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Alice In Chains: “The Devil Put Dinosaurs Here” (Capitol Records 2013)

Etiquetas: Rock Alternativo.

¡Qué difícil es hacer entender a otra generación la importancia que ciertos grupos han tenido sobre uno!. Principalmente porque esta importancia viene marcada por experiencias vividas, anécdotas, anhelos, esperanzas, frustraciones y un largo etc. propias de la edad.

Cómo hacer ver a alguien que la generación, mal llamada X, tenía valores y respuestas a una sociedad que les hastiaba. O cómo el refugio de las drogas no hacía más que alimentar y transmitir esa sensación.

Intenta explicar que los sentimientos de ira, confusión, locura, angustia, dolor o furia de estas canciones han servido para ayudar a ser la persona que eres y que encima eres cuerdo y equilibrado.

Personalmente me considero un privilegiado tocado por una varita mágica. Todos aquellos que nacimos a finales de los 60’s y principios de los 70’s pudimos vivir los últimos coletazos del Glam Rock, el Punk, el New Wave y la Movida Madrileña aquí en nuestro país. Y nos tocó de lleno la última gran revolución que ha parido el rock y de cuyos jugos todavía hoy podemos seguir bebiendo.

Esta revolución no se puede entender sin uno de sus grandes iconos, Alice in Chains, encabezado por su frontman, Layne Stanley, cuyo trabajo en el apartado vocal es impactante y cuyas letras eran esculpidas en el propio inframundo y que a buen seguro el propio Dante hubiera elegido para acompañar la banda sonora de su Divina Comedia.

Su manera de cantar, su voz y sus letras no vaticinaban un buen final para él. Se podía sentir como los demonios de su interior lo hacían caer cada vez más en un pozo sin fondo. En el 2002 Layne fue encontrado muerto por el abuso de drogas. A pesar de su “vive deprisa y muere joven” el legado de Stanley y los suyos es impagable.

Nadie podía pensar que catorce años después reaparecieran con “Black Gives Way To Blue” y que lo hicieran de forma tan brillante. No hubo una transformación en su música, más bien una actualización por las circunstancias nuevas del grupo. Para tal menester, Jerry Cantrell, el que fuera segunda voz del grupo, dio un paso al frente en el apartado vocal y se fichó a William DuVall para ayudar en este apartado. El resultado no pudo ser mejor. La integración de las voces de ambos cantantes es perfecta y ayuda a crear esa atmósfera tan peculiar de los Alice In Chains.

Tras cuatro años de silencio vuelven para enfrentarse por segunda vez a la maldición del segundo álbum de toda banda y lo hacen con nota alta. Menudo discazo se han marcado. Para mí es mejor, más redondo, profundo y todavía más cercano a la esencia del grupo y al por qué de su grandeza en los 90s. ¡Y decían que estaban muertos, pues menos mal!

No cabe duda que sus pesados ritmos, sus melodías oscuras, sus armonías vocales, ese aura cargada de ansiedad y esa atmósfera depresiva siguen presentes, capaces de arrastrar al que las escucha por el lado más peligroso de la mente humana, por culpa de esa extraña belleza que envuelve toda su música que te hipnotiza y atrapa.

Doce temas sin relleno que te dejan más que satisfecho y que parece que han servido para despojarse definitivamente de la alargada sombra de Layne. Doce temas con letras adaptadas a nuestros tiempos y con el ADN de Alice In Chains.

Por supuesto siempre quedará la pregunta de cómo hubieran sonado estos discos con Stanley. Pero como dice mi madre: “El que se va siempre es el que pierde”. Y no puedo estar más de acuerdo ya que Alice In Chains siguen aquí más vivos que nunca y nosotros también para poder seguir disfrutando de ellos.

Que dure muchos años… Fuck Yeah!!!!

Calidad Artística: 9

Calidad de Sonido: 8

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