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Giradiscos Technics SL-1210GME (“Master Edition”): “¿La apoteosis de una leyenda?” Pues sí… ¡incluso más!

Según la Real Academia Española, alias RAE, se entiende por apoteosis el “Ensalzamiento de una persona con grandes honores o alabanzas.” Por su parte, la Fundación BBVA define apoteosis como “Exaltación, o momento culminante [de alguien o algo]”. En su origen, apoteosis es una palabra griega que significa “contarse entre los dioses, divinizar, deificar”. Pues bien: los creadores del producto que analizamos en las líneas que siguen consideran que el término “apoteosis” le viene de perlas a la vista de sus cualidades.

No es habitual que los japoneses “sobreactúen”, entre otras cosas porque el perfeccionismo, el cuidado en los detalles por pequeños que sean, está incrustado en su ADN. Por lo tanto, nuestro invitado debe poseer argumentos de peso para merecer tanto entusiasmo, máxime si además tenemos en cuenta que ha sido pensado para formar parte de un ecosistema, el audio High End, donde la excepcionalidad es la norma. Y, en efecto, así es con el Technics SL-1210GME, un giradiscos que lleva hasta sus últimas consecuencias, mediante la estudiada y paciente adición de un extenso repertorio de elementos audiófilos, un concepto de producto -el mítico SL-1200- que vio la luz nada menos que en 1972 y que desde entonces se ha convertido en un auténtico icono del audio. Pero hay más, porque la experiencia única de la compañía fundada en el ya lejano 1965 ha permitido al SL-1210GME, con las dos últimas letras haciendo referencia a “Master Edition”, evolucionar desde la orientación inequívocamente “Pro/DJ” -con lo que ello implica en parámetros como el par de arranque, la robustez y la fiabilidad- de sus generaciones más recientes -porque inicialmente estaba destinado a los audiófilos… sucedió que los DJ’s de Nueva York se enamoraron de él y hubo un cambio de rumbo- hasta una logradísima realización en la que tal filosofía se fusiona elegantemente con el purismo en audio más clásico. Todo ello, por supuesto, manteniendo la singularidad de una tecnología en la que la firma de Osaka fue pionera -la Tracción Directa o “Direct Drive”- y que con el paso de las décadas ha experimentado tales mejoras que ahora mismo incluso los defensores acérrimos de su “enemiga íntima”, la Tracción por Correa o “Belt Drive”, celebran por todo lo alto.

Destinado, en palabras de sus creadores, a los “Audiófilos analógicos”

A los profanos en la materia me gustaría decirles antes que nada que, a diferencia de la tracción por correa, la tracción directa gira el motor a baja velocidad y excita el plato directamente. Este concepto ofrece grandes ventajas, como por ejemplo la total ausencia de degradación de la relación señal/ruido debida a la vibración del motor y los mecanismos de deceleración, ofreciendo además una elevada fiabilidad durante un largo período de tiempo puesto que no requiere la sustitución de ninguna pieza. Los “japos” no suelen exagerar, y mucho menos mentir, sobre todo cuando de refinamiento técnico se trata, pero, claro, cuando en 1972 la jovencísima Technics lanzó al mercado su primer modelo basado en el sistema mencionado fueron legión los detractores de la misma -sobre todo en Occidente- como consecuencia del riesgo que comportaban las bobinas situadas justo debajo del plato, en el bloque de tracción, para que la cápsula fonocaptora realizara su trabajo sin interferencias externas. Mucho ha llovido desde entonces y las mejoras, en línea con la mejor tradición nipona, no han cesado de llegar a la “Direct Drive” o “DD”, tanto a nivel de ingeniería pura y dura como de materiales.

El mero hecho de que en 2018 se presentara por todo lo alto el SL-1000R, un elitista giradiscos -no en vano está integrado en una gama denominada “Reference Class”- que llevaba a su máxima expresión, amén de espectacularmente puesta al día, la “DD” habla alto y claro sobre lo convencida que siempre ha estado Technics sobre sus bondades. Pude ver y escuchar esa maravilla de la tecnología aquí en nuestro país, y además de la mano de Tetsuya [Tony] Itani, el carismático “Technical Expert” de la “Technics Brand Business Promotion Division”, y les aseguro que la calidad, flexibilidad y belleza visual extremas de este lector de vinilos impresiona. No está al alcance de todos los bolsillos, cierto, pero si echamos un vistazo a lo que se pide por los modelos más onerosos que ahora mismo son moneda común en los certámenes especializados más prestigiosos, casi se podría definir como “democrático” teniendo en cuenta su condición de referencia absoluta. En paralelo, también en 2018 analicé el que en aquel entonces era uno de los miembros más innovadores de la denominada “Serie 1200”, el SL-1200GR, por cuanto quienes lo pusieron a punto lo presentaron como una aproximación audiófila de un giradiscos que ya gozaba del status de mito entre los DJ’s más influyentes del mundo. Con Technics ya plenamente “resucitada” -durante unos años estuvo bajo el paraguas de su matriz, Panasonic Corporation- como marca especializada en audio de altos vuelos, tenía toda la lógica del mundo aprovechar el “glamur” y la ampliamente contrastada ingeniería del modelo más celebrado de su historia para reimaginarlo en clave audiófila. Y así llegamos al SL-1210GME, protagonista del presente banco de pruebas, que me atrevería a definir como una bella hibridación del “cuerpo” del SL-1200 y el “espíritu” del SL-1000R.

