que se hace aquí es que en vez de reducir la frecuencia de muestreo y la cuantificación de archivos de muy alta resolución para que se adapten a las posibilidades de un convertidor D/A convencional, se convierte todo a DSD256 mediante el MMM-Conversion, ahora en una versión de nueva factura, que utiliza dos relojes de sincronismo maestros dedicados para asegurar que todas las señales digitales sean, como acabamos de decir, convertidas directamente a DSD256 –cuya resolución equivale, recordémoslo, a 4 veces la del estándar SACD- sin ninguna necesidad de manipular la frecuencia de muestreo, disponiéndose a la vez de 4 ajustes de filtrado para que podamos adaptar el sonido a nuestras preferencias. Por otro lado, el MMM Stream se encarga de preparar la citada señal DSD256 para que pueda ser enviada a un amplificador por vía analógica. Basado en tecnología que se remonta a los primeros días de la conversión Bitstream, esto permite llevar a cabo un proceso de conversión al dominio analógico extremadamente simple. Y es que la señal de salida del proceso MMM-Conversion es, en efecto, analógica, concretamente un tren de pulsos individuales de muy alta frecuencia: con todo el trabajo en el ámbito digital ya realizado, lo único que este tren –“stream”- de pulsos necesita es un filtro paso bajo de muy alta calidad para suministrar la señal analógica de salida más pura posible. Como dicen los anglosajones, “Smart is Simple”, en el bien entendido de que la simplicidad nace de la elegancia de la verdadera inteligencia.
Un sonido preciso, contundente, rico y natural hasta el tuétano
Escuché los dos Marantz 10 en la sala de audición del cuartel general del importador de la marca, situado en pleno centro de Barcelona, acompañados por una pareja de cajas acústicas cuya elección habla alto y claro sobre lo ambicioso que es el diseño de la sección de amplificación de potencia del MODEL 10: las excelsas 801 D4 de la británica Bowers & Wilkins, un auténtico mito del audio de todos los tiempos. En lo que respecta a los contenidos musicales utilizados, fueron seleccionados por Andrés Márquez, Responsable de Producto de Marantz para España y Portugal… una selección muy “suya”, ecléctica, atrevida, y, como siempre, tremendamente efectiva a la hora de sacar las luces y las sombras del material evaluado. Ahí la tienen: Liberty – Anette Askvik, Everybody’s Gotta Learn Sometime – Beck, Black Shoes – Felix Laband, A case of you – Diana Krall, Wheels – Fink, You look good to me – Oscar Peterson, Seeya – deadmau5 featuring Coleen D’Agostino, y, para finalizar, las Sonatas para Piano K 281 y K 283 de Mozart interpretadas por Ivo Pogorelich.
Marantz afirma del MODEL 10 y el SACD 10 que combinan, según proceda, “distorsión más baja”, “ancho de banda mayor”, “más potencia y más corriente”, “ruido de fondo más bajo”, “respuesta en frecuencia más plana”. “menos diafonía”, ”linealidad superior”, “resolución más alta” y “mayor nivel de detalle”. Pues bien: totalmente de acuerdo porque los dos productos evaluados exhiben un grado de cohesion tal que parecen uno solo. Diré en primer lugar que la precision tonal me parece divina en lo armónico y en lo espacial, con una estructuración de la escena sonora incisiva, quirúrgica, en anchura, altura y profundidad… holográfica de verdad, para entendernos.
Fantástica es asimismo la pegada en la zona baja y a niveles de volumen propios de un concierto en vivo, sin duda una genuina demostración de poderío del MODEL 10 al demostrar su capacidad para domar unas cajas acústicas que siempre han destacado por su exigencia -menos ahora que en generaciones anteriores, dicho sea de paso- en términos de electrónicas asociadas. Esta vitalidad es mágicamente acompañada por un ruido de fondo apenas perceptible que multiplica, al igual que un trazo de color en un lienzo blanco, los matices del piano de Ivo Pogorelich, desde los acordes más delicados al “aire” que hay entre nota y nota y el que rodea al propio instrumento. Incluso en los “cortes” más “cañeros”, la humanidad le gana la partida al empaque visual de la presentación sonora, haciendo que la escucha sea confortable en todo momento.
