Una interpretación oriental del sonido cálido
El distribuidor barcelonés Keydis nos facilita para realizar esta revisión un nuevo modelo de auricular, el Peacock, de Sendy Audio. Es esta una marca relativamente reciente, derivada del fabricante Dongguan Sivga Electronic Technology Co., Ltd. Su intención es la de centrarse en la fabricación de auriculares en un abanico amplio de gamas, con una apuesta que mezcla tecnología y tradición, fabricación punta y artesanía. Lleva más o menos un lustro sacando productos, algunos de ellos premiados en oriente con el reconocido VGP, premio japonés a fabricantes de productos audiovisuales que han aportado alguna importante contribución al desarrollo de la industria. Parece que son una apuesta seria, y se han tomado las cosas con calma, sacando productos bien terminados en todos los aspectos: diseño, tecnología y fiabilidad.
El modelo que vamos a analizar representa actualmente su tope de gama. Es un auricular de naturaleza ortodinámica, magneto-planar. No es un sector que carezca precisamente de referentes, como Audeze o Hifiman. Siempre es complicado abrirse paso en un mercado que cada año parece más competitivo. Creo que podemos reconocer que el desarrollo de auriculares ha crecido de forma exponencial en la última década. Los que llevamos más tiempo como aficionados en este sector tan particular de los auriculares recordamos que allá por el cambio de milenio las opciones interesantes se podían contar con los dedos de una mano. Hoy, sin embargo, parece casi imposible abarcar todas las alternativas que aparecen sin descanso, y que además evolucionan con tremenda rapidez, desarrollando nuevos modelos y sectores de mercado cada pocos años. Por tanto, hoy casi nadie puede permitirse entrar a competir de forma ligera: hay que apostar fuerte y aún así cuesta crear imagen de marca. No en vano muchos de los clásicos gigantes del sector están realmente sobrepasados por el mercado, y les cuesta adaptarse a él. Algunos incluso no lo han logrado y, lamentablemente, han terminado por caer.
Será interesante ver si este nuevo contendiente está a la altura, y comprobar con el tiempo si logra abrirse camino junto a otros. El modelo de este análisis promete, lo reconozco. Parece un producto bien terminado en casi todos los aspectos. Vamos a continuación a desgranarlos puntualmente, estudiándolo en profundidad.
Presentación y diseño
La marca apuesta por un razonable equilibrio entre austeridad de presentación y buena calidad general. El auricular se presenta en una caja de moderado tamaño, de cartón, finamente trabajada en su exterior de forma un tanto minimalista: una suave serigrafía en blanco y negro con el dibujo en perfil del modelo y su nomenclatura dentro de la marca en un fondo de textura natural simple del propio cartón.
En su interior, relleno de una espuma rígida moldeada, encontramos la funda del auricular, que será sin duda lo que usemos en el día a día para guardarlo y transportarlo. Esta funda es de buena calidad y aspecto, aunque como es lógico esto último siempre dependerá de los gustos personales. Es rígida, de piel natural color camel, con cierto regusto vintage y detalles metálicos dorados. Hay que reconocer que el ajuste al tamaño del auricular es difícilmente mejorable.
En la propia funda encontramos el auricular, un cable trenzado que transmite buena calidad constructiva y buena flexibilidad y dos adaptadores. El jack de conexión por defecto es balanceado, de 4,4 mm con cuatro sectores. Los adaptadores lo pasan a jack de 6,5mm SE en un caso, y a conector balanceado de 4 pins en el otro. Con esta combinación el fabricante se ahorra la dotación de dos cables, uno SE y otro balanceado. Es interesante, y la primera vez que veo esta propuesta.
En conjunto creo que la presentación y el diseño son bastante coherentes con una idea estética clásica, de acertada calidad en su sector de precios y mercado y con un toque particular en su carácter. Sin que tengamos nada que objetar, ya que hay que reconocer que podemos encontrar cajas más desarrolladas (de seguridad) en ciertos modelos de la competencia que rondan precios similares, aunque a la larga me parece más práctico disponer de una buena funda, rígida y segura, pero de pequeño tamaño, que tener que andar siempre guardando y moviendo maletines o cajas más grandes y pesadas, como ya he comentado en alguna otra revisión.
