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El primer aspecto a destacar en esta configuración, es la absoluta ausencia de cualquier tipo de ruido de fondo. Este hecho demuestra el alto nivel constructivo de las electrónicas de Mastersound, que no tiene ningún problema en asociarse con cajas de sensibilidad muy alta como las Orangutan y sus 96 dB. Después llama la atención la cantidad de música que desprenden estos monitores de 2 vías, capaces de proporcionar una escucha ampliamente satisfactoria en una sala tan grande, y sobre todo con unos techos tan altos. Me arriesgaría a predecir, que el reto de sonar en una sala con las mismas dimensiones, pero con una altura de techo estándar, lo resolverían las Orangutan a plena satisfacción.

Disfrutando ya de la reproducción siempre de excelentes vinilos en el giradiscos Thales, las DeVore mostraron unas bajas frecuencias que resultaron sorprendentemente poderosas, coherentes y ricas en matices, dibujando unos contrabajos particularmente reales. Aunque dentro del equilibrio tímbrico general, las frecuencias medias destacaron plenas de riqueza y detalle. Se apreciaba en todo momento la musicalidad y magia conferida por las válvulas 300B que movían las cajas a la perfección, exprimiendo el sobresaliente comportamiento dinámico de estas. ¿Por qué no nos planteamos todos de una vez por todas, el placer que puede proporcionarnos disfrutar de unas cajas así de sensibles, con las cuales nos da igual amplificarlas con 30W que con 15W o incluso menos? Merece sin duda una reflexión.

Las frecuencias agudas eran suaves y detalladas, sin duda más orientadas a la función clave de integrarse de la manera más eficaz posible con los medios, que para resaltar por ellas mismas. La coherencia y solidez del lenguaje musical sobre la espectacularidad artificial, realidad sobre ficción, placer simple y llanamente.

Pasamos después a instalar las DeVore SilberBack, tope de gama de la firma americana. Con un diseño mucho más estilizado que su hermana pequeña, en sus acabados combina el lacado negro de su parte frontal con la madera clara del resto del recinto. Hablar de estética es muy subjetivo, pero en mi opinión las Orangutan pese a ser inferiores en gama y precio, cuentan con un acabado más lujoso y llamativo que las SilberBack, que son más elegantes y señoriales. En teoría su mayor tamaño se adaptaba mejor a las condiciones de la sala que el modelo escuchado antes, y rápidamente pudimos comprobar que no andábamos equivocados. Las SilberBack llenaron la sala de música de manera apabullante, demostrando una gran rapidez y dinámica. El grave más poderoso, servía de soporte para mostrar un sonido global con mayor peso y aplomo, ganando pues en cuanto a credibilidad de la presentación musical. La franja media continuaba por la senda escuchada anteriormente, y resultaba una delicia de naturalidad y detalle. Por último los agudos se mostraron más extendidos y aireados que en la Orangutan. Sin duda el diseño de tres vías ha conseguido extender un poco más el rango de frecuencias a reproducir, tanto en agudos, como en medios.

Me atrevería a decir que la DeVore SilberBack, es una caja acústica capaz de competir sin complejos con rivales de precio claramente superior, y al igual que la Orangutan cuentan con una relación calidad-precio increíblemente favorable.

La última propuesta que escuché antes de terminar mi visita, fueron los exclusivos monitores Pawel Acoustics. Estaba ansioso por apreciar las virtudes de este monitor de absoluta referencia y que es aclamado globalmente por crítica y público. Nada más verlo, uno percibe que se encuentra ante un producto especial. Recurriendo al clásico acabado en madera del recinto, sin embargo su aspecto es innovador y de máximo refinamiento. El oro empleado en la concepción del tweeter, junto al óvalo negro que lo rodea, la manera asimétrica en que se unen las maderas que conforman el recinto, o el diseño irregular de éste… puff, lo hacen realmente atractivo a la vista.

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