SL-1210GME: una maravilla de la técnica que se hace querer de inmediato

Como de costumbre, en la ficha técnica que figura al final del artículo reseño los datos técnicos más relevantes de nuestro invitado, aunque ya les adelanto que nada como experimentarlo en directo ya que, al contrario que sucede con otros productos, la ficha en cuestión sólo permite intuir una parte muy pequeña del potencial del producto. Por otro lado, y contrariamente a lo que suelo hacer en mis análisis de producto, he optado por minimizar la parte dedicada a comentar su tecnología por la simple razón de que se explica con un buen nivel de detalle, siendo además la traducción muy decente, en el sitio web de Technics –https://www.technics.com/es/productos/grand-class/sl1200g-series/sl-1210gme.html#getinspired– aunque, por supuesto, sí me gustaría reseñar los elementos de ingeniería más significativos.

De entrada, hay que decir que de nuestro invitado se han fabricado 1.210 unidades para todo el mundo, existiendo igualmente -¡cómo no!- una versión con acabado en plata, de nombre SL-1200GME, de la que se han fabricado 1.200 unidades también para todo el mundo. A efectos “cosméticos”, de la exclusividad inherente a la condición “Master Edition” de ambos modelos da fe la inscripción en una pequeña placa rectangular que hay justo debajo de su inconfundible potenciómetro deslizante de ajuste fino de velocidad y en la que encontramos la inscripción “Master Edition” acompañada del correspondiente número de serie, “K0000” en el caso de la unidad evaluada. Permítanme ahora que haga un paréntesis en la teoría para concentrarme en el ámbito práctico, concretamente en la denominada -y al parecer muy importante para las nuevas generaciones de aficionados- “Unboxing Experience” puesto que me enviaron el producto a casa. No se puede negar que el SL-1210GME impresiona desde el primer momento porque con su embalaje debe pesar unos 22 kilos, con 18 de ellos para el producto. Y si, está claro que el fabricante entiende que un producto cojonudo debe presentarse en un envoltorio cojonudo, aunque en este caso tal cualidad lo es “o sí o sí” dadas las particulares características de nuestro invitado. Dicho esto, hay que reconocer que en Technics se han empleado a fondo para que la experiencia de marras lo sea con mayúsculas, estando todos los componentes colocados en compartimentos/cajas, según proceda, perfectamente organizados. Tanto, que vale la pena tomarse con calma el proceso hasta tener todo fuera de la caja principal y empezar a montar el conjunto en su orden lógico: plato, esterilla del plato, contrapeso y su tope, y, finalmente, cápsula fonocaptora seguida del cable de conexión a la electrónica de tratamiento de señal, en mi caso un preamplificador Sony TA-ER1 equipado con una espléndida sección de fono. En este sentido, me permito apuntar que, aun siendo un detalle hacia el comprador por parte de Technics, regalar una cápsula de 39 euros -concretamente una dignísima Audio-Technica AT-VM95C, de tipo MM- con un giradiscos de 5.499 euros es un poco surrealista porque su manifiesta intencionalidad audiófila -y además con aura de exclusividad incluida- sugiere dejar al usuario una libertad de elección total al respecto. Ya se sabe que, para gustos colores, pero para un producto de este calibre lo correcto sería empezar, ya que estamos con marcas japonesas, con el modelo “top” de la gama OC9 de la mencionada Audio-Technica, es decir la sensacional -tanto en prestaciones absolutas como en relación calidad/precio- AT-OC9XSH.

