Válvulas!! Este arroz!! Mmm!!! Está buenísimo!!… Son auténticas válvulas!! …es la frase que suele exhortar mi tío Manolo cuando está ante una delicatessen culinaria. Cierto es que las válvulas son valoradas por gran cantidad de audiófilos y que, con el tiempo que llevan amplificando música, es evidente que algo muy muy gourmet deben de proporcionar a los tímpanos del propietario, que como mi tío Manolo, las consideran el Olimpo del sonido. No obstante, y aunque también se que en amplificación de instrumentos musicales, son los «amplis» de válvulas los que «suenan de verdad», debemos pensar que en el high end existen marcas de excelencia, cuyos aparatos de amplificación son exclusivamente de transistores y, aparte de costar lo que un pisazo, tienen una reputación de sonar… ¿sublime?… no, aún mejor.
Abrimos la caja y…
Nuestro invitado es… bonito, muy bonito. De hecho en estos días que lo he tenido frente a mí, por momentos me parecía estar ante el Taj Mahal a escala. Curioso look, líneas sobrias pero con un nivel constructivo y estético envidiable. La marca Allnic lleva desde 1997 sacando excelencia sonora a las lámparas, bajo la batuta del profesor Kang Su Park, todo un gurú en el conocimiento y tratamiento del impulso eléctrico que sale hacia el altavoz. A día de hoy contamos por decenas las veces en las que vemos estas magníficas electrónicas gobernando sistemas de altísimo copete en ferias del ramo por todo el planeta.
Visto el prestigio sonoro que atesora la marca, los múltiples reconocimientos y galardones por doquier, era de esperar que un ojeador de la excelencia mundial del audio en España, cuyo nombre no es otro que Pedro Asencio, pusiera su instinto cazatalentos en la marca coreana, y la fichara para su catálogo Import de su establecimiento Sound Sevilla, con muy buen criterio. A día de hoy, su apuesta no ha hecho mas que acrecentar el prestigio de Allnic en la mente del potencial consumidor peninsular y, con la seguridad de haber dado en el clavo, el propio Pedro nos ha cedido con toda amabilidad y puntualidad, uno de los niños mimados de la marca, el amplificador integrado T-2000.
Este es un integrado netamente a válvulas en configuración push-pull con 70 potentísimos vatios, cuya facilidad de instalación nos seduce nada más desembalarlo. El frontal cuenta con un selector de fuente de entrada en el panel frontal de lo más gustoso de manipular, y un volumen central un tanto duro al tacto, pero que deberéis pensar que es un problema menor si lo manejáis con el mando a distancia. Éste está fabricado íntegramente en aluminio, cuenta con un tamaño muy cómodo y todas las funciones necesarias para el manejo total del aparato. Los interruptores junto a las válvulas de potencia para ajustar el bías o el botón que selecciona entre modo triodo o pentodo, revelan a primera vista, la ergonomía al servicio de una tecnología tan ancestral como la válvula. Incluso buscando el ajuste más fino posible, el amplificador posee detrás un interruptor para adaptar su impedancia de salida a la de el altavoz en cuestión, consiguiendo, como veremos más adelante, una mejora extraordinaria. Muy de agradecer son las numerosas entradas que aseguraran su adaptación a cualquier instalación de audio y AV (4 RCA y una XLR) como es mi caso ya que utilizo un mínimo de tres entradas. Una para audio, y las dos restantes para poder ver en el proyector el blu-ray o el iplus.
Volviendo al detalle constructivo, no puedo pasar por alto los materiales de los que está fabricado, ni el ajuste de componentes tan magnífico. El chasis es de aluminio macizo con asideros del mismo material para ubicarlo en el rack con la mayor comodidad. Su elevado peso para un amplificador integrado, de 40 kgrs, delata su alta calidad de fabricación. Los transformadores del Allnic T-2000 están construidos a partir de una aleación de níquel-hierro denominada Permalloy y creada en 1916 por Gustaf W. Elmen para Western Electric. Actualmente este material está considerado el mejor posible para la fabricación de los núcleos de los transformadores, y sólo unos pocos y selectos fabricantes lo emplean en sus diseños. Lo que diferencia a Allnic del resto de marcas, es que la competencia emplea este material en realizaciones de coste a partir de 30000€ y Allnic lo utiliza en todas sus gamas de productos, desde las más básicas.