Ultimate Sessions 2014 (Hotel Renaissance, Barcelona)
Dos equipos al máximo nivel
Empieza a ser una tradición que tengamos cada otoño una exhibición de equipos de muy alto nivel en Barcelona, gracias al potente importador Ultimate Audio, de origen portugués, y sus distribuidores en España (en particular destacar el esfuerzo de Audio Elite de la zona centro, y QlaseA de Sevilla, ambos presentes). El último fin de semana de octubre pudimos disfrutar de dos conjuntos extraordinarios en el pleno centro de la Ciudad Condal, en el Hotel Renaissance concretamente. Además de los equipos de Ultimate Audio, estuvo allí también nuestro compañero David Mallén, o sea Kleifri Records, con una nutrida exposición de vinilos y discos digitales (por cierto entre ellos encontré una joya que buscaba hacía tiempo, dos conciertos interpretados por Christian Ferras al violín).
Los expositores sólo montaron dos salas, pero mostraban a la perfección dos posibles facetas de cómo entender un equipo de sonido de máximo nivel, o por lo menos reflejaban muy bien como yo mismo entiendo que es la máxima expresión de esta, nuestra afición. Por un lado, en una sala de relativamente compactas dimensiones, lucían sus virtudes las cajas YG Acoustics Sonja 1.2, cuyo sonido de alguna manera podríamos asemejarlo al de unos compactos monitores, todo precisión y nitidez, pero elevado a la máxima expresión, o como alguien a quien comenté esta idea me dejó caer, “sí, como unos monitores, pero a lo bestia”. Por otra parte, en una sala mayor aunque tampoco enorme (unos 50 metros cuadrados), los que ponían la música era una pareja de Marten Coltrane 2 cuyo sonido era bien diferente, mucho más abierto y aireado, con un grave más pesado también, más espectaculares en suma. Hay quien le gusta más un tipo de rendición que la otra, yo creo que las dos tienen sus ventajas e inconvenientes, y yo mismo tengo dos equipos montados en casa y suelo buscar también ese tipo de equilibrio en los dos. Uno más preciso que suelo usar más para el análisis de productos, y otro más espectacular, que me suele servir para disfrutar de la música sin tanto análisis. Pero podría ser viceversa… ¡es cuestión de gustos!
Las salas y su tratamiento
No nos adelantemos y empecemos por el principio: la clave para que el resultado final sea satisfactorio y las jornadas no se conviertan en una mera exposición de aparatos sino que de verdad éstos “suenen”, es la acústica de las salas. Los salones de hotel suelen tener un tratamiento acústico mínimo, más allá de un suelo enmoquetado, alguna vez tienes un techo algo tratado y poco más. Para estas Sessions la gente de Ultimate contó con la colaboración de Ferrán Navarro (FN Acoustic Works), que hizo una selección previa de las salas días antes para ir preparado, y estuvo trabajando el jueves y viernes en optimizar y luego mejorar las salas en función de como iban sonando. Yo aproveché y pasé por allí el día de montaje (jueves noche), para ser testigo del proceso completo de montaje, medición y optimización de sala. Me fui de madrugada, pero me consta que alguno amaneció el viernes allí dentro.
La sala principal, donde irían las Marten, medía cerca de 50 metros cuadrados con un techo a unos 2’5 metros. Aquí, tras el tratamiento inicial, apenas hubo que hacer algunos retoques para dejar una acústica muy aceptable, teniendo en cuenta el tiempo disponible (y el que iba a estar montada). La otra, donde fueron las YG, era algo más pequeña y con el techo también algo más bajo, y dio más problemas. Tras el montaje y tratamiento inicial, lo cierto es que el viernes por la tarde no me gustó como estaba sonando, y no fui el único, pues los organizadores estaban deseando echar el cierre para ponerse a trabajar. Acabaron desmontándola casi entera (otra noche casi en vela…), pero el sábado ya fue otra cosa, con algunas limitaciones todavía, pero las YG, que conozco de haberlas escuchado en condiciones óptimas, ya sí sonaban como debían.
Le pedí a Ferrán unas gráficas del “antes” y “después”, para que los lectores de HIFIlive pudieran hacerse una idea precisa de cuánto puede cambiar la sala, cuánto “debe” cambiar si no queremos como decía más arriba que las jornadas sirvan sólo para admirar los aparatos sin ponerse a escucharlos. Os adjuntamos las gráficas más representativas, las del tiempo de reverberación o RT60, en función de la frecuencia. Para ser buenas deben cumplir dos condiciones, primera el estar equilibradas (es decir acercarse a una línea recta horizontal, de otra forma unas frecuencias reverberan más que otras) y la otra estar por debajo de ciertos valores, idealmente por debajo de 0’4 incluso 0’3 segundos, pero nunca por encima de 0’5 o 0’6 (demasiada reverberación).
