Como he comentado antes, el viernes esta sala no sonaba como debía. Había escuchado hacía poco esas mismas cajas y amplificación en otro entorno, y sabía que el problema estaba en la sala. De hecho los organizadores estaban deseando que pasara la tarde para ponerse manos a la obra y solucionar el inconveniente. Tras otra noche de trabajo, el sábado me encontré ya algo diferente: ahora sí identificaba el sonido de las YG, un sonido preciso y analítico.
Las Sonja 1.2 son cajas cerradas formadas por dos recintos independientes, el superior (disponible separadamente como monitor) con dos midwoofer y un tweeter central, y el inferior con un solo woofer. Los drivers son de la propia casa mecanizados en aluminio (todo un ejercicio), y las cajas también están realizadas en aleación ligera formadas por piezas mecanizadas y, como digo, son cerradas, optimizando sus respuestas en frecuencia según su función. Me gustan las cajas cerradas, o mejor dicho “no” me gustan las coloraciones que las cajas abiertas o réflex suelen tener, y tal vez por eso me atrae tanto cómo suenan estas YG… un sonido que llena la escena, colocando con precisión sublime cada fuente sonora en las tres dimensiones, y con una tímbrica muy neutra pero a la vez suave y dinámica. Me parecen muy seductoras incluso cuando alguna grabación tiene uno (o dos ) puntos de agresividad, y cuando el volumen está uno (o dos) puntos más alto de lo que me gusta.
El sábado había desaparecido la “pesantez” en el sonido del viernes, la escena se abrió y el grave cogió agilidad, aunque algunas frecuencias bajas todavía podían generar problemas (aunque cerrado, el recinto de graves de las Sonja es poderoso…). La escucha es precisa y un punto cálida, temas de Dead Can Dance reproducían bien la ancha y poblada escena (tal como les recuerdo en directo, y ha llovido). Dos de mis temas favoritos, de sendas cantantes (Roberta Gambarini y Lisa Ekdahl), sonaban tan dulces como las recuerdo, pero en algún momento aparecía cierta acidez que también conozco bien de sus grabaciones. Las YG, insisto, son como monitores y ofrecen la música de forma óptima, pero sin ningún edulcorante. Y son rápidas, mucho, el “Take Five” de Dave Brubeck (otro favorito) me sonó y emocionó en esta sala como pocas veces lo ha hecho, imposible estarse quieto ante tal rítmica…
Marten Coltrane 2 con VTL
Alterné las dos salas tanto el viernes por la tarde como el sábado (pasé el día entero allí). Pero esta sala grande, ya el mismo jueves por la noche y sin ningún tipo de optimización, prometía…