Thorens: celebrando la revitalización de una marca icónica
“Empresa centenaria y mito viviente de la reproducción sonora de alta calidad, la creadora de los primeros giradiscos y de la todavía hoy profusamente utilizada tracción por correa apenas necesita presentación entre los aficionados a la Alta Fidelidad. Un cambio en la distribución de la marca en España, confiada desde hace unos pocos meses a la emergente firma barcelonesa DeCineAV, nos permitió, a principios del pasado mes de octubre, departir relajadamente con la persona responsable de una revitalización que se está haciendo notar a escala planetaria.” Esto escribí en 2015 sobre Heinz Rohrer, en aquel entonces presidente de Thorens y artífice de la primera “vuelta a la vida” de una compañía que por motivos varios atravesó momentos más que delicados aunque, mirándolo bien, tales altibajos tienen su lógica si consideramos que la compañía en cuestión fue fundada nada menos que en 1883… ¡mucho ha llovido desde entonces! La motivación que hay detrás del presente artículo no es otra que celebrar el pleno regreso a sus esencias, como si de reencontrarse a sí misma/reencontrar su identidad se tratara, de la venerable marca suiza, que ahora mismo propone un muy bien pensado catálogo en el que tienen cabida las herramientas necesarias, y además adaptadas a todos los bolsillos, para el pleno disfrute de un formato que en el año 2022 superó en ventas a su verdugo: el disco compacto de audio.
“Padre” de la tracción por correa y mucho más
Thorens es una de esas marcas que se confunden con los inicios de mi pasión por la reproducción sonora de alta calidad. Hablamos de hace 47-48 años, lo que no es moco de pavo. Cosas de la vida, siempre tuve un gran predicamento por las realizaciones de la firma helvética y sin embargo nunca tuve el placer de poseer uno de sus giradiscos. De hecho, si dejamos aparte el salón Sonimag mi primer contacto con un lector de vinilos de Thorens fue en casa de un amigo cuyo padre era un entusiasta de la Alta Fidelidad. Estaba en 3º de BUP, ergo tenía 16 años y recuerdo que el lector en cuestión montaba una contraplatina flotante (a la manera del Linn Sondek, por ejemplo); no recuerdo el modelo exacto, pero a la vista de los catálogos que guardo en casa (una selección de los cuales he fotografiado para ilustrar el presente artículo) juraría que era el TD 160 MKII o el TD 145 MKII. Lo que sí recuerdo como si fuese ayer es la sensación de producto bien hecho, la robustez y, en lo formal, la elegante simplicidad de este giradiscos, una sensación que con el paso de los años se mantuvo intacta y, en paralelo, iba siendo complementada por un creciente grado de sofisticación técnica y lujo estético a medida que Thorens iba comercializando diseños destinados a los aficionados más pudientes.
Como decía al principio, Thorens fue fundada en 1883 por Hermann Thorens. Concretamente, en la ciudad suiza de Sainte Croix, donde se dedicó inicialmente a la fabricación de cajas de música y movimientos de relojería antes de lanzarse en 1903 a la producción de fonógrafos y, más adelante, de giradiscos y de preamplificadores RIAA. Fue en 1928 cuando vio la luz el primer giradiscos con motor eléctrico, dedicándose Thorens a partir de entonces al desarrollo de lectores de vinilos para entusiastas del sonido de alto nivel aprovechando su experiencia en relojería de precisión y diseñar, desde finales de la década de los 50’, modelos de excepción. Así, en 1957 el TD 124 obtuvo tal éxito comercial que dio súbitamente renombre mundial a la firma helvética. Los años 1958 a 1961 están marcados por la llegada de los modelos TD 134 y TD 184, equipados con el primer brazo de lectura firmado por Thorens, el BL-104, y a los que siguió el giradiscos TS 135, a su vez equipado con un nuevo brazo de lectura, el BTD-12S, que permaneció en la cúspide de la gama de la marca hasta 1966.
El año 1965 viene marcado por la introducción en el mercado del giradiscos TD 150, equipado con el brazo de lectura TP13. Un producto en el que por vez primera se utiliza un subchasis suspendido (el concepto de contraplatina flotante al que antes hacía referencia) que aloja el plato y el brazo, estando el motor de arrastre fijado en el chasis principal y realizándose la transmisión mediante una correa elástica. Este innovador, en realidad casi revolucionario a tenor de las mejoras que aportó, diseño supuso un hito en la lucha contra las vibraciones inducidas por el motor y aún hoy se utiliza en giradiscos tanto de Thorens como de otras marcas. En 1968, la marca suiza comercializó su primer lector de vinilos controlado electrónicamente, el TD 125, su buque insignia por aquel entonces, que compartía con el TD 150 el subchasis suspendido y la transmisión por correa a la vez que estaba equipado con el brazo de lectura TP25.
