La liga mayor
La empresa americana MSB lleva muchos años en el mercado, precisamente en 2016 cumplen tres décadas, y curiosamente centró sus inicios en aparatos asequibles y propuestas bastante originales. Digo “curiosamente” porque lo cierto es que actualmente su mercado es otro, y basta recordar que de su última creación, el DAC Select, tiene un precio con cinco ceros… De hecho nuestro invitado en esta ocasión es el producto más asequible de la marca y, con las opciones que llevaba mi unidad, su precio supera holgadamente los diez mil euros. Y sin embargo todavía recuerdo muy bien aquel DAC de curioso formato –era casi una plataforma para otros aparatos–, el MSB “Link”, para el que fueron apareciendo opciones y evoluciones y que es el germen de los DAC actuales de MSB. También recuerdo los “kits” que comercializaban para poder dotar de salida digital compatible con DTS a lectores LáserDisc y los primeros DVD… qué tiempos aquellos. Sí, yo tuve y todavía está guardado por ahí uno de los primeros DVD del mercado cuya salida digital sólo funcionaba con PCM y DolbyDigital, de cuando “decidieron” que en Europa usaríamos MPEG en lugar de DD… ¡en fin era 1997!
MSB es una pequeña empresa familiar –los Gullman– sita en California, y ahí es donde no sólo diseñan sus circuitos sino que los fabrican y montan en cajas también de fabricación local, vamos un “Made in USA” al cien por cien. De hecho la generación actual, que dirige la empresa, empezó ayudando a su padre soldando algunos de sus primeros productos en el garaje de su casa… una historia muy californiana, con paralelismos con otras locales que se han hecho tan populares como la propia Apple.
Al haberse especializado tanto, y no parar nunca en su búsqueda de la excelencia, es cierto que es un poco complicado entender o seguir su gama de productos. Alguien me decía hace poco que entrar en su web e intentar ver qué DACs tienen y cuáles son las diferencias es poco menos como descifrar un jeroglífico… Vamos a intentarlo simplificando un poco: la base de MSB es que no usan chips industriales de conversión, sino que creen en la conversión tipo R2R realizada en placas propias. El modelo Analog que probamos lleva dos de esas placas o “macro-chips propios” para la decodificación en estéreo. El siguiente en la gama –ahora es el DAC “V” por cinco, hace poco era “IV”– lleva dos por canal en modo doble balanceado y existe en dos variantes según la precisión de los componentes y reloj, el Signature o el más evolucionado Diamond. El último escalón nació como evolución del anterior “Diamond IV” pero ya tiene circuitos y tecnología propia, y un precio de infarto como decíamos al principio: es el Select, que he tenido oportunidad de escuchar y comparar a otras fuentes y… dejémoslo en que es una experiencia que no se me olvidará. Veamos que nos ofrece en el otro extremo de la escala este MSB Analog DAC.
Por dentro
Por una vez se frustró en parte mi necesidad de desmontar los aparatos que pruebo para analizar su construcción, diseño y realizar fotos para disfrute visual de quienes nos leen. El Analog DAC lleva su parte principal prácticamente sellada, para reducir interferencias externas, y es imposible abrirlo sin destruirlo –cosa que obviamente no entraba en mis planes–. Sí pude comprobar la construcción de las alimentaciones o los módulos extraíbles.
El Analog es un aparato de forma diferente, parece a simple vista una plataforma para otros aparatos, como su aquél ya lejano “Link DAC” de los noventa. El formato permite un aparato donde la electrónica se extiende a lo ancho y no a lo alto. La parte de control está a un lado, la sección analógica se queda muy cercana a las conexiones traseras –entradas RCA y salidas RCA y XLR–, y la sección de conversión R2R –los módulos propios MSB– con la alimentación cercana a esta última. Esos módulos, que serían los “chips” de conversión en otro aparato, integran las resistencias de alta precisión necesarias para la conversión. Eso, un filtro digital propio, un reloj de alta precisión y las alimentaciones también muy precisas imprescindibles para que el sistema R2R funcione a pleno rendimiento, es lo que distingue este aparato de cualquier otro del mercado. Y también lo que le distingue de sus hermanos mayores como decíamos más arriba, siendo el Analog la versión más sencilla dentro de MSB.