Volviendo al producto en sí, hay que rendirse ante una calidad de fabricación mecánica y electrónica que merece el calificativo de superlativa sin paliativos, como por otro lado es lo que esperamos de una realización de su clase, origen -aunque ensamblado en Malasia- y precio. Sin ir más lejos, impacta la ejecución del plato con sus tres capas: de arriba abajo, latón, aluminio y goma fonoabsorbente, composición obviamente dictada por la búsqueda de la máxima neutralidad y que es minuciosamente equilibrada en fábrica actuando sobre ajustes visibles situados en la cara interior. Una configuración que, según Technics, permite disponer del doble de masa inercial que el reputado SL-1200MK5 y habla alto y claro sobre los enormes progresos realizados por la firma nipona en cada uno de los bloques funcionales de sus giradiscos “DD”. Observen los cuatro orificios correspondientes al eje de giro principal y los tres secundarios con el fin de asegurar un arranque y un frenado prácticamente instantáneos sin que se produzcan derivas de velocidad, sea esta última la estándar o la que nosotros definamos en cada momento. De acuerdo, se trata de una funcionalidad muy “DJ”, pero experimentar con ella a sabiendas de que no es un añadido “caro” sino una cualidad inherente al principio que rige la Tracción Directa siempre tiene su encanto… todo lo contrario que en uno con Tracción por Correa, donde una vez ajustada la velocidad de rotación perfecta lo mejor es no tocarla hasta que la correa se destense por un motivo u otro.

Lo que acabo de decir nos conduce al protagonista estelar del SL-12010GME: la ingeniería de su “DD” de última generación, materializada en varios subsistemas mecánicos, eléctricos y electrónicos avanzados. Subsistemas todos ellos sobre los que las fotografías adjuntas del interior del aparato que acompañan el presente análisis y los cortes esquemáticos que figuran en la página web que antes les he reseñado hablan alto y claro. Así, tenemos en primer lugar un motor de corriente continua sin núcleo con doble motor que asegura a partes iguales un elevado par de arranque y una rotación suave, al tiempo que la base en la que se montan las bobinas utiliza el mismo esquema de refuerzos que en el antes citado modelo SL-1000R para incrementar la rigidez global. Evidentemente, una mecánica tan precisa que además está en movimiento sólo puede rendir al 100% si está gobernada por una electrónica en consonancia, en este caso una versión mejorada de la efectiva “Delta Sigma Drive” de Technics, basada en procesado de señal PWM y que, al expandir la frecuencia de la onda portadora de la misma desde unos 2 kHz hasta más de 20 kHz, permite, apoyada por una fuente de alimentación conmutada multietapa ultrasilenciosa, reducir el ruido audible y suprimir potenciales microvibraciones. Menos “pijo”, aunque no por ello menos elaborado, es otro elemento clave de nuestro invitado: el brazo de lectura, de tipo “S”, con tubo de magnesio dorado, suspensión cardánica y portacápsulas desmontable -una solución “no 100% purista” pero muy práctica- para que el usuario pueda cambiar rápidamente de cápsula fonocaptora y experimentar de este modo con un vasto espectro de estéticas sonoras.

Del SL-1200GME hay que destacar asimismo el increíble grado de elaboración de la estructura de su cuerpo principal, formada por un total de cuatro capas dispuestas de tal modo que se maximicen tanto la rigidez como la sensación visual y táctil de calidad. En concreto, lo que se ha hecho es añadir un panel superior de aluminio de 10 mm de grosor a la construcción de tres capas empleada en el SL-1200MK5 formada por aluminio fundido a presión, BMC (un material polimérico compuesto que consiste básicamente en una resina termoestable, cargas minerales y un refuerzo de fibra de vidrio) y goma pesada. Con el fin de incrementar aún más el nivel de aislamiento mecanoacústico, el conjunto descansa sobre pies aislantes de aleación de zinc equipados con αGEL, un avanzado material que aporta un elevado amortiguamiento frente a las vibraciones al tiempo que minimiza fenómenos de realimentación nocivos como el Efectos Larsen. Termino mi relativamente somera -a la vista de la cantidad y calidad de la información suministrada por el fabricante- de nuestro invitado apuntando un aspecto del mismo que personalmente respeto en las empresas niponas porque he visto de primera mano que creen ello: la componente “eco”, plasmada en el uso de materiales respetuosos con el medio ambiente allí donde sea posible y sin sacrificar calidad.