La gráfica de la sala grande (Marten) muestra tiempos de reverberación bastante altos, pero sobre todo una clara descompensación tras el montaje (y sin ningún tratamiento) en la zona media y alta del espectro. Se usaron paneles prefabricados, colocados de forma estratégica en los puntos más importantes de las reflexiones, y se moderó claramente ese efecto como puede observarse en el línea del “después”. Como el sonido resultante ya era, subjetivamente, muy bueno, apenas se refinó más (¡recordemos que no había tiempo de sobras!).
La otra sala, con las YG, dio más problemas como he comentado más arriba. La gráfica del “antes” muestra tiempos de reverberación muy altos, y dos muy obvios problemas en graves, en torno a los 80 Hz y en la zona de 150 a 190 Hz (esta última, directamente horrible). A base de trabajo el jueves, y más trabajo la noche del viernes, el esfuerzo de la gente de Ultimate, QlaseA y FN Acoustic Works dio su resultado en la gráfica final: mediante el uso de trampas de graves disimuladas, difusión y absorción, controlaron esos problemas y la reverberación global. La línea final no sólo es casi plana (con RT60 algo más altos por debajo de 70 Hz y un pequeño pico en 300 Hz) sino que está en valores mucho más bajos, rondando los 0’4s e incluso bajando a 0’3 en la parte alta del espectro. Aquí ya sí que empezamos a escuchar de verdad las cajas y sus bondades, no la sala y sus problemas, como por desgracia es tan habitual.
YG Sonja 1.2 con Gryphon
Este era el equipo “pequeño”, con las YG movidas por electrónica Gryphon y por lo tanto transistores, tanto en previo como en etapa. Además sólo tenía fuentes digitales, un lector CD de la propia Gryphon (el modelo Scorpio) y un reproductor de archivos Lumin S1. Ambos podían escucharse tal cual (con sus salidas analógicas) o a través del DAC también presente en el equipo, el conocido MSB Diamond IV Plus. El cableado, tanto de audio como de alimentación, era de la española Mamba Audio (y allí estaba su padre también), y las fuentes y el previo descansaban sobre un soberbio mueble de Artesania Audio (y también por allí teníamos al ilustre señor Lafarga).
Como he comentado antes, el viernes esta sala no sonaba como debía. Había escuchado hacía poco esas mismas cajas y amplificación en otro entorno, y sabía que el problema estaba en la sala. De hecho los organizadores estaban deseando que pasara la tarde para ponerse manos a la obra y solucionar el inconveniente. Tras otra noche de trabajo, el sábado me encontré ya algo diferente: ahora sí identificaba el sonido de las YG, un sonido preciso y analítico.
Las Sonja 1.2 son cajas cerradas formadas por dos recintos independientes, el superior (disponible separadamente como monitor) con dos midwoofer y un tweeter central, y el inferior con un solo woofer. Los drivers son de la propia casa mecanizados en aluminio (todo un ejercicio), y las cajas también están realizadas en aleación ligera formadas por piezas mecanizadas y, como digo, son cerradas, optimizando sus respuestas en frecuencia según su función. Me gustan las cajas cerradas, o mejor dicho “no” me gustan las coloraciones que las cajas abiertas o réflex suelen tener, y tal vez por eso me atrae tanto cómo suenan estas YG… un sonido que llena la escena, colocando con precisión sublime cada fuente sonora en las tres dimensiones, y con una tímbrica muy neutra pero a la vez suave y dinámica. Me parecen muy seductoras incluso cuando alguna grabación tiene uno (o dos ) puntos de agresividad, y cuando el volumen está uno (o dos) puntos más alto de lo que me gusta.