Se controla –mando a distancia o tableta aparte– con una ruedecita en la parte superior izquierda –volumen– con un botón central –selección de fuente–, a cuyo lado una original y grande matriz de puntos muestra la información relevante. El control de volumen funciona con una red de resistencias calibradas, con pasos de 1dB, y al accionarlo se escuchan los “clic-clic” de los relés. Llega a -69 –atenuación– y +9 –ganancia neta– y en “0” se convierte en un bypass de las entradas analógicas, que es cómo funciona el MSB Analog si no tenemos montada esta opción en nuestro aparato –mantiene las entradas analógicas pero sólo como bypass, por cierto igual que los DAC MSB de los noventa–.
La parte trasera tiene una zona “fija” –las entradas y salidas analógicas citadas– y luego una serie de accesos para módulos opcionales. Ahí es donde irá el módulo de entradas digitales –el mío tenía el que trae coaxial y óptica–, el adaptador USB –mi unidad traía el más avanzado, capaz hasta de DSDx4– o el reproductor multimedia, que también tenía el MSB que probé. Hay más, otra USB, una AES/EBU, etcétera, así que uno puede montarse un “Analog DAC” a medida de sus necesidades.
Con un aspecto externo idéntico, pero sin rueda de control ni pantalla, y con huecos previstos para recibir las puntas de desacoplo incluidas en el DAC, la alimentación mejorada de MSB sorprende por su peso al desembalarla. Recuerdo que aquel lejano “Link DAC” también tenía una alimentación especial que oficiaba de “base”… una costumbre de familia, por lo visto. Además de ser un bloque sólido como el propio convertidor, entiendes lo que pesa si lo abres –éste sí se dejó–: nada menos que ¡cinco! transformadores toroidales se ocupan de alimentar de forma óptima al convertidor, con rectificación de calidad, bastante filtrado y regulación local. Impresionante.
Escucha
En MSB suelen insistir en que sus DAC funcionan muy bien atacando directamente una etapa de potencia, es decir sin previo y aprovechando su control de volumen, algo que pude comprobar personalmente con su producto estrella, el Select, no hace mucho. Y así es como lo probé la mayor parte del tiempo, en el equipo del salón con las 802D y diferentes etapas, aunque también lo disfruté –porque este aparato se disfruta más que se prueba– con el integrado Gran Filarmonía y las cajas Allegro, en el sótano.
El DAC y su alimentación son densos y se calientan bastante: no como un etapa en clase A, pero sí que se mantienen “tibios”. También pude comprobar, al cambiarlos de equipo, que le viene bien estar conectado en permanencia (no consume mucho) para mantener esa temperatura, porque recién puesto al sonido le faltaba “algo”: hacían falta varias horas para sonar al cien por cien, de hecho llegué a la conclusión que tras cada cambio o desde frío era mejor esperar al día siguiente para escucharlo… Curioso.
Las primeras escuchas fueron en el equipo del sótano, de muy alta transparencia y definición –válvulas y Allegro en sala de acústica buena– y probé tanto a dejar el volumen fijo y controlarlo en el integrado –el Gran Fila lleva un óptimo potenciómetro por pasos DACT– como a dejarlo fijo en el amplificador y controlarlo desde el MSB a distancia. Como esperaba, no escuché ninguna diferencia –el control de volumen es analógico a la salida del DAC–. Tampoco me sorprendió de ninguna forma llamativa el sonido del MSB en este equipo: no puedo señalar ningún aspecto de su perfil sonoro o de la forma de ofrecer la escena sonora que me resultara “nueva”, y poco a poco fui descubriendo que esa es una de sus grandes virtudes. En otros convertidores me puede haber llamado la atención ya de entrada algún aspecto, que después quizás acaba marcando de forma demasiado notable su sonido. La precisión del Auralic Vega o la dinámica del Chord Hugo son cosas que me vienen a la cabeza y que son, efectivamente, sus puntos fuertes, pero que también pueden convertirse en sus talones de Aquiles en según qué momento, equipo, música o comparación.
