Sonus Faber Minima Vintage

SONUS FABER MÍNIMA VINTAGE: “MENOS ES MÁS”

Voces aterciopeladas, sonido suave y elegante sin merma de los detalles necesarios, hacen de la Minima Vintage un delicado objeto de culto con el que podría convivir muchos años.

“Las esencias se disfrutan en frascos pequeños” y sobre esta premisa, me baso para afirmar que de un tiempo a esta parte mis esquemas en cuanto a lo que un determinado tamaño de caja puede representar en términos de planteamiento de una escena sonora amplia y coherente, han cambiado de una forma radical.

He sido poseedor convencido de cajas de llamemos tamaño considerable, y enfervorecido amante del sonido BBC de la mano de Spendor. Primero fueron unas s8e, cajas con las que aprendí que el sonido clásico inglés debía ser otra cosa diferente. Luego llegaron las SP1/2r, y aprendí que el caballo grande a veces anda, pero no todo lo que puede y para rematar la faena anglosajona, y a modo de película de hombres menguantes llegaron las 2/3r. Aquí ya la respuesta de la sala mejoró de forma sobresaliente. Pero todavía quedaba un aprendizaje más. Una señoritas italianas de los años noventa llamadas Minima Vintage, con sabor antiguo, a las que vamos a dedicar unas líneas.

No se engañen, y no le hagan caso al que les diga que su sala tiene problemas. Los problemas los tiene usted a la hora de elegir las cajas que mejor convivan con esta sala. De esta reflexión quedan fuera por supuesto las salas dedicadas y parametrizadas acústicamente.

Y ya entrando en la caja que nos ocupa no es necesario experimentar mucho para darse cuenta de que un monitor como las Minima Vintage es capaz de ofrecer tanto o más que una serie de cajas de mayor envergadura a nivel espacial, pero no sólo en términos cualitativos sino que incluso cuantitativos, si el tamaño de la sala fuera el adecuado.

Y también ya puestos a desmontar mitos, como les digo el del “caballo grande ande o no ande” sinceramente tengo la impresión de que ya no me va a valer nunca más en esto del audio.

Por la vista también se oye

Sé que es un tema muy manido, pero lo cierto es que el sonido también entra por la vista, y tener a estas dos bellezas delante tuya, lo cierto es que “me ponen”. . Los italianos ya se sabe para esto del diseño tienen un no sé qué, y por mucho que otros se empeñen en imitarles, su gusto estético y elegancia son únicos. La madera tan suave, el cuero negro, esos elegantes conectores señas de identidad de la casa son para mí, puntos a favor.

Estética sonora clásica

Entremos en detalle, la Sonus Faber Minima Vintage hace una presentación del sonido realmente convincente en la cual hemos de hacer especial énfasis en la zona media, donde las voces lucen con una naturalidad exquisita y donde la musicalidad queda bien determinada principalmente por la ausencia de “salidas de tono”; me explico, la música fluye de tal manera que no es necesario hablar ni de un agudo ni de un grave sino de música propiamente dicha.

Si tuviera que comparar este sonido con el sonido Spendor con el que he convivido muchos años diría que las Sonus Faber son más pasionales y que las inglesas son un poquito más discretas, de hecho sin querer destacar en nada consiguen su magia particular “a la inglesa”. Por contra las Sonus, consiguen esa magia a base de destacar y mucho en la zona media que siendo igual o más bonita que la de Spendor, la llevan de forma más socarrona a un estilo más dulce y aterciopelado.

Y ya entrando en materia, Con Anne Sophie Mutter y el SACD “Carmen-Fantasie”, el violín se nos presenta con una tímbrica en la que la madera suena a madera y la orquesta perfectamente distinguible en el espacio de la solista suena con una espacialidad y una fuerza capaz de mantener un equilibrio incesante entre el detalle y el empuje necesarios para acercarnos a una auténtica sensación de realismo. El grave (perdón dije que no iba a hablar de frecuencias), muy presente pero sin destacar más de lo necesario se funde con la música para crear esa sensación agradable y de suavidad hacia el oído tan característica de la marca.

