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Sistemas de toma de tierra y filtrado Telos GNR y QNR

Una buena conexión 

Desde hace 15 años esta empresa taiwanesa y su director Jeff Lin han perseguido mejorar el sonido de los equipos de música, a base de usar los mejores diseños y materiales en la parte en la que se han especializado: la alimentación eléctrica y las conexiones a tierra de los aparatos del sistema. En su página web podemos revisar algunos productos, dedicados a las tomas de tierra o “grounding” en inglés, o la fase (tienen un filtro activo para toma USB de ordenadores), además de algunos más esotéricos para el magnetismo, rodaje de componentes, fusibles, terminales para conectores sin uso… etcétera. Nos centraremos aquí en dos productos que tratan la alimentación de nuestro equipo: el GNR (por “Grounding Noise Reducer” o reductor del ruido de la toma de tierra) y el QNR (por “Quantum Noise Resonator” o resonador cuántico de ruidos). Veamos primero qué son y cómo trabajan.

Teoría

El Telos QNR “Quantum Noise Resonator” pese a su nombre digamos esotérico viene a ser un filtro para la corriente de alimentación. Es una compacta cajita (de un palmo cuadrado aproximadamente) con solamente la conexión a la red, y una cubierta translúcida que permite ver el circuito y, cuando se conecta, unos LED verdes y uno azul parpadeantes que indican que está en marcha, haciendo su función. Es un filtro “paralelo”, es decir, que se enchufará a la misma línea de corriente donde tenemos el equipo, para su mejor efecto, pero que no se intercala en ninguna conexión. Así, de entrada, podemos estar seguros de que no tendrá ningún efecto limitador sobre nuestros amplificadores, que suele ser la primera y más habitual consecuencia negativa de otros filtros que sí se intercalan y, además de eliminar posibles ruidos de la línea, pueden quitarnos dinámica.

Jeff Lin lleva tiempo experimentando con circuitos que realizan esta función: básicamente, detecta ruidos y picos en la línea de alimentación, sobre todo por encima de 1 kHz, y los elimina. Cuenta con diferentes filtros pasivos pero también un chip activo que detecta la distorsión en la línea y genera una señal sincronizada que compensa la distorsión en fase inversa, para dejar la onda de alimentación lo más pura posible. Es ya su versión “tres punto uno” y destacan el uso de componentes estrechamente seleccionados, lo que aumenta el coste al desechar aquellos que no cumplen. El resultado, dicen, es que el sistema reduce su nivel de ruido básico mejorando la claridad del sonido, resultando éste más suave.

 

Pasemos al Telos GNR “Grounding Noise Reducer”: es un componente de mayor tamaño (39 centímetros de ancho) más complejo y sí incluye conexiones además de la toma de alimentación. Tiene seis tomas traseras, tres a cada lado, usando conectores WBT 0703 NextGen de altavoces, donde conectaremos los cables que unan el aparato Telos con los chasis de cada componente del equipo. Para eso recomiendan usar los de un lado para aparatos analógicos y el otro para los digitales: la tapa translúcida deja ver dos circuitos simétricos, dedicados cada uno a las tres conexiones de su lado, además de un circuito central que como ahora veremos es el “procesador”. Cada placa lateral es en realidad un filtro como el QNR, con sus lucecitas LED en círculo, entiendo que dedicado cada uno a compensar las conexiones de su lado, y digo “entiendo” porque aunque Telos da algunas explicaciones sobre sus sistemas… dejan mucho por explicar. La parte trasera alberga filtros para cada conexión de tierra (con una visible bobina como elemento más llamativo).

La placa central contiene la CPU que monitoriza el voltaje detectado en cada terminal de tierra (conectado con los chasis de los aparatos del equipo) y lo compara con su tierra (conexión a la red de alimentación) y al polo neutro de ésta. Pero la tierra de las instalaciones domésticas está, en el mejor de los casos, preparada para cuestiones de seguridad: hace saltar el automático si algo falla para evitar electrocutarnos, o protege en caso de tormenta eléctrica. Pero nada de eso es óptimo para el sonido del equipo y por ahí se meten ruidos. Tampoco el neutro de una instalación doméstica es lo que debería: hay fugas y según qué haya conectado a la instalación (neveras, motores de secadores o calefactores, alimentadores de baja calidad…) meten ruido por esa línea desde la “viva”.