Con el MSB Analog, como en cierto modo me ocurrió con el recientemente probado –y también tecnología R2R aunque en ese caso usando chips– Aqua La Scala, la música fluye y la disfrutas, descubriendo poco a poco detalles y apreciando progresivamente su calidad, para echar de menos lo que te está dando cuando cambias a otra cosa, pero sin terminar de descubrirlo de forma obvia cuando lo tienes delante, cuando lo estás escuchando.
Lo que sí aprecias en poco tiempo es que el nombre está muy bien puesto: “Analog DAC”. La forma de presentar la escena sonora y el equilibrado balance tonal, enseguida me recordaron al sonido de un plato. Las fuentes sonoras dentro de la escena están colocadas con precisión, pero no de una forma exageradamente holográfica y precisa, como ocurre con equipos digitales que tienden a lo analítico. Muy al contrario, con el MSB en el equipo una cantante no es un punto en el espacio sino un volumen, un cuerpo, y lo mismo con los integrantes de un conjunto de jazz o cámara, o cómo llena el espacio una orquestra.
Pero, a la vez, nos ofrece un sonido muy detallado y preciso, con una articulación sobrecogedora. Los pequeños detalles cobran importancia, no aparecen de golpe en la primera escucha sino que nos vamos dando cuenta de cómo los apreciamos: la respiración de una vocalista, el ruido de las hojas de las partituras, el uso del reverb, el aire, los chasquidos de dedos, incluso ruidos de desconocido origen –¿la ropa? ¿pasos en el estudio?–. El grave es sobresaliente, baja a las profundidades con fuerza pero con agilidad, y me llamó la atención en cajas como las Allegro que son tímidas en las frecuencias bajas, como monitor que son. En el otro extremo del espectro, donde las Allegro brillan, la articulación y rapidez del MSB también sobrecoge. Impresionan y emocionan los pasajes rápidos de guitarra o violín, la claridad en las fases rápidas de las Czardas de Monti sin ir más lejos. Y una última cualidad: todo suena muy natural, si la grabación no es artificial o muy manipulada, en cuyo caso lo apreciaremos de esa forma. Todo esto, tanto usando las entradas convencionales SPDIF como la USB –con un PC dedicado–, esperaba mayor diferencia entre la USB y las otras como había ocurrido en otros DAC probados recientes –Exogal Comet el caso más evidente, suena mucho mejor por USB– pero MSB tiene muy bien optimizadas todas ellas.
Cambio de pareja, y le toca al equipo del salón. Aquí el MSB encaja como un guante y, la verdad, me costó mucho desmontarlo semanas más tarde para devolvérselo al distribuidor… Veamos, tengo en un extremo las 802D con sus etapas, en el otro el plato y el receptor AV con sus salidas analógicas, de forma que el MSB encaja perfectamente entre ambos extremos ejerciendo de fuente digital y también de previo, tanto para controlar el volumen de las fuentes digitales internas del mismo MSB como para actuar de previo para el plato –cuyo previo de fono está aparte– o bypass del AV. En este sistema usé las entradas SPDIF del MSB –con un lector óptico y un reproductor Squeezebox– pero en lugar de la USB, al no tener aquí un PC dedicado, fue el turno del módulo Render, es decir la entrada Ethernet. Para usarlo es necesario tener corriendo algún software compatible –JRiver–, y lo más práctico es tener también o además el Bubble Upnp Server, que permite usarlo con cualquier aplicación portátil de control –la de Linn o mi favorita la de Lumin–. Una vez hecho esto todo funciona a pedir de boca y pude escuchar música desde Tidal o desde mis discos duros compartidos sin cortes ni problemas de ningún tipo. No tenía ya el fabuloso Aurender N10 para comparar, pero el módulo Render interno de MSB es muy buen “transporte”. La música incluso a través de Tidal se aprecia más “entera”, la escena más abierta, ¡más musical!, y lo mismo escuchado a través del Squeezebox Touch conectado por coaxial al MSB.