El sábado había desaparecido la “pesantez” en el sonido del viernes, la escena se abrió y el grave cogió agilidad, aunque algunas frecuencias bajas todavía podían generar problemas (aunque cerrado, el recinto de graves de las Sonja es poderoso…). La escucha es precisa y un punto cálida, temas de Dead Can Dance reproducían bien la ancha y poblada escena (tal como les recuerdo en directo, y ha llovido). Dos de mis temas favoritos, de sendas cantantes (Roberta Gambarini y Lisa Ekdahl), sonaban tan dulces como las recuerdo, pero en algún momento aparecía cierta acidez que también conozco bien de sus grabaciones. Las YG, insisto, son como monitores y ofrecen la música de forma óptima, pero sin ningún edulcorante. Y son rápidas, mucho, el “Take Five” de Dave Brubeck (otro favorito) me sonó y emocionó en esta sala como pocas veces lo ha hecho, imposible estarse quieto ante tal rítmica…
Marten Coltrane 2 con VTL
Alterné las dos salas tanto el viernes por la tarde como el sábado (pasé el día entero allí). Pero esta sala grande, ya el mismo jueves por la noche y sin ningún tipo de optimización, prometía…
Confieso no haber hecho mis “deberes”, es decir no buscar previamente referencias del material que iba a ver y escuchar, pero me llamó la atención al ayudar a moverlas, lo ligeras que parecían las grandes Marten, y también me gustó enseguida como sonaban en una sala aún desnuda y con las cajas puestas sin apenas mirar. Tras las correspondientes averiguaciones entendí lo de su ligereza. Las Coltrane 2 apenas pesan 60 kg pese a su tamaño, porque la parte principal de su estructura (toda la caja hacia atrás, es como si fuera un barco o una bañera) está realizada en una pieza moldeada en fibra de carbono de unos 25mm de espesor, con una compleja estructura interna que incluye la salida del bass-reflex hacia abajo. El bafle frontal se acopla a esta pieza y a él se fijan los altavoces: un tweeter de diamante (25 mm) y los demás (drivers de Accuton) de cerámica, el de medios de 173mm y los dos de graves de 280 mm (es decir, 11 pulgadas), que explican los casi 40 cm de ancho que mide la caja en su parte inferior, por más de 60 cm de fondo y 1,2 metros de alto. Imponente, pero como digo fácil de manejar en todos los sentidos, pues además de sus ligeros 60 kg (perdonad que insista, pero ¡si vierais lo que cuesta mover los 80 kg de mis 802D! y parecen la mitad de cajas…) declara unos benignos 89dB de sensibilidad y aún más benignos 8 ohmios de impedancia nominal con la promesa de no bajar nunca de 4.
Eso es bueno, porque las iban a mover válvulas, pero tampoco creas que una amplificación débil precisamente… ¡al contrario!. Ultimate decidió mover las Coltrane 2 con las dos imponentes etapas monofónicas VTL Siegfred. Dos torres tremendas (esas sí pesan, 90 kg cada una) cuyos más de 300W en modo triodo o 600W en modo tetrodo son por lo menos “un cero más” de lo que uno acostumbra a pensar cuando se habla de amplificación a válvulas. Se usaron en el primer modo (triodo), pero te contaré más sobre eso al final.
Quien llegara a las audiciones y hubiera pasado un primer rato en la sala de las YG, encontraría un fuerte contraste al entrar en ésta, además del mayor volumen, la estética sonora era totalmente distinta. Si las YG se portaban como un monitor permitiendo un análisis, una cirugía de precisión, de la música escuchada, las Marten ofrecían una réplica enorme de la misma grabación, expandiéndola en todas las direcciones y dándole un fundamento en las frecuencias bajas que no existía en la otra sala. No se si me entenderás, pero las YG permitían mirar la música con microscopio y con las Marten ésta se expandía y la veíamos como en un telescopio. El “Take Five” aquí sonaba también extraordinario, un pelín menos rítmico, pero la diferencia está en que las YG te mostraban la grabación perfectamente, pero las Marten te hacían creer que tenías al grupo delante tuyo, y eso era lo que contagiaba su ritmo.
Mientras escuchamos la fuente digital (reproductor Aurender con el DAC Trinity) siempre estaba presente ese “algo” que da el Trinity y que tanto me ha seducido desde la primera vez que lo escuché. Puede que sea una sola caja (y no muy grande) pero si aquí y ahora alguien me pidiera consejo para adquirir “el mejor” convertidor, creo que no dudaría mucho en recomendar éste. Hasta ahora en los sistemas en los que lo he escuchado siempre aporta ese toque de dulzura que, por lo menos a mí, me enamora. En este equipo no sólo había fuentes digitales, muy al contrario teníamos un espectacular plato Acoustic Signature con tres motores y cápsula Ikeda Kai, amplificada por el fono Trinity (menuda pareja). La organización iba cambiando de una a otra fuente, en función también de las peticiones, así que era fácil hacerse idea de la distinta estética sonora que ofrecían las dos y la verdad es que el plato conseguía mejorar otro poco ese acercamiento a la realidad virtual de tener delante nuestro a los intérpretes, tocando o cantando, pues tomaban mayor presencia. A mí me gusta tanto el vinilo como a cualquier otro aficionado, pero confieso que cuando la fuente digital es de este nivel (sobre todo por el DAC) prefiero la precisión y detalle que ofrece ésta, ese hiperrealismo, a la calidez del plato.
