Hace unos días tuve la oportunidad de poder escuchar y probar el recién aparecido previo de fono firmado por Monk-Audio.
Lo cierto es que como amante incondicional del llamado “sonido analógico” con todos sus defectos y virtudes no pude dejar escapar esta ocasión para disfrutar de la primera creación de la firma germana que llega a nuestro país. Sin embargo pronto llegarán dos nuevos modelos (a válvulas) de este fabricante dispuestos a ocupar los primeros puestos dentro de la gama en que se engloban. En concreto el pequeño “le petit” que será el punto de partida en su catálogo y otro que estará por encima del phono-preamplifier que analizamos en este artículo.
Perfeccionismo alemán al servicio de los vinilos
Según reza en su web “Es un producto hecho por y para los entusiastas de la música”, con un proceso de fabricación completamente artesanal. Los componentes electrónicos y transformadores de MC internos son de muy alta calidad, y han sido personalmente seleccionados a oído, mediante sesiones de escucha por su propio diseñador Michael Bentrup. De hecho esta “selección” tiene una importancia crucial, sobretodo en los previos de fono encargados de tratar las señales tan sensibles y delicadas (o delicadísimas en el caso de los modelos MC de baja salida) como son las procedentes de las cápsulas fonocaptoras. No olvidemos que los previos de fono toman la débil señal procedente del giradiscos y la elevan hasta igualarla con el nivel de otras fuentes. Además de proceder a la ecualización RIAA (Radio Industries Association of America), que no es otra cosa que un realce de la zona baja y una atenuación de la zona alta para compensar respectivamente, tanto la carencia de graves, como el exceso de agudos aplicados durante el proceso de masterización de los discos de vinilo, restaurándose así una respuesta en frecuencia plana.
El Monk-Audio que nos ocupa en esta ocasión es un aparato destinado a ofrecer a los amantes del vinilo un preamplicador de fono de muy alto nivel por un precio sorprendentemente razonable, sobretodo si tenemos en cuenta el abanico de prestaciones y multitud de ajustes que ofrece al usuario.
Con unas dimensiones compactas 220 x 80 x 310mm y 3 kg de peso, dispone de la fuente de alimentación externa, lo que permite evitar las posibles interferencias derivadas de campos magnéticos indeseables. Su diseño es de lo más atractivo presentando un cuerpo de metal sólido rematado con un frontal de metacrilato (que nos obligará a manipularlo con mucha precaución para evitar dejar nuestras huellas marcadas sobre dicho material) y la presencia de diferentes controles (7 en total) que nos permiten un sinfín de ajustes. Así pues podemos elegir entre tres entradas diferentes, MM o MC, ajustar la ganancia (Normal o High que incrementa en 10 dB), Impedancia, Capacitancia, Mono / Stereo y por último el selector que nos permite elegir entre 5 curvas de preecualización que facilitan la reproducción de los principales sellos discográficos. A su vez los terminales RCA ubicados en su parte posterior son de gran calidad y chapados en oro, con el fin de asegurar una perfecta interconexión con el resto del sistema. En la parte trasera es donde se ubica el interruptor encargado de la puesta en marcha y desconexion del aparato.
El sonido
Siguiendo las precisas instrucciones del importador procedí a instalar el aparato lejos de cualquier motor o fuente alimentación que pudiera afectar su rendimiento dejándolo encendido varios días para que fuera tomando la temperatura ideal antes de proceder a su evaluación.
Así pues conecté el previo a un conjunto formado por un giradiscos Kuzma XL2 con un brazo Airline de la misma marca cableado con Nordost. La cápsula utilizada pertenecía al catálogo del vetarano fabricante alemán Clearaudio, en concreto el modelo Goldfinger V2 . El otro plato fue un Garrad 301 con un brazo SME 3009 y una cápsula Shure V15 Type III.
En primer lugar resaltar la impecable limpieza con que restituye los matices más sutiles grabados en los surcos de los vinilos. El nivel de detalle que exhibe nuestro pequeño invitado en la zona media y alta es propio de electrónicas mucho más caras, como pude comprobar en la fantástica grabación the Musical Offering BWV 1079 en versión de la Musica Antiqua Köln, con instrumentos originales perteneciente al sello Archiv. El clave es reproducido con una riqueza de matices, libres de cualquier arista, que inunda la sala de escucha a la vez que envuelve al resto de instrumentos. La presentación de la escena es correcta. Hacer también hincapié en la separación entre los diferentes instrumentos que sin llegar a la amplitud y profundidad con que me obsequia mi querido Nagra VPS + VFS (aunque para ser justos habría que matizar que el Monk cuesta la cuarta parte que el conjunto helvético), nos presenta una imagen con tal nitidez, que nos permite poder seguir sin dificultad a cada uno de los diferentes interpretes que conforman la orquesta de cuerdas, interpretando el divertido “pizzicato” de la Sinfonía Simple para orquesta de cuerdas de Benjamín Britten en la versión dirigida por el propio compositor y la English Chamber Orchestra (Decca). La sensación de presencia de los músicos en la sala, alcanza unos altos niveles de veracidad, reproduciendo esa sensación de aire y atmósfera que sólo los buenos sistemas/conjuntos analógicos a los que tanto defiendo son capaces de transmitir.
El tema referente a la dinámica también lo pasa con nota alta, al reproducir la música desde las más sutiles gradaciones de nivel sonoro, hasta los ataques más endiablados, como queda patente con el tema “Cool” Fugue perteneciente a la obra del compositor y director Leonard Bernstein en la grabación West Side Story : Symphonic Dances interpretada por Los Angeles Philarmonic Orchestra y dirigida por él mismo para la Deutsche Grammophon. Este mismo disco nos permite descubrir la neutralidad y el respeto por los timbres de las diferentes secciones orquestales, desde las cuerdas más sedosas, pasando por la percusión y llegando hasta los metales, donde podemos apreciar el sonido tan abierto característico de las orquestas norteamericanas. Quizás en la reproducción de las grandes formaciones orquestales, es donde se puede echar en falta un poco más de extremo grave que transmitiera una escena de mayor profundidad y peso.
Con la cápsula Shure V15 Type III tiene un plus de definición y transparencia debido al ajuste más exacto de capacitancia e impedancia que nos permite, de este modo, poder exprimir al 100% las prestaciones de la misma, como demostró la audición del fantástico El Mesías de Händel en versión de Hogwood y la AAM para el sello L´oiseau Lyre. Las voces presentan una paleta de texturas libres de toda artificiosidad, junto a unos medios carnosos que harán las delicias del oyente.
Puestos a buscarles defectos, podría traer ajustes para cargar y personalizar las siempre complicadas y delicadas cápsulas MC, así como unas instrucciones más completas y mejor presentadas.
Conclusión
El Monk es un magnífico previo de fono, “excelente” si tenemos en cuenta lo que ofrece por el nivel de precio al que se comercializa. Gracias a la presencia de sus 3 entradas es el complemento ideal para aquellos amantes de la música que posean varios giradiscos o uno con varios brazos, así como para quien posea una importante colección de discos anteriores a la estandarización de la RIAA así como una buena colección de discos monofónicos.