Tras esta experiencia, ¿cómo surgió la idea de emprender este nuevo proyecto de Oliva Audio?
Hay una frase de Robert de Niro, conductor de autobús en la película «Una historia del bronx», a su hijo, que me quedó grabada: «No hay nada peor que el talento desaprovechado». Si no estoy haciendo altavoces esta frase me persigue y me corroe.
Simple y llanamente, hacer altavoces es algo natural para mí. Se dieron las circunstancias que lo permitieron, tenía experiencia acumulada, y no lo dudé.
¿Qué puede aportar su compañía al sector de la alta fidelidad?
Creo que si miras nuestras cajas rápidamente te das cuenta que no somos una marca al uso. Todo es original Oliva audiO, desde el diseño del recinto, al uso de los materiales, el proceso industrial y la relación con los clientes. ¿Qué aportamos? Autenticidad e innovación.
El mercado parece formar parte de una franquicia, diseñada por directivos formados en la misma escuela de negocios. Oliva audiO es la panadería pequeña, original y próxima de toda la vida, la que trabaja toda la noche para tener el pan recién horneado por la mañana.
Buscamos proporcionar la mejor experiencia en dar soporte al arte de la música. Calidad como concepto global. Conseguir esta calidad a través de: técnica, investigación y proximidad. Esta última es esencial. Proximidad con la fabricación y proximidad con el cliente. Tan simple como complejo. Esta calidad que nos guía, está en la parte material y en la intangible: los conceptos y las ideas son también originales y cocinadas a mano.
Innovación. Nuestros planteamientos de diseño van un poco más allá de los parámetros al uso. Entendemos el problema de la radiación acústica no solo en su vertiente mecánica e ingenieril. Lo abarcamos considerando sus múltiples caras. Es además, un problema con un componente subjetivo importante cuyo intento de parametrización ha requerido importantes esfuerzos. Al final no nos importa solo el funcionamiento de nuestro aparato, nos importa también, y especialmente, su relación con el entorno y el usuario.
Oliva audiO hace altavoces y estos son la guinda que tiene que finalizar un proceso que va desde la creación artística hasta la señal que llega a sus conectores. Autenticidad e innovación, esto aportamos.
¿Puede intentar explicar, a quien no haya escuchado sus cajas acústicas, cual es su sonido?
Muy sencillo. Si el compositor, los músicos, los ingenieros de sonido, el productor, el mezclador… Si todos ellos “tuvieron el día”, Oliva audiO va a estar allí para contártelo. Quizá, una de las características que más me gusta destacar es la capacidad que tienen las cajas por convertir un salón domestico, un espacio que a priori es muy diferente al escenario original, en ese espacio-tiempo que no le pertenece. Conseguir una atmósfera de autenticidad. Ese es su sonido.
Parece ser que su único modelo ARB1, goza de soluciones tecnológicas originales y avanzadas. ¿Puede desvelarnos algo acerca de esto?
Va a dejar de ser el único en breve. Efectivamente. Esto es parte de aquello que me preguntabas. Que aportamos. Nuestro objetivo de producto y características estaba muy claro, pero las soluciones estandarizadas en el mercado no nos servían. Sobre todo hemos puesto mucho énfasis en la geometría. Hasta el momento se ha evolucionado mucho en controlar el medio, un fluido compresible, y todas sus consecuencias mecánicas. Esta ha sido muy importante durante la historia de la reproducción sonora pero creo que está claro, a día de hoy, y siempre que nos mantengamos en el régimen laminar, qué es lo que funciona y lo que no en este campo. Si uno se fija, se da cuenta que los diseñadores de altavoces hablan de mecánica y electrónica, y los ingenieros acústicos hablan de ondas, reflexiones, difusión, reverberación, modos propios y psicoacústica. Mi visión siempre ha sido más renacentista. Hay que enfocar el problema de una forma global.
Usamos el sistema de transmision line, para mí la mejor forma de controlar el frente de onda trasero. Es curioso pero la mayoría de TL que actualmente se fabrican no tienen prácticamente nada de TL. Una línea de transmisión ha de mantener un frente de onda perpendicular a la dirección del desplazamiento y constante y eso no ocurre en los diseños actuales. Mi intención era mejorar ese aspecto del diseño. Siempre tengo en mente la relación del altavoz con la sala doméstica donde va a funcionar, por esto la geometría es tan importante cuando diseño.
Primero me planteo que problemas quiero resolver y luego voy para atrás entrando en cada ámbito particular del diseño. Por ejemplo una vez tengo claro el recinto, el funcionamiento individual de cada driver, y su funcionamiento integrado físicamente en el altavoz, ya tengo la mayoría de preguntas que tiene que resolver mi filtro. Desarrollo el filtro y con el resultado volvemos a plantearnos las preguntas iniciales. Una vez el filtro ha hecho su trabajo puede que el alineamiento electrónico haya movido el alineamiento físico y por lo tanto recolocaremos los drivers para conseguir un alineado completo del sistema.
Se puede ver que la posición de los drivers y la forma del frontal es poco convencional. Esta es el resultado de buscar la mejor respuesta en frecuencia directa y reflejada, la mejor respuesta polar y temporal y todo con la electrónica más sencilla posible.
A lo mejor da la sensación que doy por sentado partes tan importantes como la mecánica. Nada más lejos de nuestra intención. Nos tomamos muy en serio la forma en que la energía mecánica y electromagnética se «almacena» en el sistema y realizamos nuestros diseños para que esta sea mínima y disipada de forma que afecte mínimamente al resultado final. Todo es importante para que cada transitorio, cada pedacito de información se reproduzca con alta fidelidad.
Puede parecer que todo es un proceso muy técnico y «medible» y a pesar de todo ello, cada paso acaba siempre pasando por un juez, el humano, a poder ser varios humanos con experiencia. El mejor instrumento para medir de forma rápida el resultado global, la suma de la gran cantidad de factores que se reúnen en un altavoz es nuestro propio oído.