Tuve la suerte de poder pasar largos ratos, en momentos de relativa tranquilidad (¡hubo mucha asistencia!), disfrutando este equipo y no sólo “escuchando para escribir”. Había cargado mi música en el Aurender y desfilaron delante mío mis favoritas, las citadas Roberta Gambarini y Lisa Ekdahl pero también Emilie Claire-Barlow, Rebeca Pidgeon, Silvia Pérez-Cruz… La combinación de las válvulas VTL, el Trinity y el tweeter de las Marten nunca sonó agresiva, incluso en momentos difíciles de la grabación, y mi única reserva era la energía en las bajas frecuencias cuando está grabada de manera “generosa”, pues los dos 11 pulgadas por banda no ayudaban a la sala. Pero el grave era rápido también, tuvimos varios momentos de placer-marcha colectiva gracias a este equipo y con cortes de Pink Floyd, Dire Straits… Excelentes las baterías y percusiones, pero no menos el piano, tan difícil siempre, sea clásico (Mozart, Ashkenazy) o no (Michel Camilo).
Y en ese estado de felicidad me hallaba yo, cerrando ya la jornada del sábado, cuando Miguel Carvalho de Ultimate dejó caer que quizás debíamos probar las etapas VTL en modo tetrodo. Sobre el papel, el modo triodo y además de una potencia algo menor (pero muy elevada) ofrece una tímbrica más dulce pero con un agudo algo más brillante, y dada la presencia del plato, y las preferencias del público español (eso me dijeron…), pues el modo triodo era la mejor elección. Las etapas Siegfried, pese a la tecnología de amplificación clásica (válvulas), llevan varios procesadores que controlan que todo funcione como es debido, y también permiten el cambio en caliente de modo. Damos al botón, empieza una cuenta atrás de 180 segundos… y ya. Estábamos ya solos en la sala y Miguel me guiñó el ojo, “apuesto a que ahora te gusta más” me dijo. Y tenía razón, vaya, sí que me conoce.
Honestamente me gustó mucho más cómo sonaba ese equipo con las etapas en modo tetrodo: el agudo que ocasionalmente podía a llegar a ser algo ácido, pasó a ser siempre suave sin perder detalle ni transparencia. Ese grave que alguna vez llegaba a pasarse, quedó controlado y ganó en rapidez, siendo ahora seco cuando debe serlo. El sonido que ya era grande, creció, la escena pasó a ser más espectacular todavía, y tal vez perdió algo de “intimidad” cuando era un grupo reducido de intérpretes, pero para como suenan la Marten, y para mi gusto, mejor así. Curioso, todos los amplificadores de válvulas que he probado o tenido, y que admitían estas dos opciones de funcionamiento, siempre me han gustado menos en modo triodo. Como se lo dije a ellos lo escribo aquí: hasta ese momento había anotado prácticamente “ochos” y “nueves” en mi libreta respecto del equipo Marten, y al repasar temas en modo tetrodo esas notas pasaron a ser nueves y medio y “dieces”. Los coros de Cantate Domino, por ejemplo, así (y en esta sala, recordemos, con sus limitaciones), nunca me habían sonado mejor. Si hasta entonces había tenido mis momentos de disfrute, ese último rato ya a puerta cerrada (¡me temo que cenamos algo tarde por mi culpa!) fue memorable, la verdad. De todas formas convenimos en que, con el plato de por medio y la espera en el cambio de modo, el domingo iban a dejarlo como estuvo los días anteriores (triodo). Me pareció curioso el hecho de que tengan tan claras las preferencias generales de diferentes públicos, y en función de eso también va el ajuste final de cajas y sala, o la elección de cables… pero el caso es que, conmigo, ¡acertaron!.
Fue el colofón a unas jornadas en las que, gracias a Ultimate Audio, los aficionados que se acercaron al centro de Barcelona pudieron disfrutar de dos equipos, cada uno a su modo, extraordinarios. Muchas gracias de parte de todos.
Equipos en audición
- Altavoces Marten Coltrane II
- Etapas: VTL Siegfried II (modo triodo)
- Preamp: VTL 7.5 III
- DAC: Trinity
- Media Player Aurender W20
- Phono: Trinity
- Tocadiscos: Acoustic Signature Storm con 3 Motores y Capsula Ikeda Kai
- Cables Kubala Sosna Elation
- Acondicionador de Red: Gigawatt PC 4 EVO
- Filtro de tierra Tripoint Troy Signature
- Racks Artesanía Audio Exoteryc
- Altavoces: YG Sonja 1.2
- Etapa: Gryphon Mephisto Stereo
- Preamp: Gryphon Pandora
- DAC: MSB Diamond IV Plus con Diamond Power Supply
- Media Player: Lumin S1 y L1
- Lector de CD : Gryphon Scorpio
- Cables: Mamba Audio
- Acondicionador de Red: Mamba Rat Trap
- Racks Artesanía Audio Exoteryc
Distribuyen Ultimate Audio, QLASE A y Audio Elite
www.ultimateaudio.es , www.qlasea.es , www.audioelite.es