Kleifri Records les presenta las novedades de Testament Records
Nuestro sello británico ha terminado el año estupendamente y ha iniciado el nuevo todavía mejor. Si a finales de año aparecieron dos títulos muy interesantes que contenían el octeto de Schubert y el concierto de violín de Goldmark, ahora acaban de llegar las sinfonías octava y novena de Bruckner.
En primer lugar tenemos un disco histórico que recoge una de las obras más conocidas del repertorio de cámara. Se trata del Octeto en fa mayor D. 803 de Franz Schubert, en una grabación monofónica Columbia del año 1956 interpretada por David Oistrakh primer violín, Peter Bondarenko segundo violín, Mikhail Terian a la viola, Sviatoslav Knushevitzky al violonchelo, Joseph Gertovich al contrabajo, Vladimir Sorokin al clarinete, Joseph Stidel al fagot y Jacob Shapiro al oboe. Se trata de uno de esos discos que logrará convencer incluso a los escépticos del sonido monofónico, muy musical y con una textura aterciopelada, destaca la excelente comunicación entre los intérpretes y la solidez del sonido.
A continuación una grabación de Nathan Milstein para el sello Capitol. Se trata de un stereo de 1958 en el que se registró el concierto de violín de Karl Goldmark con la Orquesta Filarmonía de Londres dirigida por Harry Blech. Este compositor húngaro de origen judío se trasladó a Viena para estudiar composición, ciudad en la que triunfó y estrenó obras como la obertura Sakuntala o la ópera La reina de Saba, pero es sobre todo conocido por este concierto de violín compuesto en 1877 y que aquí ofrecemos en una de sus mejores interpretaciones de la mano de Milstein.
Finalmente Testament ha rendido tributo a uno de los grandes directores del siglo pasado Carl Schuricht y lo ha hecho volviendo a prensar dos de sus mejores grabaciones, la octava y la novena sinfonía de Bruckner. Este director alemán nacido en 1880 y fallecido en 1967 se especializó en el repertorio austriaco-alemán, desde Schubert hasta Mahler, y aunque no estuvo ligado a ninguna orquesta actuó como director invitado de las principales agrupaciones europeas, hasta el punto que sustituyó a Erich Kleiber al frente de la Filarmónica de Viena en 1956 en su gira por Estados Unidos. Combinaba el rigor en la planificación con un enfoque más subjetivo e intuitivo de las obras. De las grabaciones brucknerianas a las que aquí nos referimos, podemos destacar la perfecta construcción de ambas sinfonías a partir de un enfoque objetivo, pero también el perfecto equilibrio y espiritualidad que alcanzan un grado de perfección que lo acerca a lo sublime.
Esperamos que le resulten interesantes estas novedades y, como siempre, les animamos a que nos hagan llegar cualquier consulta o sugerencia. Muchas gracias.