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Aquí estamos de nuevo con más novedades, en esta ocasión cuatro nuevos títulos que nos llegan desde nuestro sello coreano ANALOGPHONIC. Ya les venimos advirtiendo que estén muy atentos a estos lanzamientos porque se trata de auténticas joyas rescatadas del descomunal catálogo de Universal. Como todos saben esta distribuidora se fue apropiando de numerosos sellos, algunos de los más importantes dentro del repertorio clásico pero también de otros estilos. Además, estas discográficas a lo largo del tiempo ya habían absorbido a otras menores. De ahí que tanto en el presente lanzamiento como en anteriores tengamos siempre gran variedad de sellos discográficos.

En primer lugar un recital de Pierre Fournier, uno de los mejores violonchelistas de todos los tiempos. Él es un estilista con una musicalidad supremamente cultivada y una técnica irreprochable. En esta grabación lo demuestra adaptándose a un repertorio tan variado como una sonata de Bach, una improvisación de Bloch, una canción de Debussy e incluso el blues de un preludio de Gershwin. La mayoría de este disco contiene obras no destinadas al violonchelo, pero si no tuviésemos esta información, probablemente no habría duda alguna de que eran todas obras maestras del violonchelo. El acompañamiento de Ernest Lush es casi ideal, y el trabajo de los ingenieros de Decca es excelente, producido por el mítico John Culshaw y grabado en octubre de 1952.

Continuamos con otro de los grandes intérpretes del siglo XX, en este caso del violín. Se trata de Nathan Milstein y de su interpretación de las sonatas y partitas para violín solo de Johann Sebastian Bach en una grabación para el sello Capitol realizada entre marzo de 1954 y diciembre de 1956 en Nueva York. Son éstas obras difícil ejecución, aunque resueltas de manera brillante y satisfactoria por nuestro intérprete.Se trata de una interpretación que combina la retórica de la dificultad técnica extrema con una riqueza de detalles que parece requerir más intimidad de la que nos puede brindar un salón de recitales. Quizás la actuación ideal retendría la interioridad de una violinista como Johanna Martzy, pero también necesitaría un poco del vigor y el impacto físico que aporta Milstein. Para él, las dificultades técnicas apenas parecen existir, o más bien, existen solo como un estímulo para la bravura; por ella son aceptadas como una parte esencial y orgánica de la música, como resultado de la complejidad del pensamiento de Bach. Gran interpretación y excelente toma de sonido.

El Cuarteto Juilliard ha sido durante mucho tiempo uno de los conjuntos de música de cámara líderes; sobre todo desde su memorable grabación de los seis cuartetos de Bartók en los primeros días del LP, una actuación impresionante. En el caso del cuarteto de Schubert que nos ocupa, los Juilliard lo interpretan con un vigor penetrante y una comprensión inquisitiva. Su desempeño es emocionante, amplio y conmovedor. El tono instrumental es poderoso sin aspereza y el conjunto está en equilibrio sensible en todo momento. Así, el tema de las variaciones de la Muerte y la Doncella poseen un efecto sobrenatural y las variaciones que le siguen son intensamente conmovedoras, con cada matiz cuidadosamente pensado y cada equilibrio cuidadosamente calculado. Por el contrario, los otros tres movimientos están llenos de buen humor y una brillante y virtuosa precisión. Se completa el disco  con el Quartettsatz, de un solo movimiento, lo único que Schubert escribió para un Cuarteto de larga duración que finalmente no terminó. Una obra madura, compuesta después del Quinteto de la Trucha y que aquí obtiene una actuación vivaz.

Para finalizar un doble LP dedicado a la violinista coreana Kyung Wha Chung. Se trata de una grabación EMI de agosto de 1998 en la que Chung despacha sus 19 «recuerdos» con entrañable franqueza y una refrescante falta de afectación. Las Cuatro Piezas Románticas de Dvorak son íntimas y ligeramente pulidas. La fragante Nocturne de Szymanowski suena como un acompañamiento brillante, recordando las exóticas líneas vocales de Roxana en el Rey Roger. Stravinsky está representado por el melancólico «Dithyrambe» de su concierto Duo, interpretado con un sentido apropiado de quietud, y Bach por un relato expresivo del conocido «Aire» de la Tercera Suite Orquestal. Preciosas las piezas Op.6 de Rachmaninov en esta grabación, la primera suena como una herencia próxima al Trío con piano en Re menor de Schumann, la segunda, como una «Danza húngara» atrevida, realizada aquí con genuina arrogancia. Beau soir de Debussy tiene la atmósfera adecuada y la maestría del pianista Itamar Golan en Zigeurnerweisen de Sarasate, confirma que no es un mero acompañante. Con un sonido excelente y tal cantidad de obras, este disco ofrece una experiencia auditiva relajante y extremadamente gratificante.

Desde Kleifri Records esperamos que les hayan gustado estas novedades y, como siempre, estamos abiertos a cualquier comentario o sugerencia.

Kleifri Records estará presente en HIFILIVE SHOW este fin de semana.

Kleifri Records

 

 

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