Un sonido maravilloso si se elige la cápsula con cariño

No nos engañemos: el SL-1210GME es una fuente analógica indiscutiblemente High End por muchas reminiscencias “DJ” que pueda tener a cuenta del estroboscopio -ultrapreciso, por cierto- “incrustado” en su plato, la lámpara que lo complementa y el potenciómetro deslizante para “jugar” con la velocidad de giro sobre la marca. Todo ello sin olvidar un par de arranque que le permite llegar a 33 rpm en menos de 1 segundo (0’7 segundos según el fabricante; yo no tenía “artillería” para medirla). Para escucharlo, lo coloqué sobre una base aislante zaZen II de la canadiense IsoAcoustics, conectándolo a un preamplificador con fuente de alimentación separada TA-ER1 de Sony. En cuanto a la cápsula, me lo estuve pensando bastante y decidí montar mi venerable -me la regaló mi padre en 1987- y venerada, por su musicalidad sublime, Shure V-15 Type V-MR, mucho más económica de lo que, como comentaba en líneas anteriores, en principio correspondería a un giradiscos de 5.499 euros, pero fantástica a todos los niveles y con el interesantísimo añadido de la plantilla de montaje con establecimiento de los puntos -dos- con error de lectura mínimo suministrada de serie. En cuanto al cable utilizado para la unión al Sony, he de reconocer que el suministrado de serie -con uno, muy sencillo, de masa separado- es correcto, aunque por debajo del nivel del Technics, por lo que opté por utilizar un Transparent Reference.

Escuché una generosa selección de mis vinilos predilectos, algunos de ellos reediciones de grandes clásicos del rock y el jazz firmadas por la estadounidense MFSL/MoFi, en mi opinión las únicas que aportan mejoras claras a las ediciones originales. ¡Sin olvidar los alucinantes títulos de los Beatles que pillé en Madrid mientras hacía la “mili” en Segovia… palabras mayores! También piezas de música clásica, en este caso tanto ediciones nuevas publicadas por sellos como Sony como algunos títulos emblemáticos de esa técnica de grabación tan purista como radical y de corta duración comercial que era la denominada “Grabación Directa”. Finalizados los preliminares, diré como primera impresión que el Technics se entiende muy bien con cualquier género musical, reproduciendo con respeto y autoridad una amplísima paleta de matices tonales, y, en menor medida, espaciales. Es en este sentido nuestro invitado un producto con una poderosa componente analítica, como bien se encargan de demostrar los excelentes álbumes “analógicos” de los Dire Straits editados por MFSL. Pero también con un sentido de la introspección que sincroniza de inmediato con trabajos tan reflexivos y “nocturnos” como el inmortal “Kind of Blue” de Miles Davis. La capacidad de discriminación, “fácil” en formaciones de pequeña envergadura, se traslada sin esfuerzo a la reproducción de piezas tan monumentales como la versión de la 9ª Sinfonía de Beethoven dirigida por Herbert Von Karajan y editada por DG a mediados de los 70’. A modo de apunte crítico, echo en falta un poco más opulencia en términos de profundidad de la escena sonora con algunos registros, carencia que, insisto, puede compensarse, o como mínimo, corregirse, probando con varias cápsulas fonocaptoras. También recomiendo utilizar un prensador de calidad, máxime teniendo en cuenta que el Technics permite reajustar de inmediato cualquier posible variación de velocidad. En cualquier caso, la precisión tonal del SL-1210GME está a la altura de sus credenciales.

Para finalizar

¿Se imaginan lo que costaría el móvil de más alto nivel Apple o de Samsung actualmente disponible si se hubiese tenido que diseñar partiendo de cero? Una verdadera fortuna. Pues lo mismo vale para el SL-1210G Master Edition si no contara con el “background” forjado por la ilustre estirpe “1200” a través de un viaje de más de medio siglo. Esto significa que estamos ante una máquina extremadamente depurada en términos de ingeniería, léase diseño de base, circuitos, componentes electrónicos y mecánicos, y, por supuesto, calidad de fabricación. Una máquina que además resulta de lo más atractivo a nivel físico y que suena -insisto: la elección de la cápsula es crítica- divinamente. En definitiva, una ejemplar y respetuosa -y, sí, apoteósica en lo que a tecnología “DD” se refiere- “declinación audiófila” de una leyenda del audio analógico.

Ficha Técnica

  • Configuración: giradiscos de edición limitada con cápsula fonocaptora de imán móvil (MM) suministrada de serie.
  • Sistema de tracción: directa (“Direct Drive”) delta-sigma con alto par de arranque (3’3 kg/cm) exclusiva de Technics.
  • Plato: construcción en 3 capas (latón, aluminio fundido a presión y goma fonoabsorbente) con estroboscopio incorporado.
  • Brazo: en “S” exclusivo de Technics construido en magnesio y con portacápsulas desmontable.
  • Longitud efectiva del brazo: 228’6 mm (9”).
  • Velocidades de giro: 331/3, 45 y 78 -en realidad 78’26- rpm.
  • Rango de ajuste de la altura del brazo: 0-6 mm.
  • Rango de ajuste de la fuerza de apoyo de la cápsula: 0-4 g.
  • Error de seguimiento del surco: máximo de 2º 32’.
  • Dimensiones: 453x173x372 mm (An x Al x P).
  • Peso: 18 kg.
  • Precio de venta al público recomendado: 5.499 euros.
  • Importador: www.technics.com.

 

 

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