Las décadas siguientes fueron testigo de una sucesión de innovaciones con nuevos giradiscos y brazos de lectura: en 1979 se puso a punto el espectacular modelo Reference, diseñado inicialmente con fines de investigación y desarrollo pero que finalmente se comercializó en una serie limitada y posteriormente fue objeto incluso de elaboradas versiones “tuneadas”. En 1983 llegó el modelo Prestige, que podía alojar dos brazos tonales por separado para que el usuario pudiese beneficiarse de dos cápsulas fonocaptoras diferentes en el mismo giradiscos. Llegados a este punto, observen que el presente artículo se concentra única y exclusivamente en los giradiscos (y, en menor medida, en los brazos de lectura) de Thorens, pero bien está saber que la marca también comercializó no sólo accesorios para las fuentes en cuestión sino también electrónicas de todo tipo (aparte de los antes citados previos de fono) e incluso cajas acústicas.
La actualidad: celebrando por todo lo alto un inédito 140º cumpleaños
La manera más fácil y efectiva de comprobar el estado de forma de un especialista en audio de alto nivel es acudiendo a una tienda emblemática o, mejor aún, a un certamen de cierta envergadura, como por ejemplo el carismático High End de Múnich, en cuya edición de este año Thorens ha celebrado por todo lo alto el 140º de su fundación con la presentación del brutalmente radical en todos los sentidos (empezando por una estética que no deja indiferente y terminando por el sofisticado sistema de aislamiento frente a vibraciones activo que incorpora) giradiscos New Reference. De hecho, tal radicalidad/brutalidad es tal que no exagero si afirmo que estamos ante el equivalente de un “concept car” en el ámbito de la lectura de vinilos. Es precisamente la creación de una máquina como el New Reference lo que corrobora que Thorens está de nuevo donde debería estar (¡y de donde nunca tendría que haber salido!) por cuanto la realización en cuestión constituye la culminación del largo camino recorrido desde su “resurrección” como marca hace casi dos décadas. Y así llegamos a una oferta de giradiscos impecablemente ejecutados en la que ahora mismo encontramos incluso un tipo de producto que en su momento habría sido poco menos que una herejía para los miles de entusiastas de la marca helvética repartidos por todo el mundo: ¡nada menos que giradiscos con tracción directa (DD), “enemiga íntima”, amén que “histórica”, de la tracción por correa! Es el caso del TD 124 DD, reedición “DD” y con brazo en “J” de un modelo comercializado en 1957 que gozó de gran predicamento tanto entre profesionales de la radiodifusión como de aficionados exigentes y que ahora se beneficia de las ventajas aportadas por una tecnología drásticamente mejorada con respecto a la existente hace sus buenos 50 años.
Más asequibles, aunque basados en el mismo concepto, son el TD 403 DD y el TD 402 DD, mientras que en lo que concierne a los modelos con tracción por correa habría que destacar en primer lugar al TD 1601 (ganador del Premio EISA al Mejor Giradiscos de 2020-2021) y, en segundo lugar, el tan interesante como “democrático” TD 204, un giradiscos específicamente pensado para. Thorens dixit, “audiófilos principiantes” que incluye novedades tan sustanciales como el brazo en “J” TP 120 de la marca suiza, un portacápsulas desmontable con conector SME e incluso un previo de fono (que puede desactivarse) para cápsulas de imán móvil. Por haber, hay también modelos automáticos como el TD 102 A que completan una gama formada por 12 modelos a los que hay que añadir el New Reference y 3 brazos de lectura (todos ellos unipivot, dignos herederos del mítico Isotrack) que responden a las denominaciones TP 92, TP 82 y TP 19-1.
A modo de conclusión
Elegantemente diseñados, respetuosos con la tradición de una marca más que centenaria, impecablemente construidos, bendecidos en su mayoría por una relación calidad/precio excepcional y, lo más importante, altamente musicales, los giradiscos Thorens se han ganado a pulso su regreso a la primera división del audio analógico. Una excelente noticia para los amantes de la reproducción musical en su más alta expresión basada en el más longevo de los soportes físicos: el disco de vinilo. Me despido ya de ustedes, aunque no sin recordarles que los productos Thorens son importados en exclusiva para nuestro país por www.decineaudiovideo.com