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Hace aproximadamente siete años que vengo colaborando –aunque sea de modo esporádico– con esta publicación, y durante todo este largo periodo de tiempo he tenido la posibilidad –y en algunos casos por qué no decirlo, el placer–, de tener acceso a una extensa lista de aparatos y complementos dedicados a la reproducción musical en su máxima expresión, la que al fin y al cabo es nuestra gran pasión.

Sin embargo, hasta la fecha, nunca le había dedicado ni una sola línea al fascinante tema de los cables. Ese campo a menudo tan sibilino y que no obstante, tiene a sus defensores más acérrimos por un lado, así como a los que desconfían de ellos por el otro.
En esta ocasión voy a presentarles el exquisito catálogo de Swisscables, una marca que ya de entrada nos sorprende por estar fabricada a mano con los más altos estándares de calidad en la propia Suiza –dato muy poco habitual en estos tiempos– y cuya gama de productos ofrece a parte de un diseño técnico verdaderamente innovador unos resultados sonoros con una relación precio-rendimiento simplemente insuperables.

Lógicamente y volviendo al tema inicial de los cables, no es dificil comprender que el hecho de que estos hayan sido tan a menudo utilizados como meros ecualizadores, con el fín de solucionar problemas causados por la falta de sinergia entre los diferentes componentes de nuestros sistemas de reproducción musical, no ha contribuido en absoluto –más bien todo lo contrario–, a reforzar su buena imagen. Me refiero claro está, al supuesto de tantos profesionales que conscientes –o no– de lo que ello suponía, intentaban corregir un timbre demasiado brillante y agresivo , “suavizandolo” con la sustitución de unos simples –y habitualmente de precio superior– cables, cuando en realidad lo correcto hubiera sido centrarnos en la búsqueda de una combinación entre los elementos en cuestión –ya sean fuente/amplificador o amplificador/cajas– más acertada. Hacer lo contrario significaría que únicamente estamos buscando la atenuación de cierto rango de frecuencias, es decir, exactamente lo opuesto a lo que realmente debería hacer un cable, y que no es otra cosa que ser lo más neutro e imparcial posible, y por ende tratar por igual todas y cada una de las frecuencias que lo atraviesan.

Imagino que con todo lo dicho anteriormente queda claro que quien escribe estas líneas “cree “ en la importancia –siempre racional– de los cables. De hecho estoy plenamente convencido de que un buen sistema sonará mejor siempre que esté debidamente cableado y a la altura del resto del mismo. Quede claro que hablo siempre desde mi propia experiencia. Y con ello valga pues como ejemplo mi última sorpresa que paso a detallar rápidamente. Así pues a pesar de que pienso que mi sistema principal está muy bien equilibrado, especialmente en el apartado analógico, no opinaba lo mismo en lo referente a su vertiente digital. Siempre tuve la sospecha de que había un eslabón débil en lo concerniente a la misma, así que como buen aficionado me propuse solucionar el problema. De modo que hace apenas unas semanas y tras comentar el tema con un profesional y fabricante de cables de muy alta gama, le remití la fuente de alimentación de mi streamer para que le diese su “toque” personal, cambiandole el cable umbilical que conecta dicha fuente con el aparato, así como la sustitución del cableado interno por uno más adecuado. El resultado fue simple y llanamente mejor de lo que a priori había imaginado. Un incremento de la resolución en todo el rango de frecuencias, especialmente en la parte alta y una mejora en la espacialidad haciendo que todo sonase con más aire, en definitiva más analógico aunque con la dinámica innata al digital.

 

Desde Suiza con Amor

Partiendo de la premisa que supone que toda interconexión es de por sí mala, la obsesión de todo fabricante será –o al menos debería ser– la busqueda del cable lo más transparente y neutro posible. Y digo esto porque aunque parezca extraño todavía existe quien opina que la misión de los cables es mejorar el sonido que transmiten.

Sus comienzos se remontan a varias décadas de experiencia en negocios y desarrollo de alta gama como fabricante de productos para otra firma de cables que operaba a nivel mundial en el mercado del alta fidelidad. Incluso gozando ya de un notable éxito, seguían estando convencidos de que la calidad del sonido podía mejorarse, aunque quien por aquel entonces era el propietario y responsable de la firma, no estaba en disposición de ir más allá.

Entendieron que tanto la investigación como el diseño y producción han de ser realizados en última instancia por la propia compañía ya que es el único modo en que se garantiza que el resultado final y definitivo es el deseado, al poder decidir cualquier aspecto referente a los mismos de forma libre y sin compromiso alguno. Así pués, es como en el año 2012 se fundará la empresa propia conocida hoy como Swisscables GmbH.

 

La primera edición de Swisscables se realizó en cooperación con Hartmut Roemer, quien influenció sustancialmente en la primera generación de los productos.

Anton Suter, Director General de Swisscables, decidió que aún debía seguir desarrollando la marca con el objetivo de llevarla más allá y de este modo alcanzar unos niveles de calidad que pudieran rivalizar con las actuales referencias en materia de cables. De modo que la nueva serie Reference Plus nos trajo finalmente dicha oportunidad. Anton Suter junto con su equipo, diseñó un tratamiento “especial” para el cable. Un método muy lento, por cuanto la producción de los mismos solo puede comenzar seis semanas después de este tratamiento, pero increíblemente efectivo.

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