Construcción y ergonomía
Con el auricular ya en nuestras manos podemos empezar a valorar su calidad constructiva. Se muestra sólido y pesado de entrada, como encontramos también en casi todos los modelos ortodinámicos de su sector, y también en los últimos dinámicos que hemos tenido ocasión de probar (con la excelente excepción del Audio Technica ADX5000, que es ligerísimo). Siempre me mostraré en contra de estos pesos que se acercan o superan el medio kilo, creo que a la larga generan cansancio en sesiones prolongadas de forma inevitable, por muy buena que sea su ergonomía. Al menos en este caso este peso viene justificado por el tamaño del driver, que en los ortodinámicos es siempre mayor, con todo lo que conlleva.
Los materiales son nobles: metal y madera, con algún pequeño remate plástico en las copas. La diadema está debidamente aligerada, con una estructura metálica de doble arco y un adaptador de piel con su correspondiente relleno, todo ello diseñado con buen criterio proporcional. Las copas son de madera en su parte externa, con tapa metálica en varias capas finamente diseñadas y ensambladas. La estética es contundente, y las uniones, en todos los casos metálicas y de alta rigidez, se muestran de buena calidad y durabilidad aparentes.
Las almohadillas son de piel natural, muy agradable al tacto y con buena flexibilidad al contacto con la piel. El tamaño es grande, aunque nada destacable respecto a lo acostumbrado. He notado que su adaptación, al menos en mi caso, no es perfecta. Quizá sea una cuestión de talla, pero al principio las almohadillas tenían cierta tendencia a abrirse en la parte inferior, impidiendo un buen sellado y un correcto apoyo. He tenido que realizar algún pequeño ajuste en la diadema que ha solucionado en parte el problema, pero ojo con aquellos que tengan una cabeza de talla grande. Esto quizá sea algo ya previsto por el propio diseño del auricular con alguna intención, ya que podemos observar que las almohadillas son más anchas en su parte inferior. Aún así, entiendo que no ha sido resuelto del todo acertadamente.
El cable es de buena calidad, y muy flexible. Esto me gusta, ya que se hace cómodo en el manejo. Pero al no disponer de dos cables, sino sólo de uno balanceado que debemos adaptar a SE, en la parte del conector siempre encontraremos algo de exceso de peso por el adaptador al usarlo en configuración no balanceada, o al balancearlo mediante el conector de 4 pins, que es lo más habitual actualmente en el mercado.
El resultado final es agradable. El auricular es cómodo de usar, se adapta bien a la cabeza y, a pesar del tema de mi problema inicial de adaptación personal, he podido disfrutarlo incluso en sesiones más o menos largas. La única limitación, como siempre, está en el peso. Ojalá dentro de unos años podamos disfrutar de estos auriculares de forma más ligera.
Sonido
Llegamos finalmente al apartado esencial. Como habrá quedado claro en el título de este artículo, el sonido de este modelo es de corte cálido. Esto es algo que he encontrado en cierta medida con agrado, ya que mi experiencia con marcas de auriculares de origen oriental ha sido bastante dispar, y en general he encontrado perfiles que tienden a tratar de forma diferente la curva frecuencial, con cierta preponderancia de un perfil en V, énfasis en las frecuencias altas y un pequeño valle o atenuación en la zona del medio-grave, tan importante para nuestra cultura sonora occidental. Estoy generalizando, lógicamente.
Estamos en esta ocasión, sin embargo, ante un sonido más cercano al estilo occidental cálido. Por dejar claro desde el principio a los aficionados el estilo general, hablamos de un auricular que se muestra tonalmente muy semejante al clásico hd650 de Sennheiser, con cierta preponderancia en la reproducción de las frecuencias medias-graves, que son las que cogen el protagonismo en todo momento. Siempre sonará corpóreo, por tanto. Y si, también notamos de forma inmediata esa suave atenuación de las frecuencias agudas o medio-altas que fue firma de la marca Sennheiser durante la segunda parte de los noventa y principios del milenio. Uno puede intercambiar ambos auriculares sin ningún problema de adaptación (lo he hecho a menudo), y escuchar los matices de ambos, que lógicamente son diferentes en muchos otros aspectos, empezando por la esperada diferencia en la capacidad técnica, ya que pertenecen a gamas diferentes.
