Sonido
Para la primera toma de contacto seria seleccioné uno de mis discos habituales de prueba, Diana Krall: Quiet Nights (Verve Records, 180gm, 2009). Lo primero que pude apreciar fue el excelente fondo negro que propone la escena, tanto la voz de nuestra protagonista como la de su banda surgen de un “black background” como pocas veces he tenido la oportunidad de escuchar en mi casa.
Voces e instrumentos se funden en una tímbrica cuasi real, donde la sutilidad y las texturas pasan a un primer plano. Desconozco en qué medida afectan las válvulas utilizadas a semejante mesura, pero me queda totalmente patente que estamos hablando de unos de los mejores previos de fono que he tenido la oportunidad de evaluar de modo personal.
Normalmente tanto relajo suele estar acompañado por una ligera falta de microdinámica, pero no es el caso, considero que ésta es en todo momento la justa y necesaria, sin pecar ni de exceso ni de defecto.
El sonido de este aparato en ningún momento por ser tan agradable empalaga, como en otras ocasiones me he encontrado en otros previos de fono -normalmente valvulares-, sino todo lo contrario. Es un sonido con una tímbrica, ataque y espacialidad que sublima lo correcto, tanto es así que cuando estamos escuchando música la sensación que tiene el oyente es ni más ni menos que eso, escuchar música.
Respecto a la profundidad escénica, podría destacar que se extiende ligeramente por detrás de las cajas (ligero laid back), con una anchura más que correcta y con una tridimensionalidad en la discriminación de los planos cuasi perfecta. Sin duda facilita la desaparición de las cajas, simplemente genial. Me llama la atención de igual modo la precisión focal con la que trata los sonidos en la escena, en ningún momento pierden solidez y por ende ganan en realismo y presencia.
Sobra decir sobre la calidad de este previo de fono en lo que a sensación subjetiva de distorsión se refiere, los sonidos son complejos y a la vez sencillos, con una linealidad y fluidez melódica fuera de toda duda, la escucha se convierte directamente en un verdadero placer que nos hace olvidar cualquier otra actividad.