La escucha
Lo primero que experimento nada más empezar la audición es sorpresa. Las Opera suenan increíblemente grandes a un volumen más que adecuado y sin ningún tipo de estrés. Un buen principio para lo que empezaba a revelarse como una audición digna de recordarse durante mucho tiempo.
Escuché prácticamente todo tipo de música pudiendo apreciar como las Opera Callas son capaces de reproducir cualquier grabación y estilo musical, ofreciendo en cada ocasión una presentación adecuada. No hay nada que me disguste más de unas cajas, que el que parezcan estar diseñadas con un solo tipo de música en mente. Me parece absurdo y nunca las compraría.
El grave no es que sorprenda viniendo de un monitor, sino que directamente entusiasma, completo e intenso, ofrece una presentación más propia de una caja de suelo que de un monitor. En los distintos cortes que pude escuchar comprobé como impacto, extensión y control son repartidos a partes iguales. Articulación ejemplar en todo momento en la parte más baja de la música, que consigue transmitir de forma real y contundente los cimientos de toda pieza musical.
La zona media es también expeditiva, violines y voces son reproducidos sin ningún tipo de complejos, ofreciendo un sonido dulce y aterciopelado que atrapa al oyente en sus redes. ¡Pero no hay que confundirse! Las Callas no hacen concesiones y la velocidad de sus frecuencias medio-agudas no se quedan atrás, proporcionando una frescura que nos despierta sin sobresaltos pero con contundencia cuando el metal toma la batuta y reclama su puesto.
El agudo es abierto y natural, resultando un complemento perfecto a ese buen medio-agudo, sin llegar nunca a ser incisivo, más bien todo lo contrario. Cuando la grabación lo requiere llegan hasta los registros más elevados sin despeinarse.
La dinámica es adecuada, con una respuesta a los transitorios ejemplar, pero sin llegar claro está a los niveles de referencia de algunas bocinas, faltaba más. No creo que en ese aspecto a nadie se le ocurra protestar.
La escena sonora se presentaba de forma muy correcta, todo lo bien que la sala de Assai Audio nos permite, recreando una escena que destaca bastante más en profundidad que en anchura –aunque sospecho que esto viene dado más por las características intrínsecas de esta sala en particular, que por las Opera en sí–. Estoy seguro que en una estancia con otras características sonoras –más tratada acústicamente– aparecería sin duda alguna algo más de anchura. Como ya hemos comentado antes, la Sala de Assai esta poco tratada, según su responsable para que recuerde a lo que una persona normal puede tener en casa, y no haya muchas sorpresas cuando el cliente las lleve a su hogar.
Conclusiones
No puedo dejar de sorprenderme, aún después de unos días, de cómo se comportaron las Opera Callas. Detrás de un aspecto refinado se esconden unas cajas que para nada son timoratas. Es increíble como se comportan ante los requerimientos dinámicos de algunas grabaciones complicadas, proporcionando una respuesta en todos los registros sonoros más digna de una caja grande que de un monitor. El tamaño que proporcionan a la música es muy destacable siendo sin duda uno de sus puntos fuertes. No se quedan atrás en ningún momento en lo que respecta al grave, y no desbarran lo más mínimo a la hora de proporcionar una presentación realista del evento sonoro.
Sin duda alguna un gran monitor que todo aficionado debiera escuchar antes de tomar una decisión de compra, en lo que a este segmento de producto se refiere. Las Opera Callas son sin duda alguna unas cajas que están en la cima de la pirámide alimenticia en lo que relación calidad – precio se refiere. Escucha obligada para todo audiófilo de bien.
¡Luego no apuntéis que no se dijo!