La gama media del Peacock es también cálida y natural. Me ha gustado mucho el timbre de este auricular, ya que más allá de su curva frecuencial tendente a lo cálido se ha mostrado creíble en todo momento. De la misma manera que lo he comparado tonalmente con un hd650, también encuentro similitudes, esta vez también en el apartado técnico, con los modelos de la marca LCD. Hay cierta fisicidad en la gama media del Peacock que se acerca a la que podemos encontrar en un LCD-X, por ejemplo. Hay diferencias, lógicamente. La apuesta por el carácter cálido es más evidente en el Peacock, y también encontramos en él algo más de suavidad por arriba. El LCD-X nos da una gama media algo más incisiva, con un punto más alto de intensidad que el Peacock, pero de nuevo encontramos más similitudes que diferencias.
La zona grave es excelente en el Peacock, y seguramente será la frecuencia que más agrade y sorprenda al que tenga ocasión de disfrutarlos. Es un grave articulado, lleno de resolución y matices, menos corpóreo o denso que la gama media, con buena sujeción y con un toque refinado muy logrado. La calidez, por tanto, que encontramos en este modelo no se consigue a base de destacar las gamas bajas, sino en una atenuación de la zona media-alta y una presencia preponderante de la gama media y media-grave. De esta forma, el grave más profundo tiene una presencia muy agradable, nada dominante, pero bien definida y controlada. Se hace realmente disfrutable.
Podemos imaginar que por arriba la cosa no es tan brillante. Y de hecho es lo único que se podría mejorar. Hay buena resolución, y el agudo suena con refinamiento, sí, pero he echado en falta en ocasiones algo más de vida e intensidad en las frecuencias altas. No hay mucho que objetar en el aspecto resolutivo, ni en la separación o los diferentes registros del agudo, tan sólo en su intensidad. Es algo que también me ocurre en los modelos de la competencia citados anteriormente, por otra parte, aunque tal vez en una medida algo menor.
Otro aspecto importante y destacable de este modelo, el Peacock, es sin duda su buen trabajo a nivel de escena y separación instrumental. No estamos ante un referente del mercado en este aspecto, como podemos encontrar en los modelos clásicos de AKG o en los extraordinarios en este sentido hd800 de Sennheiser. Además, el perfil cálido y corpóreo suele siempre traducirse en una escena más bien contenida normalmente. Sin embargo, el Peacock es capaz de ofrecer una escena bastante amplia y una presentación bien aireada a pesar de su calidez. Es este un apartado en el que, junto a su buena articulación del grave, destaca claramente de su competencia. Especialmente ante los auriculares antes citados que tanto coinciden con él en perfil, como el hd650 o el Lcd-X. Muestra mejor separación y focalización, y más aire entre los instrumentos que ambos.
Todas estas cualidades hacen que, en conjunto, el Peacock se muestre siempre muy agradable en la escucha, independientemente del género musical o la calidad de grabación que escuchemos. Permite disfrutar de pop-rock sin problemas, incluso con grabaciones difíciles, y al mismo tiempo se puede degustar una buena pieza instrumental donde la escena es lo importante. Este perfil cálido, pero bien sujeto y sin excesos en los extremos, es realmente muy relajado en cuanto a cansancio auditivo, y además la presentación general suave y refinada no estresa a la manera que lo hacen auriculares con una alta dinámica.
De la misma manera que se muestra versátil con los estilos musicales, también lo es en lo referente a las combinaciones con diferentes equipos. La mayor parte del tiempo he disfrutado este auricular desde un Sugden Masterclash ha-4, un amplificador que ya de por si es de corte cálido, y que en algunas ocasiones he encontrado excesivamente relajado con otros modelos ortodinámicos. Sin embargo, en esta ocasión, he podido mover y disfrutar con plenitud los Peacock. También los he escuchado directamente desde un Benchmark DAC-1, más neutro e incisivo. En ambos casos el auricular impone implacablemente su carácter cálido y suave, y aunque lógicamente se saca más provecho de sus capacidades técnicas desde el Sugden, es perfectamente disfrutable en ambos equipos, tan diferentes entre sí.
También los he escuchado desde fuentes más sencillas, como ordenadores portátiles, iPads y algún móvil. No hay problema, se puede mover con relativa facilidad, y se deja aprovechar razonablemente desde cualquier de estas opciones.
