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Analogphonic es una de nuestras mejores marcas, con un compromiso real en sacar a la luz algunas grabaciones sorprendentes de los años 80. Esta década vivió la implantación del CD y por ende, el inicio del declive del vinilo, pero que las ediciones en vinilo empezaran a ver reducidas sus tiradas a favor del nuevo formato, nada que ver tiene con que fue una época de grandísimas grabaciones.

Nuestra marca coreana siempre ha tenido en el centro de su catálogo la integral sinfónica de Gustav Mahler que Leonard Bernstein grabara a lo largo de los años 80. Todas ellas grabaciones en directo, con la Orquesta del Concertgebouw y la Orquesta Filarmónica de Viena, que para muchos de nosotros representan el ideal, la más fina, expresiva y cuidada interpretación de estas obras de Mahler.

A lo largo de más de dos años hemos ido anunciando cada una de las reediciones que Analogphonic nos ha brindado en nuestro formato favorito. Primero fue la segunda sinfonía, después la quinta, más tarde la primera y cuarta, a continuación la tercera y sexta, seguidamente la séptima, el último lanzamiento incluía la novena junto a los conocidos lieder «Des Knaben Wunderhorn» y, por fin, la octava sinfonía cierra este gran ciclo mahleriano.

Esta edición se presenta en un estuche con tres vinilos, pues además de la Octava Sinfonía en Mi bemol contiene el Adagio de la décima sinfonía. La obra que nos ocupa es en sí misma una de las más complejas e impresionantes composiciones que podemos encontrar, apodada «Sinfonía de los mil» necesita de ocho voces solistas y varios coros, lo cual se traduce en un auténtico y exuberante despliegue vocal y orquestal, que en manos de Bernstein se convierte en una auténtica referencia.

Y del cierre de un ciclo al que, esperamos, sea el inicio de otro. Y es que como todos sabemos, algunos de los mejores tesoros gramofónicos siguen ocultos entre las grabaciones rusas del período soviético. Si bien es cierto que a lo largo de los años han sido reeditadas muchas buenas grabaciones a través del sello Melodiya. Igualmente cierto es que muchas joyas siguen ocultas. Mayoritariamente las reediciones se han orientado a la propia música rusa, por ejemplo las interesantes grabaciones de Svetlanov o Roshdestwensky, pero no es difícil adivinar que también se conservan innumerables muestras de compositores de otras nacionalidades.

La presente grabación representa un buen ejemplo, pues contiene las conocidas sonatas para violonchelo y piano de Ludwig van Beethoven interpretadas por Daniil Shafran al cello y Anton Ginsburg al piano. Nos interesa sobre todo la figura de Shafran, que no sólo fue un intérprete fabuloso aplaudido por la crítica internacional, sino una de las personalidades más influyentes de la cultura musical del siglo XX.

Kleifri Records espera que las presentes grabaciones sean de su interés y, como siempre, estamos abiertos a cualquier recomendación.

Kleifri Records

 

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