Total, con que el iPad en la mano y el MSB en el equipo del salón, estuve tocando muy, muy, de cerca el cielo audiófilo. Con las entradas SPDIF y la USB, el DAC, es muy bueno, pero el reproductor interno o “Render” es un descubrimiento y facilita enormemente escuchar música, ya sea “streaming” –Tidal en mi caso, calidad CD que a veces incluso parece mejor que eso– o los archivos que uno tenga, y ahí pude disfrutar de algunos de mis archivos favoritos en PCM de alta resolución, y DSD, sin hacer más que seleccionarlos en la tableta. El ataque directo del MSB Analog DAC a las etapas es ideal, con él en el equipo no echas de menos nada y te sumerjes en la música. Cuesta “analizarlo” porque nada sobresale, ni nada falta. Podría ser perfectamente mi DAC, y previo, definitivo. Una anécdota que me ocurrió dos veces: cuando digo que el MSB suena “a plato”, el caso es que Hell Freezes Over –Eagles– y Friday Night in San Francisco –Paco de Lucía & cía– me sonaban “tan” parecido a los vinilos que tengo de ambos discos, que en algunos momentos echaba de menos algunos “clics” que obviamente no estaban en la versión digital que escuchaba… ¡en serio!
Me quedaba todavía una prueba por hacer, comparar la fuente de alimentación mejorada que yo tenía con la “normal”, y lo pongo entre comillas porque la fuente de serie está lejos de ser el típico adaptador chino. Es una alimentación con dos toroidales que sería en sí la mejorada de otros aparatos… Pero como la describí, la alimentación mejorada lleva ¡cinco! toroidales además de regulación de todos los voltajes, es decir, es algo excepcional. Para esta prueba conté con la ayuda del establecimiento madrileño AudioElite, distribuidor de MSB y que precisamente tenía aquellos días en marcha unas audiciones con un equipo en el que un MSB Analog oficiaba de fuente principal. Además estaban en la sala de Audio Elite los altavoces Marten Bird 2, la etapa estéreo VTL S200 y el previo VTL 7.5 Mk3 con cables Absolue Creations.
Me bastó poner unos pocos cortes “habituales” de prueba para darme cuenta que estaba ante un conjunto de esos que ponen los pelos de punta. En esa misma sala he escuchado equipos cuyo precio multiplicaba a éste, pero que no transmitían la música, la emoción incluso, de igual forma. De hecho dejé de poner “cortes de prueba” y, como disponía de un rato por delante a mi aire, con los anfitriones dedicados a algunos clientes en las otras salas, empecé a ponerme música para disfrutarla. Recuerdo cómo me emocioné al escuchar a Amy Winehouse: sonaba tan real, estaba tan presente, que daban ganas de levantarse y pedirla que se diera cuenta que necesitaba cambiar de vida si no quería quedarse sin ella… Después de un buen rato disfrutando y con el oído bien acostumbrado al equipo, volví a los cortes de prueba para comparar la fuente mejorada con la normal. La diferencia es sutil, la verdad, es como comparar un cable bueno con uno muy bueno –hasta que no pruebas el mejor crees que aquello ya era un “diez”–. La fuente mejorada aportaba algo más de profundidad a la escena, un grave algo mejor articulado, y quizás un agudo apenas algo mejor resuelto. Todo muy sutil como digo, porque la personalidad del MSB permanecía, con su sonido completo, analógico, ¡estupendo!