Al conectar los chasis de diferentes aparatos a los terminales, de entrada conseguimos una toma de tierra “pasiva” estable: evitaremos que circulen corrientes por los cables que los conectan. Para eso es importante usar cables mejores conductores que los de audio, y asegurar la conexión a ese chasis: si no tiene toma de tierra dedicada, habrá que buscar un tornillo fuerte para ello o incluso instalar uno. Así funcionan otras “cajas de grounding” pasivas (hay unas cuantas), usando metales preciosos para allanar el camino a esas corrientes. Conviene usar cables de calidad y equivalentes, por eso Telos vende unos propios (hasta niveles esotéricos).

Este Telos va un paso más allá de la conexión pasiva de chasis: monitoriza las diferencias de potencial, y la línea neutra, y ofrece un voltaje de referencia que se corrige con precisión de forma activa. Telos lo asimila a usar un reloj de precisión en un reproductor digital, pero en realidad es más importante que eso porque, si funciona, asegura que cada aparato y cada circuito funcionará de forma óptima, sin ruido en la alimentación y sobre todo sin ruido en la tierra, siendo ésta realmente estable. En cualquier conexión RCA, por ejemplo, si el chasis (la masa del conector) fluctúa, la señal (en la punta) se distorsiona. De hecho, según Telos usar su GNR es equivalente a usar una línea de alimentación dedicada para el equipo, aislada incluso de la del resto de la casa.

Práctica 

Confieso que me tomé esta prueba con cierto excepticismo ya que no soy amigo de probar cables o sistemas de este tipo. Cuando los he probado y el nivel es alto las ventajas se hacen patentes, pero en “mi” equipo me incomoda pensar que podría invertir más en “accesorios” que en “componentes”… aunque el resultado fuera mejor (manía personal quizás). Pero por otro lado, lógicamente tenía interés en saber cuánto (y cómo) podrían mejorar mis equipos los Telos, que tampoco tienen precios desorbitados y además sus versiones “mini” son razonables.

Empecé probando en el salón, con peor acústica pero mejor instalación eléctrica: una tierra comprobada y una línea dedicada desde la caja principal. Primero le tocó al pequeño QNR, y recordemos que la ventaja de este “filtro” es que no se intercala en ninguna conexión. Se conecta como un aparato más a la regleta principal del equipo, y así lo hice. Recomiendan que esté “centrado” y así procedí: conexión central de la regleta y ubicado más o menos equidistante de fuentes y amplificador. En este equipo, pese al amplificador de válvulas, no tengo prácticamente ruido de fondo (los Ars Sonum son particularmente silenciosos): con el volumen a fondo hay que acercarse a menos de un palmo de los altavoces para apreciar algo. Con el QNR metido, no aprecié ningún cambio en este sentido (ni a mejor ni a peor) y desconectándolo ocasionalmente siempre fue lo mismo. 

Pero no puedo decir que al conectarlo no aprecié ningún cambio en el sonido, al contrario. De entrada hay un cierto efecto de mayor limpieza o claridad, que recuerdo haber notado con algún filtro también “paralelo” (los QRT de Nordost que deben ir varios). Pero sobre todo me llamó la atención otro efecto: la música estaba más “ordenada”, la escena era más precisa, incluso ganaba profundidad. Las palabras de una vocalista eran más inteligibles, las notas de un instrumento más precisas… La música parecía más “fresca”, y cuando desconectaba el Telos daba la sensación de que aparecía un velo gris que antes no apreciaba. Cada vez que probé “sin”, la música me parecía aburrida, pasaba temas y estaba deseando volver a conectarlo para comprobar si era eso. Y sí, era eso.

Todo eso me recuerda a un efecto que ya he apreciado antes: cuando en un sistema mejoras la fuente digital, y me refiero al transporte (ya sea óptico o reproductor en red). Habrá quien diga que “son unos y ceros” pero posiblemente nunca ha hecho esta prueba en mínimas condiciones, porque está claro que algo ocurre con esa información digital. Algunas fuentes son claramente mejores, y se nota mucho en ese “orden” y precisión superiores. El equipo del sótano, con diferente fuente, amplificador y cajas, me dio exactamente el mismo resultado: con el QNR conectado tenemos un mayor orden y una ganancia en profundidad de la escena aún más apreciable gracias a la mejor acústica en este caso. 

Le tocaba el turno a la estrella de la prueba: el Telos GNR o “Grounding Noise Reducer” como ya indiqué incluye dos filtros como el QNR en su interior, de forma que por ahí ya sabemos qué esperar, pero añade una conexión para las masas y un “control” de éstas. Para conectar los chasis de los aparatos a los bornes traseros del GNR, Telos vende cables pensados para eso: por un lado tienen el conector previsto del aparato (RCA, HDMI etcétera) pero solo se conecta su “masa” que por el otro lado del cable va a un borne tipo altavoz, para el Telos. Como Audio Elite, importador del Telos, me prestó unos cables mucho más gordos pero “borne a borne” me preparé unos yo mismo RCA-borne a base de algún retal de cable viejo o sin uso. Conecté todo, medí con mi voltímetro (preciso hasta 1mV) para comprobar que efectivamente tenía cada chasis conectado al Telos y… no aprecié ningún cambio en el sonido, o era tan sutil que pasaba desapercibido.

