Si hablamos de su sonido, este es grande, y la sala se llena de música a tamaño real gracias a unos robustos 40 watios por canal y a una sensibilidad de 97 dbs por parte de las Zingali. La dinámica es impresionante, sorprendiendo en multitud de ocasiones al oyente con ataques propios de la más salvaje de las actuaciones en vivo. ¡Pero cuidado! Esto no quiere decir que este equipo no sea capaz de ser fino y sutil cuando se requiera. El timbre es tremendamente natural y suelto. Piezas de diferentes estilos fluyen, demostrando que estamos ante un puro todoterreno. Los diferentes colores de la música son reproducidos con facilidad, así sea un piano o un corte de Heavy metal. La escala de los actores musicales es proporcionada y coherente, encontrándose en forma y lugar donde debieran de estar, sin entremezclarse ni amontonarse. La verdad es que poco o nada puede decirse negativo de este equipo, solo que personalmente me habría encantado haberlo oído con una buena fuente analógica. Una lástima para mí.
Finalmente agradecer al equipo de deCine Audiorema la oportunidad ofrecida para poder disfrutar, con toda comodidad, de estos dos sistemas configurados con un buen gusto excepcional. Con un trabajo tan concienzudo como este, estoy seguro que les esperan un gran número de éxitos en ésta su nueva ubicación.
Por cierto no puedo acabar sin recomendar a todos los aficionados que puedan, una visita a su renovado establecimiento de la capital, estoy completamente convencido de que no se arrepentirán. Todo lo contrario, será un tiempo muy bien invertido.
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