Desde hace ya bastantes años la serie Moon de Simaudio es uno de los valores seguros en la configuración de equipos estereofónicos de gama alta o de referencia que combinan de forma equilibrada cualidades sonoras convincentes – en sintonía con el pedigrí audiófilo de la firma canadiense – construcción y precio contenido.
Sucesor del legendario Moon i-7, aclamado por la prensa por su irreprochable calidad tanto constructiva como a nivel de sonido ha sido galardonado por la prensa internacional con multitud de premios. Amplificador integrado que abre su andadura con la idea de aunar a las características de su predecesor una serie de innovaciones y refinamientos que en teoría le confiere una mayor inmunidad a las resonancias, a la vez que lo dotan de más control y musicalidad.
Construcción
Con un diseño en clase A/AB completamente balanceado y dual doble monofónico, nos encontramos con un aparato capaz de entregar 125 watios a 8 ohmios y doblar a 4 ohmios. En la sección de salida se utiliza un tipo muy especial de transistor bipolar que combina elevada capacidad de entrega y corriente, gran ancho de banda y una gran eficiencia. Conjunto que según nos cuenta el fabricante es capaz de manejar cajas difíciles con una transparencia y neutralidad sin precedentes, más tarde les contaré si los datos una vez constatados marcaron esa cualidad de la cual alardeaba la marca.
En el punto de conectividad nos encontramos con un total de 4 entradas RCA, 1 balanceada y conjunto de conectores WBT para conexionar la cajas.
El mando resulta igualmente consistente y de líneas estilizadas, de estructura en aluminio presenta un tacto agradable. Resulta difícil perderse en su uso, pues simplifica perfectamente tanto el cambio de fuente como las operaciones de mute y modificación del volumen. Estoy cansado de encontrarme con mandos plasticosos y enrevesados en su uso, y eso que únicamente hablamos de las cuatro operaciones básicas que el 90% de los audiófilos utilizamos.
En principio, el primer impacto al recibir y desempaquetar este “Tanque” fue la de cuestionar su capacidad en el manejo de cajas complicadas. No acaparaba dudas sobre duda su gran calidad en el manejo de la señal – en absoluto-, únicamente me cuestionaba sin en su tamaño sería posible carearse con etapas que la doblaran en tamaño y precio. Llegados al punto de sacarlo de la caja la diferencia de peso no se hizo tan evidente, se me antojó un aparato precioso, compacto y pesado.
Con un frontal protagonizado por un amplio display, una singular botonera y un fastuoso potenciómetro, mi interés inicial se centró en observar de forma cuidadosa la manera y forma de arrancar. Una vez realizado el conexionado con las Watt&Puppy 7 mediante cables Vandelhull The Revelation procedí a pulsar el botón de arranque situado en la parte trasera, para a continuación pulsar el botón de inicio/standby en la parte frontal. El resultado no se hizo de esperar, apenas un par de segundos de espera y voalá, dígitos gigantes en color rojo que marcaban el nivel de volumen a 0. Pegamos oreja a cada tuiter del altavoz y efectivamente, no existe ruido alguno ante el silencio de la sala. Esto que parece una chorrada es algo francamente importante para los que gustamos de escuchas nocturnas a volumen bajito.
Escucha
Con una fuente de lujo – el sensacional Arcam FMJ CD36 de Arcam- junto a “Silver Ponny” de Cassandra Wilson y “Mythologies” de Patricia Barber, la bestia se puso en marcha con apenas un cuarto de volumen. Las primeras impresiones no fueron emotivas, más bien fueron simplemente correctas, es mas, la única sorpresa que tuve fue la del control de la “Bestia” sobre las cajas, tampoco quiero decir con esto que maneje las Wilson a plenitud, pero si que dentro de un volumen moderado lo hace de forma muy digna. Sin embargo, pasados 30 minutos empezó aquello a cambiar de color, y es que por muy sorprendente que resulte, cuando el 600i comenzó a calentarse aquello vino a dar mucho de si, más bien diría muchísimo.
Lo primero que llama la atención es la escena, el Moon tiene la capacidad de abrirte bastante a lo ancho, no tanto así en profundidad con respecto a los válvulas pero si de una forma muy aceptable.
La dinámica es apabullante, existe además, una sensación de inmediatez en las percusiones, platillos y pianos, que dan coherencia a los timbres, remarcando la escucha en un contexto que podría perfectamente ubicarse en el mismísimo vivo y directo. Las Wilson son una cajas que atacadas correctamente te dan la sensación de una fiel reproducción, y esto es lo que conseguía perfectamente nuestra combinación.
Por hablar de la voz del disco de Cassandra, diremos que era sublime, rica en textura, la misma voz que escuché en persona en “La Mar de Músicas” del 2007. Una voz capaz de emocionarte y agarrarte al sillón para embaucarte tema tras tema, sin percibir en ningún caso que todo fluye de una grabación fría. En cuanto a la de Patricia, voz que recuerdo haber escuchado a menos de 12 mts
Piano, cuerdas, saxo y resto de instrumentos de la grabación se mantienen dentro del contexto de la perfecta ejecución. Insisto en que no se trata de la capacidad de emocionarte como lo hace un valvular – pues añade cero coloraciones -, en este caso el amplificador trata el sonido de forma neutra y transparente, muy neutra, respetando escena, control y timbre. Es un amplificador para conseguir reproducir las grabaciones con alta nota en todos los términos, para escuchar la grabación tal cual se ha efectuado sin aportaciones de ningún tipo y con el control, velocidad y dinámica propios de las etapas más gordas. Otro punto destacable y que comprobé con grabaciones más complejas –cargadas de voces e instrumentos-, es que mantiene el tipo en todo momento sin arrugarse lo más mínimo. Por tanto, corraboro que el fabricante cumple con la descripción ofrecida en su publicidad.
Conclusión
Es muy difícil que logre sacarle defectos a este integrado, si tengo que hacerlo me quedaría con que su carácter no entra dentro del juego de una aportación mínima en la coloración, no hablo en ningún caso de exagerada, se trata de esa pincelada que te hace tragártelo todo sin apenas enterarte del sutil toque que impregna cada instrumento, pero que al fin y al cabo se trata de coloración. Esto ya es una cuestión de gustos de cada cual.
Por tanto, si busca un amplificador que aborta las líneas clásicas de la estética, de tamaño contenido y cuidado. Si busca un encargado de reproducir de forma fiel y neutra, con amplias dosis de dinámica y una espectacular definición del grave, que sea capaz de abrir escena y ubicar de forma precisa todo, respetando los timbres de manera exagerada, esta es su elección.
Moon Evolution 600i 6997 € acabado plata o negro
Moon Evolution 600i 11989 € edición 30th aniversario con acabados oro/rojo Ferrari
Distribuye Sound Pixel Planet www.sound-pixel.com Tel 918259954