Me tocó, pues, desmontar esos cables y montar los Telos, de mucha mayor sección y mejores calidades, pero debo decir muy rígidos e incómodos de posicionar. Además para conectarlos hay que buscar tornillos fuertes o conexiones sólidas en cada chasis, más complicado por la rigidez de los cables y el tamaño de sus conectores… Una vez superada la prueba, la comprobación con el téster dio el mismo resultado: todo conectado al milivoltio. ¿Harían algo diferente estos cables si no podía medir la diferencia? 

Pues sí. O la diferencia está por debajo de lo que yo pude medir, o es un tema “dinámico” (no de diferencias de potencial estático). O, como sospecho, es importante que las conexiones de masa sean de mayor calidad (menor impedancia) que las de línea para que de verdad las corrientes parásitas se evacúen por ahí y no se repartan con las conexiones de los cables entre aparatos. Pero ahora sí se notaba la presencia del Telos GNR en el equipo. Donde más lo noté fue en el salón, no sé si porque allí el GNR tiene una tierra que usar como referencia, o porque las cajas (monitores cerrados Merlin TSM) no van sobradas de “cuerpo”. Porque ésa fue la mayor diferencia apreciable: más cuerpo, como si las cajas tuvieran unos litros más de volumen. No daban más grave en el sentido de mayor pegada, sino notas más naturales, más redondas, más presentes. Me recordó al cambio de sonido de estas cajas cuando pasé del Filarmonía (una pareja de EL34 por canal y 30 W) al Gran Filarmonía (dos parejas y 60 W), es decir que un piano sonaba más grande, un contrabajo más natural y lleno, una voz con más carne en los huesos.

Conclusión

Igual que para optimizar la acústica de una sala primero hay que tener el equipo bien colocado y usar materiales “pasivos”, antes de intentar otra cosa (como ecualizar), la instalación eléctrica del sistema tiene que estar lo mejor posible: a poder ser con línea dedicada, buena tierra y buenas conexiones. Pero sobre esta buena base, Telos nos ofrece aparatos capaces de ir más allá, gracias su filtrado paralelo y por tanto extento de limitaciones de corriente, y también gracias a su control de las tierras. El Telos QNR no es de precio desorbitado y ha sido el descubrimiento.

Además existe otro modelo GNR Mini, con dos tomas (un circuito) y sin el “filtro”, que pueden formar una pareja muy interesante. El QNR es muy fácil de probar en un equipo para decidir si merece la pena y se queda o no, y luego podríamos probar con ese GNR Mini… El PVP del Telos GNR se dispara, aunque la oferta que ahora ofrece el distribuidor puede resultar una buena oportunidad, pues en teoría equivale a dos QNR y otros tantos GNR Mini.

Los “pequeños” conviene probarlos seguro: recomendados.

Puntos destacados

+ Filtrado paralelo sin limitación de corriente

+ Eficaz y fácil de probar el QNR

+ Completo (filtro más tierras) el GNR

– Necesidad de conectar cables extra de los aparatos al GNR

– Cables “buenos” demasiado rígidos y caros

PVP: 1.795 euros (QNR), 7.800 euros (GNR) en oferta por 5.850 euros.

Distribuye Audio Elite

FICHA TÉCNICA

QNR (“Quantum Noise Resonator”) filtro paralelo para la red de 220V AC, elimina de forma activa ruidos y distorsión en la red eléctrica sin limitar la corriente que llega al sistema. Conexión IEC. Medidas: 18 x 13.5 x 4 cm,peso 1.8 kg.

GNR (“Grounding Noise Reducer”) incluye dos circuitos con sendos filtros QNR internos, más 3 tomas de tierra por circuito (total 6) con reductor del ruido de la toma de tierra. Conexiones WBT nextgen WBT-0703 de cobre. Alimentación por IEC. Medidas: 39 x 24 x 6 cm, peso 7.5kg.

EQUIPO UTILIZADO PARA LA PRUEBA

Amplificación

  • Ars Sonum Gran Filarmonía (integrado válvulas)
  • Hypex Nc400 (etapas mono)

Fuentes

  • Elac-Alchemy DDP2 (previo, Dac y streamer)
  • Meridian 507 (reproductor CD)

Cableado

  • Nordost, Kimber, Telos

 

 

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