Con JAZZ, La trompeta de Miles Davis en el clásico “Kind of blue” es precisa, tímbricamente creíble y todo lo demás pese a tratarse de una grabación antigua las Mínima lo hacen desaparecer de la caja y lo ubican espacialmente en su sitio, pudiendo con los ojos cerrados ubicar los instrumentos, el bajo, la batería, con una sensación nuevamente de realismo que para nada desmerece a cajas de mayor envergadura.

Viva Italia

Las Minima Vintage han estado conectadas a una electrónica en parte española compuesta por el integrado Ars Sonum Filarmonia SE y acompañadas por el lector de SACD Marantz SA-15S y con cables Kimber tanto para modulación (Hero) como para cajas ( 8TC).

En cuanto a la escena sonora, hemos de decir que esta se nos presenta tridimensional, siendo unas cajas que desaparecen a poco que subamos el volumen del equipo. Fundamentalmente no apreciamos un agudo sobresaliente, ni en brillantez ni en apertura, pero por el contrario la zona media nos vuelve a encandilar. Podríamos estar escuchando música largas horas.

Con el disco “Italian Love Cantantas” la voz de la soprano Silva Vajente resulta llena de cuerpo y con una enorme profundidad, muy real. Presiento que en música clásica esta podría llegar a ser mi caja definitiva. Con el volumen 29 de las Cantatas de Bach, bajo la batuta de Masaki Suzuki, las voces ganan presencia y cuerpo con las Mínima.; unas voces sedosas y agradables las del coro, perfectamente distinguibles y creíbles. Creo que los ingenieros han encontrado un punto muy interesante para procurar que no echemos de menos más resolución, y que por otro lado la música suene con la transparencia necesaria, sin llegar a cansar en ningún momento.

Curiosamente leo en algunas críticas que achacan a las Minima escasez de graves. Nada más lejos de la realidad; ¿qué realidad?; hombre la de la sala de pruebas, que en este caso agradece el control de graves exhibido.

He de reconocer que en ese aspecto el Filarmonia no es un compañero valvulero al uso, y que por lo tanto estas apreciaciones pudieran verse modificadas con otra electrónica. Eso sí, el control que este integrado ejerce sobre la música y su extrema corrección, me hacen estar tranquilo de mis sensaciones clave, contando con que las italianas probablemente tendrían un plus más de dulzura con otra compañía valvulera.

Por último ya dije antes que el extremo agudo pudiera parecer poco abierto para los amantes de los platillos y del agudo presente. Como ya les he indicado, las Mínima se mueven en el terreno de lo agradable, y no lo digo en tono peyorativo ni mucho menos, pero es cierto que a mi modo de ver ese pequeño recorte, unido a esa sensación de “música agradable”, hacen de estas cajas un producto menos apetecible para los amantes del rock o de músicas que requieren de otro ritmo y de otro pulso menos tranquilo que el ofrecido por las Minima.

Sepan que otro de los importantes aprendizajes de mi vida audiófila es el “misterio”, de que no por invertir más dinero se consigue mejor resultado, o dicho de otra manera, busquemos más sinergia por menos dinero. Búsquenle a las Minima una buena sinergía con la sala y la amplificación y las disfrutarán de lo lindo. No me atrevo a decir (lo aviso) que el Filarmonia fuera este compañero ideal.

Conclusión

En definitiva, nos encontramos ante una realización que conserva el sabor de lo antiguo en el mejor de los sentidos, aquella época en la que el audio se hacía con cariño (instrumento delicado, así reza el slogan de la caja que las transporta), y en la que las realizaciones como ésta, nacían para durar una eternidad tanto en su concepto sonoro como en su concepción física y de diseño. Alabemos lo pequeño, porque como decíamos al principio, las esencias se disfrutan mucho mejor en frascos pequeños y porque lo que hace grande a un sonido es el resultado de unas interacciones, que ni tienen que ver con una marca en concreto, ni con un presupuesto abultado. Ésa es la auténtica magia de la Alta Fidelidad.

Sonus Faber Minima Vintage – 1990€

Distribuye Sarte Audio Elite. www.sarte-audio.com Tel: 963510798

Equipo utilizado para la prueba