Finalmente, lo probé en balanceado desde un Rudistor RPX-100. Sin duda estamos ante un amplificador de una gama superior, y realmente podemos comprobar todo lo que da de si el auricular. El aumento en nivel técnico, en escala de reproducción y en calidad tímbrica es notable. Impresiona siempre comprobar cómo crecen los buenos equipos al combinarse entre sí, y este caso no ha sido diferente. El Peacock coge más vida por arriba (lo que he echado en falta en alguna ocasión con el Sugden), amplía su apertura escénica y mejora su resolución. Es una verdadera delicia escucharlo en estas condiciones. Podemos entender, por tanto, la apuesta del fabricante a la hora de elegir la conexión balanceada como la que viene por defecto, aunque esté dedicada más a amplificadores portátiles que a estacionarios. Es difícil para mi imaginar que un equipo portátil, a pesar de trabajar en configuración balanceada, llegue a explotar el auricular al nivel que lo hace el Rudistor, pero seguro que sacará un gran rendimiento y logrará potenciar aspectos del mismo que sin duda son de agradecer.
Así que si, en conjunto se puede afirmar que es fácil de mover, como muchos de los auriculares de alta gama de última generación, y es algo de agradecer. Pero como es lógico podemos optar por combinarlo con un amplificador de altas prestaciones sin desaprovechar nada de la inversión. Esto es algo también natural en las gamas de las que estamos hablando.
Conclusión
Después de lo comentado la conclusión es bastante predecible. Me he encontrado con un auricular que, si bien no supone ninguna revolución en ningún apartado, muestra una solidez de conjunto notable, sin puntos débiles y obteniendo una buena puntuación en prácticamente todos los apartados desde los que podemos analizar un auricular.
De corte cálido en su perfil sonoro, no se muestra denso ni aburrido. Se mueve en un nivel técnico lógico y acorde a su sector de mercado, destacando en su excelente tratamiento del grave y en una escena bien articulada que hacen que su uso sea siempre apetecible y te permita olvidarte en parte de cuál es la combinación de que dispongas e incluso cuál es la calidad de la fuente y las grabaciones que uses. Siempre responde de forma agradable, natural y musical. Además, es un producto bien construido, con los accesorios necesarios y de una estética agradable. Sólo se podría mejorar un poco en ligereza.
Creo que se puede recomendar a todos aquellos a los que les guste el sonido cálido y con cuerpo, pero manteniendo dentro de ese perfil una buena credibilidad tímbrica y amplitud escénica. Si te gustan los modelos que he ido citando por comparación en el análisis, seguramente también deberías probar el Peacock de Sendy Audio. Supone una opción muy a tener en cuenta que seguramente sorprenderá de forma positiva.
Gracias de nuevo por haber llegado hasta aquí, espero que nos volvamos a ver pronto.
Sendy Audio Peacock – 1599€
EQUIPO UTILIZADO DURANTE LA PRUEBA
- Auriculares: Focal Elear, Sennheiser hd800, hd650 y hd540 Reference II, Grado Rs1, AKG K501, Philips Fidelio x2, Bose Qc35.
- Amplificación: Rudistor Rpx100, Sugden Masterclass HA-4, SPL Auditor, Benchmark DAC1 USB, Arcam A90, Marantz SR4001, toma de auriculares del Marantz NA7004, iPad 2, iPad mini 1.
- Fuentes: Benchmark DAC1 USB, Marantz NA7004, Primare cd31, Yamaha T-460, iPad mini 1.
CARCTERÍSTICAS TÉCNICAS
Especificaciones:
- TIPO DE AURICULAR Auriculares planomagnéticos abiertos
- TRANSDUCTORES Transductores planomagnéticos
- TAMAÑO DEL TRANSDUCTOR 88 mm (diámetro)
- RESPUESTA DE FRECUENCIA 20 Hz a 40.000 Hz
- SENSIBILIDAD 103 dB (±3 dB)
- IMPEDANCIA 50 ohmios ± 15%
- LONGITUD 2 metros ± 0,2 metros
- PESO 578 gramos
Contenido del paquete
- Auriculares planomagnéticos Sivga Sendy Peacock
- Cable de audio de 1,6 m
- Estuche de transporte para auriculares de cuero auténtico
- Bolsa de cáñamo
- Adaptador de conector hembra de 4.4 mm a conector macho de 6.35 mm
- Adaptador de conector hembra de 4.4 mm a conector macho mini XLR de 4 pines