Conclusión
Estamos ante un convertidor con tecnología muy diferente a lo habitual, y de un precio que lo coloca en la órbita de equipos millonarios, pero que se justifica por ofrecer un sonido de referencia y una gran polivalencia. A mí no me cuesta nada verlo como protagonista de un sistema minimalista, atacando directamente una etapa porque como previo está al mismo nivel que como DAC, y eso ya empieza a cambiar la perspectiva económica –divide su precio en dos y me entenderás–. Si tienes presente que estás accediendo al nivel de sonido de DACs de categoría aún superior –¡hasta tres veces el precio del Analog!–, gracias a usar la misma tecnología sin apenas compromisos, entonces es cuando entiendes del todo por qué digo que el precio es mejor de lo que parece en valor absoluto.
Además, hablando de precios, yo me podría ahorrar la alimentación mejorada –sutil– y sin duda me ahorraría la entrada USB que traía la unidad de pruebas porque, teniendo el módulo de reproducción en red… ¿para qué lo necesitas? Puedes reproducir directamente archivos que tengas compartidos en casa, o acceder a servicios de música en línea, y controlarlo desde una tableta o teléfono; no hace falta ordenador. La entrada analógica la usaría para el plato, o para hacer “bypass” de un receptor AV si tenemos el equipo de esa forma, y las dos digitales normales –coaxial y óptica– siempre vendrán bien si tenemos un lector óptico y otra fuente.
Sobre todo, este DAC ofrece un sonido sin fisuras, no puedes señalar algún aspecto de su perfil sonoro o calidad de reproducción y decir “aquí falta esto o aquello”. Con él en el equipo sólo tienes ganas de seguir escuchando música, de seguir “poniendo discos” ya sea en sentido literal, o figurado señalando con el dedo a la tableta. En mis dos equipos encajó a la perfección, cosa que no siempre ocurre al cien por cien, y en la audición del equipo Marten/VTL dejaba fluir la música como pocas veces he escuchado en la sala de AudioElite. Es un aparato que puedo recomendar con el mayor entusiasmo.
Puntos destacados
+ Calidad de sonido de primer nivel o “referencia”
+ Dinámico, preciso, detallado… ¡analógico!
+ Excelente como previo analógico y atacando una etapa
+ Admite todos los formatos digitales –PCM y DSD–
+ Módulo reproductor “Render” interno excelente
– Precio con muchas opciones
Distribuyen Ultimate Audio, QLASE A y AudioElite
MSB Analog DAC con alimentación normal y entradas digitales SPDIF – 8100€
Control de volumen – 1250€
Entrada USB DSD-Quad – 1750€
Módulo reproductor en red Renderer – 2300€
Opción Power Supply Upgrade – 3500€
FICHA TÉCNICA
Entradas digitales: dos SPDIF (coaxial RCA y óptica), una USB (hasta 32 bit y 384 kHz o DSD x4), más una entrada Ethernet para el reproductor de medios interno. Entrada analógica RCA. Salidas analógicas: RCA y XLR, impedancia de salida 38/76 Ohm, salida 2’62 y 2’62 Vrms, control de volumen opcional por pasos de 1 dB (78 pasos). Alimentación externa: +-24V para la parte analógica y +-12V para la parte digital (negativos no compartidos). Dimensiones: 450 x 370 x 100 mm. Peso: 9 kgr. Distribuidor: Ultimate Audio / Audio Elite.
EQUIPO UTILIZADO PARA LA PRUEBA
Cajas acústicas
- B&W 802D
- Allegro by Ramallo
Amplificación
- Pass XA30.5
- Hypex NC400
- Ars Sonum Gran Filarmonía (integrado estéreo válvulas)
Fuentes
- Buffalo 32 DAC
- Meridian 568.2mm DAC y previo/procesador
Cableado
- Nordost, Kimber, Siltech