Hay veces, que incluso siendo un apasionado amante de la música, por diversas circunstancias ajenas a nuestra voluntad, sin darnos cuenta nos alejamos de su lado. El apresurado ritmo de vida actual y las circunstancias personales de cada uno de nosotros, son argumentos de peso que consiguen distanciarnos, de una de las aficiones que más nos pueden reconfortar y aportar a nuestro espíritu.
Por suerte, siempre la música y el impulso de escucharla de la manera más satisfactoria posible, en algún momento se cruza de nuevo en nuestras vidas, para recordarnos el tiempo que llevamos echándola de menos.
Este es el caso del propietario del sistema que pasamos a conocer, que tras dejar pasar un largo período de tiempo desde que disfrutó de su primer equipo, vuelve a acercarse a la música con una instalación de envergadura.
Conozcamos su sistema y sus impresiones.
Descripción del Equipo en su configuración actual
Tengo una sala de unos 12 m2, conectada por un lateral a un salón mas grande de otros 20 m2. Es irregular y dificil de tratar acústicamente, pero poco a poco se han ido consiguiendo resultados. Tuve una alfombra que me quitaba algo de brillo. La he quitado. El grave creo que está controlado, aunque quizá deba poner una cortina con pliegues.
Descripción de la discoteca
Cuento con unos 2.000 vinilos y unos 1.200 cds. Sobre todo de Jazz y rock clásico, si por clásico se entiende aquello que no es el rock and roll de los 50. Es decir, Pink Floyd, Hendrix, Clapton, Led Zepelin, The Who, Dire Straits, Dylan o Elvis. Lo nuevo me interesa poco. Y luego varias colecciones de Jazz en vinilo. Tanto el rock como el Jazz o el blues suenan siempre mejor en vinilo.
Si, un amplificador Technics de 80w, reproductor Pionner y las clásicas Bose 301. Luego unas columnas Jamo, todavía lo conservo y lo disfruto en la casa del pueblo. También el plato Technics 1200, el de discoteca como decíamos.