La elección de colores es la misma que la de toda la gama de AcousticPlan, exquisita, aunque puede ser pedido con otro acabado. La verdad es que no encuentro la manera de que otro acabado pueda cuadrar más con este equipo. El Vadi tal y como se presenta en forma estándar es precioso, y la verdad es que aporta, al sistema donde se instala, una sensación de lujo y estilo que la gran mayoría de aparatos no pueden más que desear.
Y para acabar de redondear la impresión, una vez puesto en marcha, seguimos con la avalancha de sensaciones. Desde las perforaciones frontales de la chapa con leds azules que nos informan de la pista del CD en reproducción, pasando por el mismo disco compacto en pleno giro delante de nuestros ojos, ayudado simplemente por un imantado taponcito metálico; hasta la ranura posterior, que nos da una vista espectacular de las cuidadas entrañas de nuestro invitado. De nuevo el aparato nos consigue enamorar impresionándonos de una forma sobria, sin perder la compostura, y sin perder esa relación forma – función, que parece que los alemanes dominan de forma tan adecuada.
La instalación no puede ser más simple. Se conecta la fuente de alimentación al chasis principal del reproductor, el cable de red al enchufe de la pared, y los cables de línea al previo y ya tenemos el Vadi listo para su funcionamiento. Hay que destacar que este reproductor puede ser utilizado como DAC teniendo varios tipos de entradas, como ya he comentado anteriormente.
El girar del disco, totalmente al aire, es casi hipnótico y produce que cualquiera que lo observe, por primera vez, se quede parado admirando el efecto óptico que producen los diferentes gráficos serigrafiados encima del disco compacto. Muy curioso.
Pero entremos en materia. Es de agradecer que un aparato de este nivel proporcione un diseño y acabado tan apropiado y conseguido, pero estaréis de acuerdo conmigo en que lo que realmente importa es su sonido.
Ya hemos hablado de lo especial que es este reproductor de CD, pero cuando empezamos a escucharlo es cuando realmente entendemos su sentido y orientación. “El AcousticPlan Vadi no es un aparato para todos los públicos”, eso está claro desde el primer instante en que llega a casa y se le hacen los primeros honores. Pero no es hasta que uno empieza a escucharlo que se produce la revelación, y se da cuenta de la verdadera profundidad de la afirmación anterior.
El sonido del AcousticPlan es delicioso
Ofrece un grave extenso y sobre todo con una articulación que por momentos me deja extasiado. El cuerpo y la voluptuosidad se extienden hasta el medio, provocando un efecto de coherencia como pocos reproductores que haya escuchado. En este aspecto he de reconocer que he quedado prendado de este aparato. Es un grave muy correcto en el que no se echa nada de menos y que sin embargo en ningún momento reclama la atención, sirviendo en todo momento de cimiento para que toda la demás música se construya interpretándose encima con total armonía. Tal y como debe de ser.