Dos máquinas fantásticas
Cierto que se lo hacen pagar, aunque menos que realizaciones con aspiraciones similares y resultados -objetivos y subjetivos- inferiores propuestas por otras marcas. El MODEL 10 y el SACD 10 son dos electrónicas pensadas y construidas para durar toda una vida que además se complementarán a la perfección con la inmensa mayoría de sistemas de altavoces existentes en el mercado mundial. Además, estamos ante dos auténticas preciosidades de incuestionable atractivo de las que, no me cabe la menor duda, Saul B. Marantz se habría sentido particularmente orgulloso.
Ficha Técnica
MODEL 10
- Configuración: amplificador integrado estereofónico
- Detalles tecnológicos relevantes: topología circuital 100% doble monofónica, analógica y balanceada; sección de preamplificación con fuente de alimentación lineal; etapa de salida en Clase D con fuente de alimentación conmutada puesta a punto por Marantz; ejecutado con componentes de grado audiófilo y hechos a medida; sección de fono Marantz Musical Premium Phono EQ; control de volumen con ganancia variable; amplificador de auriculares dedicado; construcción del chasis en dos niveles para aislar los circuitos de preamplificación de los de amplificación de potencia; placas de circuito impreso multicapa de última generación; íntegramente diseñado, desarrollado y fabricado en Japón
- Potencia de salida: 2×250 W RMS sobre 8 ohmios o 2×500 W RMS sobre 8 ohmios
- Respuesta en frecuencia: 20-20.000 Hz, +0 dB/-0’3 dB para las entradas de Línea y 20-20.000 Hz, +/-0’5 dB para la entrada de Fono (MM y MC)
- Relación señal/ruido: 106 dB en Línea Balanceada, 88 dB en Fono MM y 76 dB en Fono MC
- Factor de amortiguamiento: 500 a 8 ohmios
- Sensibilidad/Impedancia de entrada: 350 mV/47 kohmios en Línea, 400 uV/33 ohmios en Fono MC Low, 400 uV/100 ohmios en Fono MC Mid, 400 uV/390 ohmios en Fono MC High y 3’6 mV/39 kohmios en Fono MM
- Potencia de salida del amplificador de auriculares dedicado: 130 mW sobre 32 ohmios
- Conectividad de audio: entradas y salidas analógicas de línea balanceadas y no balanceadas; entrada de fono compatible con cápsulas de imán móvil (MM) y bobina móvil; dos juegos de terminales de conexión a cajas acústicas
- Dimensiones: 440x192x473 mm (An x Al x P)
- Peso: 33’7 kg
- Precio de venta al público recomendado: 14.500 euros
SACD 10
- Configuración: reproductor de SACD/CD con funcionalidad DAC incorporada
- Detalles tecnológicos relevantes: bloque de transporte SACDM-3 exclusivo de Marantz; fuentes de alimentación separadas para los circuitos digitales y analógicos; esquemas de conversión D/A MMM-Conversion de nueva generación y de filtrado MMM-Stream exclusivos de Marantz; ejecutado con componentes de grado audiófilo y hechos a medida; entrada USB asíncrona completamente aislada; amplificador de auriculares dedicado; construcción del chasis en dos niveles; placas de circuito impreso multicapa de última generación; íntegramente diseñado, desarrollado y fabricado en Japón
- Compatibilidad digital: máxima de 32 bits/384 kHz en PCM y DSD256 en DSD (vía USB)
- Respuesta en frecuencia: 2-50.000 Hz (corte a -3 dB) en SACD y 20-20.000 Hz (+/-1 dB) en CD
- Relación señal/ruido: 118 dB en SACD y 116 dB en CD
- Gama dinámica: 112 dB en SACD y 98 dB en CD
- Potencia de salida del amplificador de auriculares dedicado: 130 mW sobre 32 ohmios
- Conectividad de audio: salidas analógicas balanceadas y no balanceadas; entradas digitales coaxial (1), óptica TosLink (2) y USB; salidas digitales coaxial (1) y óptica TosLink (1)
- Dimensiones: 440x192x442 mm (An x Al x P)
- Peso: 33 kg
- Precio de venta al público recomendado: 11.000 euros
Importador: www.marantz.com/es-es